3 " Arriesgarse para ganar" 💕

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🥣🐿️👗

Marinette Antonella Boyse Dedier.

Mi cabeza duele, siento como si un pájaro carpintero se golpeará contra ella. Una poca audible queja sale de mis labios, nisiquera fuerza tengo para hablar.

– Resaca mala__ frunso mis labios masajeando mis sienes.

Soy consiente que no debí tomar tanto licor, ¿ Pero de qué hablo? Ni siquiera fue mucho, es culpa de mi mala resistencia; por eso ando como si tuviera un reloj en mi cabeza.

Gruñendo, oigo el sonido de mis pantuflas cuando camino hacia la cocina, sonrió ante el maullido de gatito. Porque sí, aunque me costó, logré conseguir pantuflas de gato que maullan cuando camino y las adoro por eso.

Mis labios resecos gritan felices, ante el contacto del agua fresca y fría. Buscando en los cajones encuentro una píldora para mí dolor, la tomo sin prensarlo rogando que haga efecto rápido. No soy la mejor persona cuando me siento mal, soy del tipo amargada que paga su malestar con los otros. No es mi mejor virtud, pero no soy perfecta, soy humana.

Mi barriga se retuerce pidiendo comida, haciéndole caso me sirvo un plato de leche con cereal cortando pequeños trozos de cambur los mezclo todo. En una taza aparte sirvo unas cuantas galletas y un vaso con leche achocolatada. Lista con mi desayuno, ando hacia mi humilde sala la cual conecta con la cocina en un concepto abierto. Sentandome en el único sofá que tengo disfruto de mi comida viendo mi serie favorita en Netflix.

No me doy cuenta, pero cuando termino, ya acabé la comida y han pasado dos horas desde que me senté. Pero como culparme, El Mentalista, puede volverse una serie bastante adictiva.

Bostezando me acurrucó contra el sofá deleitandome con mi vagabundo sábado. Cierro mis ojos pensando en tomar una siesta, lastimosomente no pasa mucho para que mi traicionero cerebro traiga a relucir los recuerdos de anoche.

Cabellos rubios.

Ojos verdes.

Cervezas, charlas de fútbol.

Risas, cerveza, yo casi me caigo.

Le doy mi número y el me da el suyo.

Me despido dándole un beso muy cerca de su boca.

Me caigo cuando voy saliendo. Leonardo me carga hasta el carro.

–¡ Oh por Dios! ¡Soy una horrible borracha!__ paso una mano por mi explotado cabello. Estoy sorprendida con mi actitud, realmente soy más tímida con los extraños y me cuesta agarrar confianza, pero cuando la tengo no hay quien me detenga. Sin embargo, por lo que veo en mis recuerdos borracha soy atrevida.

Bufando niego con la cabeza sin créermelo.

–No vuelvo a tomar en mi vida__ juro al viento.

Con miedo rogando que sea una mala jugada de mi cabeza, tomo el celular buscando entre los contactos recién agregados.

–¡ Ay mi madre!__ chillo viendo en primera fila un nuevo número.

«Víctima de mí Sombrilla»

Como si me gritara en la cara ahí esta mostrándome lo desubicada que puedo llegar a ser para pedir su número.

Tratando de borrar todo eso de mi mente, me pongo de pie lista para bañarme. Huelo a pescado muerto. Necesito salir a distraerme.

Ya bañada y oliendo a lavanda gracias a mi shampoo, me visto con una holgada falda negra con franjas amarillas o amarilla con franjas negras... Ni idea de cómo será, solo se que me recuerda a una abeja y por eso la compré. La combinó con un suéter negro y unos botines blancos, me da flojera maquillarme así que solo ordenó mi cabello en una trenza de lado y estoy lista para irme.

Bajo La Sombrilla Azul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora