- ¿Estás nerviosa? - preguntó Flavio mientras conducía.
- Yo no soy la que está nerviosa de los dos - rio Samantha, porque se notaba que el chico un poco más y comenzaría a sudar.
Cinco años habían pasado ya desde aquel día en el que se conocieron.
Cinco años desde aquel primer encuentro que los marcó de por vida, y que les hizo nunca separarse.
Desde aquel momento sus vidas habían evolucionado para mejor.
Unas semanas después de que conocieran por primera vez a Hugo y su familia, Flavio consiguió su soñado trabajo como enfermero en el Hospital de Emergencias y trabajó muy duro para, cinco años después, convertirse en el enfermero que dirigía a los demás en el ala de urgencias.
Samantha por su lado había puesto mucho empeño en convertirse en una buena directora de su empresa familiar, sacándola adelante con el mismo éxito que había mantenido siempre. Durante esos años, entre cursos de capacitación y seminarios que tomaba para comprender aún mejor el mundo de los negocios, pasó los exámenes que le faltaban para la carrera de turismo y recibió su título, algo que sabía que a su madre la pondría muy contenta de estar aquí, aunque por el momento no estuviera ganándose la vida con eso.
Luego de un año de relación, el hecho de estar moviéndose constantemente de un sitio al otro para estar juntos les llevó a pensar que la mejor idea era mudarse juntos, ahora definitivamente. Flavio dejó aquel apartamento que lo había recibido el primer día que llegó a la ciudad y se mudaron juntos a la casa que, desde hacía ya un año, era legalmente de Samantha.
De todas formas, los sucesivos asensos que Flavio se había ganado con el tiempo y el buen posicionamiento de Samantha en su empresa los llevaron a tomar en conjunto y después de pensarlo mucho, cuatro años después, una decisión que les cambiaría la vida para siempre.
Decisión que pedía otra mudanza, ahora una definitiva, a una casa más grande.
Porque necesitaban una habitación extra si querían dar ese paso.
Samantha se enteró de que estaba embarazada unos tres meses después de que dejaran de cuidarse, y casi tuvo que atarse con cadenas a su ahora nueva casa para no salir corriendo a contarle la noticia a Flavio, aunque al chico sólo le faltaban unas dos horas para volver a casa del trabajo.
Cuando se lo dijo, Samantha juró que nada podría haber hecho más feliz a Flavio, y cuando lo vio así supo que a ella nada le podría hacer más feliz tampoco.
Sabía que ya eran una familia, pero ahora la estaban agrandando.
Flavio respiró hondo y soltó todo el aire.
- Estoy nervioso por eso que nos dijo la última vez - le dijo él, girando su cabeza para mirarla por un momento - eso de que... de que había que volver a revisar los exámenes porque algo no había dado normal... ¿no tienes miedo tu?
Estaban camino al hospital donde Samantha tenía su visita planificada con el obstetra. Llevaba dieciocho semanas de embarazo ya y ésta era su tercer visita, en la anterior su médico le había pedido que lo visitase nuevamente para terminar de revisar sus exámenes.
- ¿Te pasas los días en un hospital y tienes miedo? - Samantha soltó una carcajada mientras se tomaba el vientre ya notoriamente abultado, para éste punto era imposible esconder a nadie que estaba embarazada - irá todo bien, Fla, estoy segura.
- ¿Entonces por que quiere que volvamos hoy? Si no te tocaba hasta el mes que viene.
- No lo se amor, pero lo sabremos en nada - Samantha rio, conmovida por el nerviosismo del chico, y colocó su mano sobre la que sostenía la palanca de cambios del coche - de lo que sí tengo miedo es de cómo me ha dejado de caber la ropa... si me he comprado la falda dos talles más grandes y aún así ya no me cabe.
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Plumas blancas [ flamantha ]
FanfictionA Flavio le dijeron que si se enamoraba de ella, eso sería su perdición. Lo arriesgaría todo y se quedaría sin nada. Sin embargo, Samantha sabe que enamorar a Flavio no es nada más ni nada menos que su salvación. Ideó el plan perfecto y está lista p...