[Narra Nikki]
Salí del instituto a eso de las 5.30, las clases ya habían terminado. Hoy tenía que estudiar para el examen de recuperación de castellano, así que no pude quedarme con las chicas para tomar un refresco y charlar en el bar “Despiste”, que es donde solemos ir después de las clases muchas veces. Me despedí de las chicas y me fui dirección a mi casa. Encendí el mp3, me puse los cascos y apreté el botón “aleatorio” empezó a sonar la canción “Blanco y Negro”, iba caminando hacia casa, estaba bastante lejos de el instituto pero me encantaba volver sola con la música a toda pastilla. Llevaba unos quince minutos de camino más o menos y empecé a escuchar gritos, me saqué los auriculares, al parecer eran dos hombres. No escuchaba bien lo que decían, así que decidí acercarme un poco más, me puse detrás de un camión y observé. ¡Eran William y Byron!
- No te pongas chulito niño, hasta ahora estoy intentando contenerme, pero…-
-¿Pero qué? ¡Va! Vamos venga, no te cortes, payaso, el profe de prácticas, pf menudo imbécil, deberías ver qué cara de idiota tienes y como haces el ridículo cada día-
-¡No me toques!- se escucha un golpe seco.
-¡Uy vaya! Joder con el profe… - Vamos profe, no me dirás que ahora te has enamorado de esa mocosa…-
-Ni la nombres- otro empujón.
-Vamos tócame listo, y veras que rápido te vas del colegio, entonces ¿cómo lo harás para ver a tu niña?- Escucho un fuerte golpe contra la pared, me asomo para observar lo que pasa. William tiene cogido del cuello a Byron y lo tiene contra la pared.
- Como me entere que le vuelvas a hacer algo te partiré la cara y te borrare esa sonrisa de niño imbécil de la cara, ¿me entiendes gilipollas?
-Ve con cuidado William… porqué la próxima vez quizás seré yo el que te parta a ti la cara… qué habrá visto en ti, un profesor perdido que solo viene al colegio a meter mano a niñas- William le suelta en seco.
-Ve con cuidado Byron, ve con cuidado- le señala en modo de advertencia.
Los dos se alejan en direcciones opuestas, Byron hacía mi dirección, pero el camión me oculta y no me ve. Estoy flipando, se que a William le importa Alison, creo que ha sido un amor a primera vista, un flechazo, una flecha de Cupido. Pero Byron.. por mis intuiciones femeninas creo que esta pillado de verdad por Alison.
[Narra Alison]
Llegué a casa y tal como entré me subí a mi habitación. Me desplome sobre la cama, estaba reventada, había sido un día bastante difícil, así que como no me apetecía hacer nada, cogí el iPod y me puse a escuchar música. “Buenos días princesa” “Cambio toda una vida por un segundo a tu lado en este cuento mi niña” Me pongo a pensar. “Quien la sigue la consigue, déjame decirte que, buenos días mi princesa” No puedo evitar pensar en Byron, no ha salido de mi cabeza en un solo momento “Las princesas no lloran” recuerdo ese momento en casa de Ryan y empiezo a llorar como una niña de cinco años. Me abrazo a la almohada y siguen brotando sin cesar lagrimas de mis ojos. Estuve un rato llorando, no podía parar, los recuerdos venían a mi cabeza, la fiesta en casa de Ryan, nuestras tardes juntos, cuando me llevó a su lugar secreto, todo eso de la noche a la mañana se esfumó, no entiendo el porqué, estaba enamorada de él, si, pero él de mi no, lo sabía, era un jugón con todas las chicas, pero como amigo era alucinante. Estaba tan a gusto con él y ahora estoy tan destrozada, necesito de sus consejos, necesito sus abrazos, su protección, sus charlas..
Alguien toca mi puerta.
-¿Se puede?-
Me enderezo un poco y me siento en la cama. –Si, claro. Pasa Bryan- le digo secándome las lagrimas.
-¿Qué te pasa hermanita?- me pregunta observándome la cara. –Se te oía llorar desde mi habitación. No era difícil eso, ya que nuestras habitaciones estaban pegadas pared con pared.
-No, no es nada- respondo esbozándole una forzada sonrisa.
-Alison.. llevamos juntos desde que tengo uso de razón, eres mi hermana joder, se cuando te pasa algo y cuando no- me mira fijamente a los ojos, yo le esquivo la mirada.
¿A quién quiero engañar? Es mi hermano, me conoce a la perfección, no se salta ni un detalle.
-Lo siento Bryan, no quiero hablar de esto ahora-
-Tranquila, no hace falta que lo hagas, si quieres desahogarte sabes que yo voy a estar aquí siempre ¿Vale? No me gusta verte con ese ánimo, por eso venía con una propuesta para ti.- me dijo con un tono tranquilizante.
-Dispara-
-Este fin de semana, el domingo, ya que el lunes es fiesta por la patrona de la ciudad, hemos decidido con los chicos celebrar una fiesta en casa de Lukas. Te apuntas ¿No? Vienen las chicas, y aparte así te olvidas de todas las rayadas.-me dijo sonriéndome. Es un cielo.
-¿Y quién va a ir a la fiesta? – le pregunto.
-Las chicas, Mark, Ryan, James, Byron –ese nombre resonó en mi cabeza- Lukas, normal- rió- y algunos chicos y chicas de clase.-
-No sé si será muy buena idea que vaya..-le dije llevando mi vista al suelo. Él me cogió la cara y me la subió.
-¿Es por Byron?- me pregunta.
-Si..- no puedo mentirle, es mi hermano.
-Mira, ya sabes cómo es Byron con las chicas. No vale la pena Alison.-
-Ya, pero, es que.. lo siento, se me hace inevitable Bryan- le digo sincera.
-¿Y si vas con William?- me dice con una sonrisa en la cara. –Así no pensaras en él, tu te concentras en William, y así de paso podrá servir para saber si se pone celoso o no, ¿No crees?-
La verdad es que no era mala idea. Con Byron ahora por ahora lo tenía todo perdido. Así que por lo menos, ya que no me dirigía la palabra, podría saber si de verdad me quiere un poquitín. Si se pone celoso será buena señal. Mi hermano es un crack.
-Ostia.. Bryan, por una vez en tu vida has tenido una buena idea- le digo riéndome de forma burlona.
-Hombre, solo faltaría, no solo tengo ideas descabelladas hermanita- se ríe él también. Se levanta de mi cama, en la que se había sentado, para irse. Yo le agarro el brazo y lo siento de nuevo.
-¿Pasa alguna cosa?- me dice confuso.
-Si- respondo- Muchas gracias Bryan- le abrazo fuertemente y le doy un beso en la mejilla.
-No tienes que dármelas por nada. Somos de la misma sangre. Somos hermanos, y aunque no lo parezca demasiado, te quiero mucho Alison.- Me responde abrazándome fuerte, seguro, rodeándome con sus brazos. La verdad es que mi hermano era un cielo, pocas eran las veces que me decía que me quería, la mayoría cuando iba borracho, pero cuando lo hacía era justo en el momento que más lo necesitaba. Como si él lo supiera.
Estamos unos treinta segundos abrazados, hasta que nos separamos y le doy otro beso en la mejilla en forma de agradecimiento. Él se va hacía la puerta. Me tumbó otra vez en la cama, me giró mirando a la ventana, se veía ya la luna, era preciosa.
-¡Ah Alison!- me giré de golpe.
-Dime-
-Recuerda que nadie merece ver tus lagrimas, y quién lo merezca, no te hará llorar.- me guiñó el ojo y se fue.
Definitivamente Bryan es el hermano que todos querrían tener. Supongo que el echo de ser mellizos nos ha unido más, pero aún sea por eso o no, Bryan es el mejor.
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Las princesas no lloran
أدب المراهقينAlison, una joven de 16 años, tiene unas amigas que nunca le fallan, una familia ejemplar, y unos estudios muy bien cualificados. Byron, 16 años, joven, rebelde y terriblemente atractivo. Playboy del instituto, todas las chicas van detrás de él. Per...