Capítulo 32

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SHAWN


Me fui de la casa de Alex hace un rato porque... sé que si me quedaba más tiempo lo hubiera besado, le hubiera dicho que lo quiero, aunque él no me quiera a mí de esa forma. Y el final sería yo llorando y sintiéndome más miserable.

Estos días sin él para mí no han sido tan fáciles. Las pesadillas con Nate se han intensificado, se han vuelto más realistas, más largas, más terroríficas. Y lo peor es que la otra noche no solo soñé con el accidente de Nate, sino que también con Alex; estaba sentado en la parte de atrás del auto, y aunque yo logré salir, él no podía y... murió... junto con Nate. No logré dormir otra vez esa noche, porque cada vez que cerraba los ojos veía los de Alex mirándome frenéticamente a través del cristal, llorando, suplicándome que lo ayudara. Me ha sido difícil dormir últimamente, pero anoche algo raro pasó, y es que logré hacerlo, dormí como un tronco. Aunque lo que más me gustó de anoche no fue el haber dormido, sino que tenía a Alex junto a mí, y hasta sin darme cuenta tenía un brazo alrededor de su cintura en la madrugada, y cómo quería quedarme así, pero luego llegó a mi cabeza el no que él me había dicho cuando quise ser su novio, y me aparté de él porque seguramente él no quería que le siguiera abrazando y, también esta mañana, cuando solo traía la toalla alrededor de su cintura... Dios, cómo quería arrancársela y... y... nada, porque él no quiere que le haga nada.

Cuando lo vi tirado en el suelo del parque con la boca sangrando y amoratada, juro que mi alma cayó a mis pies, me paralicé por un momento repitiéndome en mi cabeza que solo era un sueño, porque su aspecto era el mismo de la pesadilla, así que no sabía que hacer, pero cuando tomé su mano y lo sentí supe que todo era real. Estaba tan nervioso, asustado y en shock que todo lo que aprendí de primeros auxilios se esfumó de mi cabeza, solo pensaba en que un profesional tenía que revisarlo, tenía que salvarlo. Pienso en su aspecto y un escalofrío envuelve mi cuerpo.

La verdad cuando Alex de repente me pidió que me quedara con él, sentí... me sentí feliz, estaba a punto de tirarme encima de él y abrazarlo con todas mi fuerzas, pero caí justo a tiempo en la conclusión de que él no me pidió que me quedara porque quisiera estar conmigo como yo quería, sino porque tal vez se sentía inseguro estando solo después de haber vivido todo aquello en el parque, y no lo culpo.

Alex me trajo paz, lo que no había sentido en muchos años. La primera vez que la sentí fue la noche en la que chocamos, la noche en la que cruzamos nuestras primeras palabras. Esa noche pude dormir en paz como anoche, en ese momento entendí que quería estar con Alex, que lo quería a él. Sentí que esa noche era una señal que él me haya atropellado, porque justo venía del bar gay con la cabeza a punto de explotar por la confusión de si en serio un chico me gustaba, y fue entonces que él me atropelló y... la paz que me transmitió fue la respuesta.

—Ohm... ¡¿Hola?! Tierra llamando a Shawn —me grita Ethan, bajándome de mi nube—. ¿Qué pasa? —me golpea el hombro no con muchas fuerzas.

Reacciono y veo la blusa que tiene en sus manos.

—¿Crees que le guste? —pregunta.

—Ni siquiera sé los gustos de tu madre, ¿cómo lo podría saber?

Exhala y vuelve a guindar la blusa en el perchero.

—Soy un asco en estas cosas. Si fuera para una chica solo compraría un kit de maquillaje de Kylie y ya, sexo asegurado.

—Claro, cómprale eso a tu madre y ten a tu quinto hermano.

Ethan hace una mueca.

—Que asco —hace como que vomita—. Quería regalarle algo bonito para variar. Además, es su cumpleaños numero cincuenta, quería darle por fin un regalo decente, diferente al de los años pasados.

El Chico De Los Zapatos Azules [COMPLETA☑️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora