ξ - El principio, parte 2: El carro y la cazadora

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Témpano:

Hipnos era bastante buen estratega para ser el sueño mismo.

Antes de partir a cumplir con sus misiones como señor del sueño, trajo hasta la prisión el carro solar de Apolo.

- Según yo, esta... Cosa... Podría darte la excusa perfecta para sacar a los semidioses griegos en una misión y atrapar a alguien para reemplazar a Apolo - dijo Hipnos.

- Puede ser -

- Otra cosa. Témpano... Sabes que la batalla se podría haber acortado si hubieras mencionado sus nombres romanos varias veces alternandolos con sus nombres griegos ¿Verdad? -

- Maldición, durante el combate se me olvidó rápidamente ese pequeño detalle. Y eso que ya lo había considerado -

- Piensa en eso la próxima vez. Podría ahorrarnos horas de trabajo. No lo vayas a olvidar -

- Lo tomaré en cuenta -

Hipnos salió de la cueva caminando, como si no tuviera poderes. Creo que sería buena idea calibrar el bloqueo de poderes solo para algunos dioses y/o semidioses.

Apolo seguía desmayado en su jaula helada. Artemisa estaba congelada a su lado en un bloque de hielo... El frío no lo dejaría derretirse.

Me acerqué a la celda de Thalia... Ella (para mí desgracia) ya estaba despierta.

Disparó tres flechas y apenas me dió tiempo a reaccionar. Esquivé una flecha. Las otras dos se clavaron en mi abdomen y en el muslo de mi pierna izquierda.

- QUE SEA INMORTAL NO QUITA QUE ESTO DUELA - de las heridas me brotó Ícor, la sangre dorada de los inmortales.

- DEBERÍA DISPARARTE A LA CABEZA Y MATARTE - Bueno, Thalia tenía un carácter fuerte... Demasiado fuerte.

- No podría morir así - me saqué las dos flechas del cuerpo. Afortunadamente, el frío me recuperaba.

- No me importa. Suéltame ahora mismo. Mi señora vendrá para salvarme -

- Tal vez no hayas visto alrededor aún. Estamos en Groenlandia. Los dioses del Olimpo no tienen control aquí, así como en muchos territorios o países demasiado al norte o al sur. Aquí, solo mando yo. Eso sin mencionar, que tu "señora" y su hermano están algo... Incapacitados ahora mismo -

Thalia levantó la vista y vio la jaula y el bloque de hielo.

- QUE HAS HECHO -

- Encerrarlos. No es mucho. Podríamos haberlos matado y ahorrarnos mucho trabajo. Pero no quiero desperdiciar sus poderes si no hay necesidad -

- Y QUE VAS A HACER -

- Uno, cálmate o le diré a Hipnos que te vuelva a dormir. Dos, prestame atención -

- Que se supone que vas a decir. "Me lo deben" o "voy a destruir el Olimpo". Todos los que han dicho eso han caído, una y otra y otra vez -

Ya me estaba empezando a irritar. Lo sabía porque el frío estaba aumentando.

- Respóndeme: Aparte de convertirte en un árbol y obligarte a trabajar hasta que... Te enamores  de un chico o mueras en combate para Artemisa, ¿Que han hecho los dioses por tí? -

- OTRA VEZ CON LA MISMA PREGUNTA -

Thalia empezó a tiritar ligeramente. El frío seguía subiendo.

- Respóndeme. Te tocó ser cazadora porque estabas a punto de cumplir 16 y podrías haber jodido todo ¿Verdad? -

- C... Como lo sabes -

- Hipnos, Tánatos y Hécate son muy buenos informantes -

Thalia miró hacia el suelo. Aún podía debatirme. Leí su corazón... Hera le había arrebatado a su hermano pequeño y le había tirado encima una estatua.

- Es duro. Querer proteger a alguien y que lo alejen de tí - toqué un nervio.

- Ella... Hera siempre a odiado a los hijos de su marido -

- Te estoy ofreciendo algo que nunca te van a conceder, Thalia Grace. Te estoy ofreciendo una vida eterna junto a tu hermano. No más monstruos... No más muerte nunca más -

Thalia soltó una risita floja.

- Todos dicen eso -

- Te estoy ofreciendo tomar el lugar de tu patrona, pero sin la necesidad de cazar monstruos eternamente -

Thalia cambió el tema.

- Donde están las demás -

- A salvo. Tal vez ya hayan despertado. Hipnos les dejó en bandeja de plata a Quimera -

Thalia se quedó pensando, mirando el suelo. Como era la vida de los semidioses. Por el Dios judeocristiano, ¿En serio sus padres nunca hicieron nada por ellos? ¿Ni una pequeña ayudita que no tuviera de por medio el beneficio de los dioses?

Guau. Eso no sería favoritismo. Eran dioses de todas maneras, siempre habían tenido favoritos. ¿Por qué no hacían uso de ese favoritismo por el bien de sus hijos?

- Te dejaré pensarlo. No tienes mucho tiempo, pero aún así... Tomate todo el que necesites -

Dejé a Thalia sola. Saqué volando el carro de Apolo. Era lo que necesitaba para hacer a los griegos (y tal vez los romanos) partir en una misión. Las cazadoras contactarían con los semidioses primero. Puede que los odiaran, pero a quién más podrían recurrir.

Me subí al carro y lo encendí. Esa maldita cosa salió disparada. Caí en cuenta que ese vehículo estaba en piloto automático. Solo andaba hacia el oeste (hacia donde se escondía el sol). El que lo manejaba tenía que mantenerlo en el aire, pero nada más.

Vi el botón para desactivarlo. Entonces volé hacia el lado contrario, hacia el lago Hottah en los Territorios del Noroeste, en Canadá.

La idea no era la mejor, pero era lo que tenía.

Al llegar allí, el lago se veía precioso. Decidí congelar su superficie y emplear mucho de mi poder en mantenerlo así. El carro solar dió problemas, porque irradiaba bastante calor. Cambié de idea. Dejé hundir el carro en el lago y luego enfriarlo. Eso salió mejor.

Esperaba que eso fuera suficiente mientras llegaban los semidioses para recuperar esa cosa.

Percy Jackson y el hijo perdido de CronosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora