Beso en el balcón

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La tensión entre Diamante y Zafiro se intensificaba, cada palabra cargada de una rivalidad que había sido forjada a lo largo de los años. Recordaban los días en que entrenaban juntos bajo la estricta mirada de su maestro en Nemesis, donde cada golpe y cada estrategia eran un reflejo del profundo lazo que compartían, pero también de la competencia que los separaba. Diamante siempre aspiraba a ser el mejor, mientras que Zafiro se esforzaba por encontrar un equilibrio entre la fuerza y la compasión. Sin embargo, esa conexión se había convertido en un abismo de odio y deseo por la misma mujer: Serenity.

Flashback:

Entrenamiento en Nemesis
El sol brillaba intensamente sobre el campo de entrenamiento, donde el sonido de espadas chocando resonaba en el aire. Zafiro y Diamante, aún jóvenes, se enfrentaban en una intensa sesión de combate bajo la atenta mirada de su maestro.

Maestro:

—¡Concentración! Cada golpe que dan puede ser decisivo. Recuerden que no solo luchan entre ustedes; se preparan para proteger a su reino.

Zafiro esquivó un ataque rápido de Diamante, sintiendo la adrenalina correr por sus venas.

Zafiro, con determinación:

—¿Eso es todo? ¡Vamos, hermano! ¡Quiero ver tu verdadero potencial!

Diamante sonrió con arrogancia, lanzando un golpe directo hacia su hermano.

Diamante:

—¡No te preocupes! Te haré sentir cada golpe. ¡Prepárate!
Zafiro bloqueó el ataque y contraatacó con agilidad.

Zafiro:

—La fuerza sin estrategia es solo brutalidad. ¿Acaso no lo has aprendido aún?
Diamante se lanzó hacia adelante, empujando a Zafiro hacia atrás con un ataque poderoso.

Diamante, gritando:

—¡No necesito lecciones de ti! ¡Voy a demostrarte que soy el mejor!
El maestro intervino, levantando su mano para detener el combate.

Maestro:

—¡Basta! Ustedes son hermanos. Deben aprender a trabajar juntos si quieren proteger a su madre y a su reino.
En ese momento, la reina Esmeralda apareció en el campo, su presencia iluminando el ambiente.

Reina Esmeralda:

—Mis valientes príncipes, recuerden que la verdadera fuerza proviene del amor y la lealtad.

Zafiro se acercó a su madre.

Zafiro, con respeto:

—Madre, quiero ser fuerte para proteger a todos.

Diamante miró a su madre con determinación.

Diamante, desafiando:

—Yo seré el mejor. No hay nada que me detenga.

La reina asintió y se retiró, dejando a los hermanos en medio de la tensión.
Zafiro lanzó una serie de ataques rápidos hacia Diamante.

Zafiro, respirando pesadamente:

—¡No te contengas! ¡Demuestra tu verdadero poder!

Diamante contraatacó con ferocidad.
Diamante, gritando mientras atacaba:

—¡Esto no es solo un juego! ¡Voy a ganar!
Ambos hermanos lucharon intensamente, cada golpe resonando con la rivalidad que los definiría por años. Finalmente, Zafiro logró derribar a Diamante al suelo.
Zafiro, respirando pesadamente pero sonriendo:

—Eres fuerte, hermano. Pero recuerda, siempre habrá alguien dispuesto a desafiarte.

Diamante se levantó rápidamente, sacudiéndose el polvo mientras sonreía desafiantemente.

Lujuria lunar +18 (Diamante X Serena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora