6. Difícil Acercamiento

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Se enojo con ella misma, el tenia razón, siempre la tenia y lo odiaba por eso, como su enemigo estaba ahora robandole sus sentimientos, porque no podía enamorarse de Ang, el era el avatar y siempre le había dicho abiertamente su amor, pero ahora, Zuko era una señal de peligro enorme.

El hijo del señor del fuego, estaba justo frente a ella, queriendo expresarle algo que tal ves ninguno de los dos sabia con claridad, pero que existía.

-Katara- Respiro profundo, necesitaba calmarse, para lograr calmarla a ella, la tomo de los brazos y encontró sus ojos, estaba angustiada y confundida tanto o mas que el. - No debemos presionarnos a sentir cosas que aun no estamos preparados para vivir, estamos en un tiempo tan complejo y sensible que no se si podría pensar con claridad. Lo siento, yo también estoy confundido.

-Entonces me entiendes... Lo siento Zuko, no quise besarte...- Mentía.

-Mientes... - Y el también lo sabia.- Si querías besarme...- Katara se sonrojo, no quería admitirlo, y por un momento había pensado que la tormenta paso, pero no era el caso.

-Yo no quise besarte.

-Pero si querías....- Termino acorralada contra una de las paredes de la cueva- Si te entiendo, entiendo que no puedas definir tus sentimientos en este momento, yo tampoco puedo, y me siento demasiado confundido... No había pensado en nada mas que en mi venganza. Y ahora....

La miraba con una intensidad que ella misma no podía resistir, el sabia hacer fuego control, pero en sus ojos, había un fuego que no podía controlar. Porque de alguna manera ambos se morían por acercarse.

Zuko ahora la acorralaba con sus brazos en la pared de la cueva, y a pesar de intentar respetar su espacio, no se alejaba de ella.

-Shh- Escucho de el en un tono muy silencioso, Katara estuvo a punto de enojarse y gritar, pero noto como una pequeña luz se acercaba a la cueva, parecía que era su hermano en su búsqueda, ya era muy entrada la noche, habían seguramente pasado de la media noche.

Pero no había duda de que ninguno de los dos quería ser encontrado en esa posición tan comprometedora con el otro, y mucho menos por Zoka, que a pesar de que podría entender, los molestaría por el resto de sus vidas.

Zoka entro a la cueva por un momento, apenas ojeo el fondo, pero no sus laterales, porque en realidad no le gustaba para nada ese lugar, lo hallaba húmedo y sucio, pero para ellos dos, era el escondite perfecto para alejarse de los pensamientos ajenos que no podrían entender lo complejo del momento que estaban viviendo justo ahora.

Zuko se encontraba tapándole la boca, pero de una manera demasiado sutil y delicada, su otra mano estaba recargándose en su cintura, notaba como su silueta era tan curva y hermosa como ella misma.

Sus ojos azules resplandecían en esa noche tan mágica y clara, que les proporcionaba la luna, Zoca se fue sin sospechar que ellos estarían ahí, aunque en realidad no les importaba, seguramente se había rendido y estaba encontrándose con Zuki.

Pero ahora solo quedaban ellos dos, el silencio volvía pero las ganas de expresarse aun estaban, eran dos personas que no sabían expresar sus sentimientos, y mucho menos hacia alguien que había sido su enemigo.

Katara estaba a la altura de su cuello, no se había dado cuenta de lo alto que era en realidad para ella, recordaba a Ang, el apenas estaba alcanzándola en estatura, pero el, debía buscar su mirada de color café..

No querían hablar, aunque tampoco era necesario, lo único que Katara logro hacer, es levantar sus manos, llegar a la altura de su rostro, acaricio sus mejillas pero al llegar a su cicatriz, Zuko tomo sus muñecas, cerro sus ojos un momento y miro directo a Katara.

- Lo siento Katara ... yo....- Quiso alejarse, lo intento, pero no podía, no quería en realidad hacerlo, estaba comenzando a molestarse consigo mismo.- Maldición... - Bajo su mirada al suelo, Katara no sabia que hacer, se encontraba incomoda por desear otra ves el contacto del que era su enemigo.

-Zuko... yo....

El la miro de repente y apenas se podía ver su reflejo con la tenue luz de la noche, esos ojos cafés resplandecían como fuego, pero ahora estaba estampado en ella, tomando su boca con demanda como nunca antes lo había imaginado. El era un gran y apasionado experimentado, no había duda de eso, parecía que  su intensidad era la misma que el fuego, que hacer apenas moviendo sus dedos al sentirla.

Katara disfrutaba ese contacto, pero se encontraba confundida, sus caricias intensas y llenas de cariño, que no se sentían tan propios del Zuko que ella conocía.

Cuando el se alejo para que ambos pudieran respirar, Katara lo miro sorprendida, al notar esa sonrisa hermosa e inocente de un chico que simplemente podía estar abriendo su corazón a esa chica que tenia en sus brazos.

Su pecho se estrujo, tenia ganas de llorar, temía que estuviera enamorándose, sabia que podía perderle en la guerra, y por eso mismo se había prohibido tener cualquier clase de relación, que estupidez había cometido.

Lo empujo, haciendo que el diera un par de pasos haca atrás, el no se encontraba confundido por su reacción, ni ofendido, entendía que se había sobrepasado.

-Lo lamento Katara, no quería pasarme.

-No lo hiciste... - Eso asombro a Zuko- Es solo que no puedo pensar en nada ni nadie mas ahora, estamos en un peligro demasiado constante, y no podría tolerar a nadie mas que amo. Ya tengo demasiada gente en mi vida.

-No quiero pedirte nada Katara, se que Ang tiene un lugar muy importante en ti....

-Crees que Ang tiene algo que ver con esto? - Se la escucho molesta

-El siente algo por ti, siempre lo ha mostrado. - Katara estaba aun mas dolida, eso quería decir que Ang no temía mostrar abiertamente su amor, algo que ella no quería ni pensar, de su amigo.

Pero a pesar de todo lo que el avatar tenia para mostrarle, ella no podía responderlo igual, y mucho menos ahora por sentir ese remolino de emociones.

-El que Ang sienta algo por mi no quiere decir que me case con el y viva el resto de mi vida a su lado, aun tenemos una guerra que ganar, y debemos enfocarnos en eso mucho antes de pensar en el futuro.

-Es verdad, tienes razón Katara... Lo lamento me deje llevar. Me iré primero...- Con sus hombros bajos y ya sin fuerzas para intentar algo que ni el mismo podía comprender, termino por despedirse mientras salia, no quería buscar algo que seguramente no existiría aun terminada la guerra.

Sin embargo al verlo moverse hacia la salida de la cueva, se dio cuenta de algo, ahora sostenía la bata de Zuko desde su hombro, dejando este semi desnudo, podía ver su largo y sexy cuello con parte de su hombro y pecho.

Pero Zuko no pudo quedarse atrás, por inercia el reacciono y la llevo nuevamente a la pared de la cueva, ahora tomaba con firmeza sus muñecas mientras la miraba con fuego, ella lo aceptaba porque no se mostraría jamas débil contra alguien mas, y mucho menos contra el.

Su sentimientos eran un mar de confusiones bastante incomodas, pero algo era muy claro, no podían dejar de pensar en el otro, en ese beso efusivo y fugaz que los dejo tan desorientados, llenos de preguntas.

-Katara, no puedo irme si me detienes, no creas que me es tan fácil... - Estaba completamente rojo, pero no dudaba de lo que tenia que decirle. Katara, a pesar de lo incomoda que se encontraba también, no quería pensar en que se alejara, algo que nunca le había pasado con alguien mas.

-Que no seria tan fácil Zuko?

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No Quería Besarte (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora