5 " Una Noche de Locuras"💕

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Marinette Antonella Boyse Dedier.

Paso el paño mojado con olor a rosas por la vitrina, continuo así hasta que limpio todas dejándolas con un grato aroma. Aunque no entiendo para que lo hago si ya todas las flores del lugar hacen que siempre huela fenomenal.

— Por fin__ suspira Dalia terminando el arreglo bastante grande de girasoles y petunias, la pobre elaboró cuatro así ya que son para una decoración.

— Ve el lado positivo Dalí, tendrás mucho dinero en tu cuenta__ le guiño un ojo decidiendo en espolvorear también unas macetas que son bellísimas por cierto, y no lo digo porque lo hice yo.

— Dinero que va para el alquiler de este mes. Creo que el casero me va a aumentar la renta y temo no poder pagarlo__ suspira con pesar sentándose en el mueble que tenemos para los clientes__ En serio amo mi apartamento, pero me está costando mucho vivir ahí.

— Eso es porque ese lugar es grandísimo, Dalí__ dejo lo que hago para mirarla con toda mi atención__ Antes lo pagabas con tus compañeros de apartamento.

— Si, pero ahora ellos se fueron y quedé yo sola. Creí poder al principio, pero en este momento lo estoy dudando__ hace una mueca poniéndose de pie, se aproxima a unos claveles en el estante acomodando sus pétalos para que se vean mejor.

— Ahí tienes la solución, Dalia__ sintiéndome orgullosa por mi gran idea, me siento dónde antes estába la africana.

— No entiendo, explica por favor, Mari__ ladea la cabeza.

— Debes buscar un compañero o compañera, en fin, alguien que pague la mitad de la renta. Te ayudaría con los gastos como la luz, agua, gas y si es buena persona hasta pueden compartir los gastos de despensa. Y si no, pues el lugar es lo suficientemente grande para que dos personas tengan su espacio.

No es mala idea__ asiente, sopesando mi sugerencia__ Me gusta, empezaré a buscar un candidato.

—Genial, solo te aconsejo que mejor si es mujer. Antes de poder mudarme sola viví en una residencia con dos hombres, el peor momento de mi vida. Eran cochinos, flojos y siempre se oían gemidos desde sus cuartos__ me estremesco__ Mejor si es mujer.

— Cierto, y no es por discriminación sino que también se me haría mucho más cómodo__ asiento en acuerdo.

Conozco a Dalia, con su actitud linda y adorable es bastante inocente y conservadora. Es la más tranquila del grupo en comparación con la bomba de energía que somos Leo y yo juntos, creo que ella es nuestro freno de mano cuando nuestras locuras pasan los límites. Eso si, puede volverse bastante agresiva cuando se trata de las personas que ella quiere.

Media hora después, estamos cerrando el negocio. Hoy fue uno de los pocos días en dónde venimos juntas. La mayoría de veces ella tiene que hacer los encargos en su casa y yo en la mía, así que nos turnamos para abrirla. Todavía no hay tantas ganancias como para pagar un empleado.

Paso la última llave al candado y queda cerrado. Volteo a mirar como los locales alrededor de la plaza nos imitan también cerrando, las madres con sus hijos se van, solamente quedando los jóvenes que vienen en citas o los que hacen ejercicio de noche. Gente rara, lo sé.

Hago una mueca dándome cuenta que no me apetece ir a encerrarme sola, aunque ahora tengo a Nieves y me entretengo, creo que quedaré loca si sigo hablándole tanto a una ardilla. Deseo salir, divertirme, dejar la rutina con las preocupaciones, por fin hoy tengo libre, sin trabajos que entregar o elaborar.

—¿ Qué tienes planeado hoy, Dalí?__ giro poniéndome la chaqueta de peluche.

— Leonardo pasara buscándome para ir juntos a una cena con mis padres, llevamos días sin verlos y ya mamá se está quejando que sus bebés la abandonan__ ríe, con esa mirada llena de amor y agradecimiento, esa que pone cada vez que habla de los señores Carter__¿ Por?¿ Qué tienes planeado, Marinette?

Bajo La Sombrilla Azul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora