A Alex le gusta Shawn, pero, como buen chico gay adolescente, claro que su primer amor es heterosexual. Sin embargo, sus caminos se unirán gracias a un tonto accidente en bici y, a partir de ahí, Alex se dará cuenta que no todo es lo que parece, que...
Meghan se ha ido. Los chicos y yo pasamos toda la mañana con ella, haciendo las cosas que comúnmente haríamos o hacíamos, cosas que llevábamos un tiempo sin hacer todos juntos. Hubo lágrimas, muchas, y claro que la mayoría fueron mías, pero incluso hasta Matt lloró.
Corrimos en el parque cerca de la casa de Meghan como niños de cinco años, gritábamos, reíamos y hasta molestábamos un poco a las personas que nos miraban raro. También simplemente nos tiramos en el césped y vimos nubes, solo eso por..., la verdad, un buen rato, pero a todos nos encantó. Recordamos viejos tiempos. Pasamos así inclusive más de lo debido, porque llegamos una hora tarde a casa de Meghan, en donde pasó lo que no quería que llegara del día: que Meghan se fuera.
Primero abrazó a Matt, le dijo que se comportara, que dejara de hacer estupideces sin sentido, que no se matara haciendo alguna bobada antes de que ella regresara. Este lloró en su hombro y le susurró algo a ella que no pude llegar a oír. Luego, Meghan abrazó a Lucy, se dijeron cosas que la verdad no entendí y, al final, Meghan le dijo que no quedara embarazada, por alguna razón.
La ultima persona en despedirme fui yo. Cuando Meghan se acercaba a mí ya las lágrimas brotaban de mis ojos, los de ella también lo hacían y... no nos dijimos nada además de te quiero,porque solo nos abrazamos con tanta fuerza y por tanto tiempo que hasta el padre de Meghan tubo que tocar la bocina del auto porque ya se tenían que ir.
Debo admitir que este verano no será el mismo sin ella, no la pasaremos igual. Pero a todos nos alegra que se esté tomando toda esta situación lo mejor posible, como si fuera a un campamento, con una sonrisa en el rostro y hasta incluso bromear sobre ello. Sé que mejorará, que saldrá lo antes posible, porque ella es fuerte, que lo que se propone lo logra. Me emociona pensar que en unos meses tendremos a una Meghan más decidida, saludable y feliz con ella misma.
Ella estará bien.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Subo a mi habitación, me quito los zapatos con los pies y caigo de sopetón en la cama. Pero, de repente, suena mi teléfono, lo saco de mi bolsillo y veo que es un mensaje de Shawn.
SHAWN: Hola, boo. ¿Cómo estás? ¿Ya se fue Meghan? ¿Quieres hablar o salir a hacer algo?
Me alegra ver su mensaje, pero ¿«boo»? le gusta molestarme.
Este apodo surgió ayer en la cita.
Shawn me llevó a un restaurante vegano llamado ELU, del cual tenía muy pocas expectativas, pero resultó de los mejores —si no el mejor— restaurante al que ido, porque la comida, aunque fuera vegana, sabía casi igual a la comida normal de todos los días, ¿cómo es posible eso? Tal vez sí era carne, ¿quién sabe? Shawn pidió un filete, claro que no era de carne —según—, pero sabía casi igual a ella. Una locura.
Bueno, en fin, la cuestión es que él me dijo:
—Ahora que somos novios, ¿te tengo que llamar amor, boo o cómo quieres que lo haga?