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– Baby ¿cómo estás? – habla Mindy tan animada como siempre, pero yo ya no podía fingir más.

– Tenemos que hablar a solas – tomándola del brazo la lleve hasta el cuarto del conserje y nos encerré allí.

– ¿Qué pasa? me estas asustando – pregunta ella realmente preocupada y una nueva punzada de culpa me cierra la garganta.

– Fui una hipócrita contigo Mindy y sé que no merezco tu perdón, pero tengo que decírtelo o no podre con mi conciencia – mis ojos se llenaron de lágrimas y viéndola borrosa confesé – Me estuve metiendo con tu novio desde la primera fiesta en la que me invitaste, yo estaba enamorada de él y nos terminamos acostando en su auto. Luego de eso hubo otras muchas ocasiones de las que me arrepiento mucho. Si quieres puedes gritarme, pegarme o hacer lo que quieras soy una maldita – las lágrimas rodaban por mis mejillas y Mindy solo me abrazo.

No soy ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora