🌙🥀💋
Marinette Antonella Boyse Dedier.
– Quita esa cara, amargado. No fue la gran cosa. Yo me divertí __ me burlo un poquito viendo como sale del baño con solo un toalla cubriendolo. Relamo mis labios disfrutando la vista.
– Tú no fuiste la que te viste ridículo andando un scoter __ elabora una mueca mirándome con rencor __ todo es tu culpa.
– Nadie te obligo
–¿Seguro? Porque esos ojos de borrego y el chantajista puchero me dicen otra cosa __ acusa señalandome. Río sabiendo que soy culpable.
– Eres muy fácil de convencer, gruñón.
– Tienes ese poder sobre mi, revoltosa.
Esas instintivas mariposas revolotean llenándome de mil sensaciones. En esa habitación junto a Dylan puedo decir que soy completamente feliz.
Babeando me vuelvo espectadora de como se pone un simple bóxer como pijama para luego aproximarse a mi con esa mirada juguetona que me estremece.
–¿En que piensas, alegría?
Se echa conmigo en la cama atrayendome a su cuerpo. Sin remilgos me acuesto prácticamente encima de él.
– Soy feliz, Dylan __ inclino el cuello para verlo __ tú me haces feliz.
El australiano esboza una de esas sonrisas escasas y casi extintas. Una sincera y sin ironía ni maldad.
– ¿Y será que se me permite ampliar esa felicidad? __ en un susurro ronco, roza mis labios causando que yo también sonría.
– Siempre, gruñón.
Pienso que me va a besar, pero el contacto no llega. Arrugó los labios viendo como me guiña un ojo para a continuación estirarse y sacar algo del cajón junto a la cama.
– Mi idea era dártelo en la torre Iffel. Pero cierta persona arruino mis planes __ le saco la lengua ante la expectativa __ así que toma.
Impaciente, recibo la cajita plateada que sino conociera a Dylan pensaría que es de matrimonio.
– Que bonita __ la delineo con el dedo ansiosa __ ¿la abro?
– Esa es la idea, tonta.
Lo miro mal rodando los ojos acostumbrada a su esencial sarcasmo.
– Eres un mata romanticismo __ reniego sacudiendo la cabeza.
– Cállate y ábrelo.
Le hago caso curiosa. Destapó la cubierta quedando embelesada por la pieza en su interior.
En la cajita reposa una cadena dorada bastante fina y delicada, esta sostiene un cilindro con forma de octagono. Mi admiración se fija en el interior de este en donde reposa lo que parece una estilizada flor blanca y arriba de ella una luna azulada fosforescente.
Mi boca queda abierta al mismo tiempo que mis ojos se cristalizan de la emoción. Observo el collar incontable veces recorriendo cada detalle hasta encontrar un grabado en el vidrio del cilindro.
–Tú mi fantasía favorita, yo tú realidad
eterna. __ recito en voz alta con un nudo en al garganta __ oh, Dylan.... esto es, es... __ alzo la mirada atrapando la suya. Mantengo ese contacto sintiendo un maremoto de sentimientos __ gracias, gruñón.– Me alegra de que te gustará __ puedo notar el brillo en sus ojos y como intenta no sonreír __ a ver, vamos a ponértelo.
Instintivamente me subo a su regazo dándole la espalda. Él aparta mi cabello y con suma delicadeza coloca la joya alrededor de mi cuello. Al terminar no me muevo, sino que me recuesto en su pecho y Dylan no pierde el tiempo y me abraza con premura.
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Bajo La Sombrilla Azul.
HumorÉl es un gruñón solitario. Ella una alegre cariñosa. Ya se, la típica historia de la chica que le enseña a vivir alegremente a un chico deprimido. Eh..., no. Dylan no estaba deprimido y tampoco quería enseñanzas de vida. Y aún así, se empecina en a...