δ - El hijo del dios del hielo

902 66 0
                                    

Annabeth:

Era algo impensable, mi madre y Poseidón habían conspirado juntos para que no recibieran a ese dios. Cómo podía ser. Yo creí que al menos le dejarían quedarse, pero no... Solo lo expulsaron sin siquiera haberlo recibido.

Ellos no lo habían notado, pero cuando estaban planeando todo, yo pasé cerca y los escuché. Aún así, no puede hacer nada, o me habrían sacado del Olimpo... Y tal vez me habrían lanzado una maldición.

El trabajo del Olimpo ya estaba terminado. Había quedado estupendo... Y aún así... Me sentía fatal. Mi propia madre era una traicionera y mentirosa.

Volví al campamento y creo que se notaba mi malestar, porque nada más verme, Percy me preguntó que pasaba.

- Nada... Bueno... Creo que habría que hablarlo también con Quirón... Puede que lo que ha pasado en el Olimpo hoy, desencadene una nueva era. - Aún así, Percy sonrió.

- No te preocupes listilla, ya pudimos con Cronos y Gea, que más podría pasar. -

Debía hablar rápido con él. Lo que se venía era grande. Por como Témpano habló, estaba segura de que demolería el Olimpo piedra por piedra.

Fuimos con Quirón, aunque con el se encontraba un chico de cabello oscuro, casi negro y ojos azul profundo.

- Ah, cierto, se me olvidó. El es el nuevo, llegó hace dos días. Se llama Nicolás Salazar. -

- Hum... Él, de casualidad no será... Bueno -

- Ya nos lo planteamos. Es probable, pero no sé -

El chico nos miró... Me vio como si ya supiera todo de mí. No sería de extrañar que Percy le hubiera contado de todo en estos días.

- Hola Annabeth - Quirón recién debió estar en su clase de Arquería pues el pelaje de sus patas estaba cubierto de barro y hierba. - Estaba hablando con este chico. Resulta bastante interesante -

- Gracias... Creo... Soy Nicolás, hijo de... Aún no me reconocen, así que ni idea - Vaya que se lo tomaba con calma... Pero, nunca se habían demorado tanto en reconocer a alguien desde el final de la guerra contra Cronos.

Percy me susurró que de los que habían llegado en los días por los que él llegó, ya los habían reconocido.

- Bueno, yo, eh... Me voy. Con permiso - Nicolás se fue hacia la cabaña de Hermes. Que cosa más rara. No lo habían reconocido... Después de dos días ya, casi tres. Dejé esa última y muy remota posibilidad que se me ocurrió muy en el instante.

- Que querían comentarme - Quirón se mostraba intrigado. Algo de lo que estuvieron hablando con Nicolás lo había dejado atónito.

- Antes de eso - Percy siempre fue curioso... Demasiado algunas veces - de que hablaron con Nicolás. -

- Bueno... Resulta que desde que era pequeño, un hombre de unos veintitantos años lo ha visitado... A él y a su madre. -

- Ese podría ser su padre - Fui por el camino obvio - no te lo describió? Podríamos hacernos sospechas de quién podría ser -

- Sí... Lo describió... Pero... Es parecido y diferente a muchas de las formas en las que hemos visto a Zeus. -

Mis sospechas más mínimas empezaron a crecer. Y si... No, eso no era posible... Al menos no me enteré de eso.

- Ahora ustedes. Que me querían decir -

Le conté a Quirón todo. Sobre la llegada de Témpano al Olimpo, las pruebas y el plan de Poseidón y mi madre para que no le aceptaran.

- Hum... Estás segura de lo que dices listilla? -

- Claro que sí, sesos de alga. Cuando he dicho yo mentiras. -

- Aún así - Quirón se veía incrédulo, incluso después de lo que le dije. - Es posible que sólo fuera un impostor -

- También... - No creía en esa teoría.

De pronto, la hoguera del campamento escupió una enorme llamarada. De allí emergió una joven. Quirón y Percy se miraron, y entonces entendí que esa niña era Hestia.

- Quirón, llama a los líderes de todas las cabañas. Este asunto es importante - Dijo la diosa apenas nos encontramos.

Todos los líderes llegamos a la Casa Grande. Hestia empezó a hablar apenas vio que llegó el último de nosotros.

- Tenemos un asunto. Un hombre vino a presentarse en estos días. He de decir que era un dios - la gente se miró extrañada. ¿Un dios? Cómo podía ser eso. Yo no me sorprendí, yo había estado allí.

- Eh... Señora Hestia? - Travis tomó la iniciativa de todos los presentes - quién se supone que es... O como se llama -

- Su nombre es... - Un relámpago hizo temblar el aire. Una ráfaga de viento fresco (demasiado para ser verano) llegó a todos lados, incluidos nosotros. Afuera de la cabaña de Hermes había un hombre, de veintitantos años... Cabello blanco y de traje elegante.

Todos fuimos corriendo hacia allí. Al acercarnos pude observar que las puntas de su cabello eran celestes y que sus ojos... sus ojos... Eran azules profundos. De la cabaña salió Nicolás y el tipo le puso la mano en el hombro. Ese tipo era Témpano, el mismo que hace poco fue al Olimpo. El mismo que había sido echado por culpa de mi madre y Poseidón.

- Hestia - se le veía sorprendido - no esperaba verte aquí -

- la verdad que yo tampoco - dijo la diosa.

- Quién... Quién eres tú - Nicolás estaba completamente confundido.

- Soy Témpano, dios de los mares helados, el hielo, la compasión y la comprensión, hijo de Cronos y Tetis. Y tú, Nicolás Salazar, eres mi hijo - sobre el chico brilló una especie de holograma: un copo de nieve... Con un corazón invertido en el medio.

- Desafortunadamente, los dioses no me creyeron... Y por eso, ahora no puedes tener una cabaña propia... Solo vine aquí a reconocerte ante todos... Y a pedir que cumplan la promesa de sus padres. - de que estaba hablando - siendo esto solamente... - giró hacia su hijo - ten esto, lo necesitarás -

Nicolás recibió de la mano de su padre una especie de pulsera. Cuando el chico la tomó... Esta se transformó en una espada plateada, con empuñadura azul.

- No es solo una espada, también puede ser una lanza... O una guadaña -

Témpano desapareció y dejó a todo el mundo impactado. Un dios había venido solo para reconocer a su hijo... Acaso esto no sería solo una broma??

Percy Jackson y el hijo perdido de CronosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora