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Mi siguiente día paso sin glorias y fui como la verdadera Hannah, con mis vaqueros gastados a la cintura, un top naranja que dejaba a la vista mi ombligo y mis vans blancas. El cabello suelto cayendo por mis hombros y escondiéndome detrás de ellos cuando caminaba.

Las personas de volteaban a verme como ayer por ser la nueva y entre todas ellas te volteaste tu. Me sonreíste y no pude evitar devolverte el gesto al tiempo que tu movías tu mano a modo de saludo. Quise devolver el gesto, pero Mindy apareció detrás de ti tapándote los ojos.

Quise ser ella, besar tu mejilla y preguntarte quien soy al oído.

No soy ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora