🎡🏹🌊
Dylan Stone.
—¿ Quieres explicarme de nuevo qué hacemos aquí?__ desde el puesto de copiloto, Daniel vuelve a interrogar por quinta vez.
— ¡Si das lata hombre!__ obviamente que lo golpea desde atrás la enana siniestra__ Ya te dijo que vamos a ver a su novia en el río...
— No es mi novia__ gruño, viendo el camino para no chocar.
— Cierto __ me da la razón sorpresivamente__ Es la chica con la que sueñas que te preste atención.
Con sus risas extremadamente ruidosas, los monos casi me rompen el tímpano gracias a ese mal chiste.
— Verdad, creo que hasta lo oí la otra noche susurrando su nombre dormido__ otro cuento falso por cierto, y pésimo de parte de Andrés.
— Ya saben, Dylan sueña con que la sexy pitufina lo vuelva su pitufo__ empieza a reír con ronquidos de cerdo, Daniel. Sin una pizca de delicadeza se echa hacia tras para chocar los cinco con su hermano.
— Ya, ya chicos. No se burlen de invierno__ interrumpe Rosmery__ No ven que si se vuelve más helado Marinette no podrá descongelarlo.
Risas y más risas tontas y descontroladas. Mentalmente cuento hasta tres para poder calmarme. Es en este momento que me siento tonto por pensar que si invitaba a Marinette a la fiesta, los monos dejarían el tema. Sin embargo, se nota que no fue así, sino que peor; se les unió la enana loca, alegando que “Marinette y tú no se veían como amigos bailando".
Lo sé, la excusa más estúpida del mundo.Sino no nos veíamos como amigos, ¿entonces que éramos? ¿ Desconocidos? Ni idea, tampoco pienso perder mi tiempo en pensarlo.
— Volviendo al tema__ respira más tranquilo Daniel__ Ya se a donde vamos, pero mi pregunta es ¿por qué?
—¿ Cómo qué por qué?__ alzo una ceja__ Ahí está la feria del río de Garona.
— Si, pero tú nunca sales. Y mágicamente decides invitarnos aquí porque Marinette lo dijo o más bien lo ordeno__ ruedo los ojos ante ese recuerdo, que por lastima los monos pudieron apreciar ya que como estaba cocinando, el celular estaba en altavoz cuando Alegría nos invitó casi como un mandato.
— No le des más vueltas, mono D. Ella alego que como yo la había invitado a tú fiesta, tenía el deber de invitarnos a algo. Así que acepte para no ser descortés __ aclaro toda duda loca que pase por sus mentes.
— Si, claro__ con ironía, rueda los ojos Rosmery. Su ojos rasgados se achinan más mientras se prepara para hablar. Pero como ya dije, no tengo ni tiempo ni paciencia.
— Ya me harté__ detengo el auto abruptamente dejándolos sorprendidos. Les quitó los seguros a las puertas, para luego fijar mis ojos en ellos __ Salgan, ya.
—¿ Qué?__ incrédulo, Andrés abre la puerta empezando a bajar__ Falta para llegar.
— Lo hubieran pensado antes de hablar de más__ ignoro sus quejas viendo cómo van descendiendo.
— ¡Pero, si el carro es mío!__ con dramatismo, mono D alza las manos con indignación.
— Sufre.
Y con eso arranco a todo motor disfrutando del delicioso silencio.
No me preocupo por ellos, si van rápido llegarán en unos minutos al río de Garona, además una buena dosis de ejercicio les hará bien a ese trío de flojos. Y yo, disfruto de mi paz mental.
Pero como nada es perfecto, el estruendoso ruido del agua en el río, los gritos de feria y personas hablando, rompen mi paz más rápido de lo que creía.
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Bajo La Sombrilla Azul.
HumorÉl es un gruñón solitario. Ella una alegre cariñosa. Ya se, la típica historia de la chica que le enseña a vivir alegremente a un chico deprimido. Eh..., no. Dylan no estaba deprimido y tampoco quería enseñanzas de vida. Y aún así, se empecina en a...