💋👩🎤🦓
Entro a mi apartamento con los pies adoloridos. Me tiro en el sofá abrazando el primer cojín que encuentro. No pasa mucho para que sonría como boba mientras recuerdo lo que pasó ahí hacen unos días.Definitivamente me encanta Dylan. Y no, todavía no se lo he dicho y aún tengo miedo, pero admito que adoro que a pesar de mis rechazos él no se haya ido.
El australiano siempre está ahí, como después de esa tarde en donde me robo jadeos y gemidos, se quedó conmigo todo el día. Me estrecho entre sus brazos mientras veíamos películas tontas.
Veo de reojo a mi ardilla, le sonrió y ella se sube en mi regazo acurrucandose. La acaricio tomando las hojas regadas en la mesa junto al sofá.
– Ay, Nieves... ese día casi y los ve __ hablo con la ardilla viendo los incontables dibujos que hago cada noche.
Dylan sonriendo.
Dylan conmigo.
Dylan cocinando.
Dylan durmiendo.
Dylan haciendo cosas tan banales como ver el cielo o haciendo ejercicio. Soy una loca que para dormir me pongo a hacer retratos de cierto rubio.
– ¿Estaré obsesionada?__ mi ardilla me juzga con la mirada __ ese día cuando llego me asuste de que viera los dibujos. Vaya a pensar que soy una acosadora.
La ardilla ladea la cabeza mirándome como si estuviera loca.
—No me juzgues, traidora __ no aparta sus raros ojos __ ¿pues de que lado estas tú?__ mira los dibujos __ traicionera, si soy yo la que te da alimento.
Infantilmente le saco la lengua.
El timbre suena lo que hace que mire el reloj de la pared. Apenas y son las tres de la tarde, así que se que no es Dylan. Me levanto arrastrando mis pies viendo por la rendija quien es.
– Leo __ recibo a mi amigo con una pequeña sonrisa.
– ¡Por fin te encuentro!__ entra con su arrasadora energía y sin permiso se tira al sofá.
Voy con él captando los dibujos que dejé en la mesa.
Oh, no. Mierda, mierda.
– Leo... __ llamo su atención nerviosa __ cuéntame, ¿que haces por aquí?__ me acerco de a poco tomando las hojas guardándolas en el primer cajón que encuentro. Nadie puede verlos. Ni siquiera Dylan, de ahí mi pánico ese día que llego de sorpresa y yo estaba en pleno momento creativo dibujando su lindo rostro. De solo pensarlo me río con la rapidez con la que oculte los retratos.
— Llevo días buscando verte. Ustedes con ese nuevo horario me tienen confundido. Cuando venia para acá estabas en la tienda y cuando iba a allá, estabas acá __ se queja sin prestarme mucha atención.
– No es tan difícil __ ruedo los ojos sentándome a su lado. Inmediatamente me recuesto en su hombro y el rodeo los míos con su brazo. Nos damos un medio abrazo __ te extrañe, loco de remate.
– Solo fueron tres días, dramática __ ríe estrechandome.
– Para mi fue una eternidad.__ dramátizo__ debes aprender el horario. Un día trabajo en la mañana y el otro en la tarde. Hoy fui en la mañana...
– Y mañana estarás en la tarde.
– Exacto __ cierro los ojos por un segundo aspirando la colonia de mi mejor amigo.
– Lo anotare en mi agenda __ propone__ ahora, ¿me contarás que pasa ?
– La rubia ya se quejo.
– Me llamo histérica __ reniega __ casi rompe mi tímpano gritando que eras una desgraciada que no le querías contar que pasa con el australiano.
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Bajo La Sombrilla Azul.
MizahÉl es un gruñón solitario. Ella una alegre cariñosa. Ya se, la típica historia de la chica que le enseña a vivir alegremente a un chico deprimido. Eh..., no. Dylan no estaba deprimido y tampoco quería enseñanzas de vida. Y aún así, se empecina en a...