Capítulo 3

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ALEX


Mi rostro es un poema en este momento.

¿Qué... qué acaba... de... decir? Siento claramente como mis mejillas arden, debo de estar muy rojo en este momento. Mis ojos están abiertos de par en par.

—No, no me refiero a eso —se explica—. Quiero decir que me falta una mano, así que no creo poder quitarme la ropa por mi cuenta, ¿podrías ayudarme? Es que con la medicina que me dieron en el hospital estoy un poco... tonto.

Mi boca se abre pero no digo nada.

No me puedo imaginar quitándole la ropa a... Sh... Sha... Shawn.

Okey, es definitivo, estoy en un sueño y todo lo que ha pasado ha sido producto de mi imaginación. Esto ni puede ser real, es decir...

¿Qué carajos puedo decirle? Claro que quiero ayudarlo. Pero... ¡¿Qué?! Es una broma, ¿no? ¿En serio me acaba de pedir eso a mí?, ¡¿Ahora?!

Voy a morir, por eso me están pasando estas cosas. Si no voy a morir ya estoy muerto, o en coma, o dormido en mi cama y este es un maldito sueño.

Es que... no, ¿Sabes qué? Al diablo, al diablo mis nervios, al diablo todo, voy a quitarle la ropa a Shawn, ¡claro que sí!

—Está bien si no quieres, puedes ir a tu casa. Es algo estúpido, creo poder solo.

—No —digo, y creo que he sonado más emocionado de lo que esperaba—. No es estúpido, yo te puedo ayudar, es lo mínimo que puedo hacer por... lo que te hice.

—Genial. —vuelve otra vez a sonreír.

Caminamos a la entrada de la casa.

Trago saliva.

No puedo creer que esté caminando a la entrada de la casa de Shawn, ¡junto a Shawn!

Creo que puedo morir en paz ahora mismo. De hecho, creo que puede haber murido en paz cuando Shawn me sonrió por primera vez antes de bajarse del auto. Si muriera ahora no tendría ningún tipo de problema.

Shawn abre la puerta y entramos a la casa.

¡Estoy dentro de la casa de Shawn!

Enciende las luces, y es hermosa. Al entrar lo primero que ven mis ojos es el hermoso candelabro de vidrio colgado en el techo, en el muy alto techo. Hay una enorme escalera en forma de arco que lleva al segundo piso ubicada justo frente a la puerta. Veo a mi izquierda lo que parece ser una sala de estar, muy luminosa con suelos de madera claros, un sofá muy grande de color gris y frente a él, colgado encima de una chimenea, hay un televisor enorme. Al fondo de la habitación, al otro lado de un arco, puedo ver la esquina de lo que parece una isla, por lo que asumo que esa será la cocina.

Miro a Shawn y luego me miro a mí. Con las pocas luces del exterior no había notado lo sucios que estamos. Shawn en su pantalón, aunque es negro, se logra visualizar unas manchas de lodo al igual que en su suéter. Yo estoy igual, y a mí se me ven más las manchas ya que mi pantalón es claro.

Creo que yo tambien necesito una ducha. Ojalá con él.

Cierra la puerta.

No puedo dejar de apreciar la casa, es simplemente hermosa.

—¿Quieres... algo de tomar? —pregunta y aparto mi mirada del candelabro.

—No, estoy bien. —mi boca dibuja una pequeña sonrisa con la boca cerrada, a lo que Shawn asiente y responde:

El Chico De Los Zapatos Azules [COMPLETA☑️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora