Veinticinco: el infierno

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Jared miraba atentamente el movimiento de los hombres, habían descubierto hasta ahora los cambios de guardia y las zonas de patrullaje pero aún así él solamente sentía que estaban perdiendo el tiempo ahí sentados esperando por su oportunidad. Ella estaba en algún lugar de esa horrible mansión, lo sabía, solo que aún no tenía una pista de ello o de quién diablos era Vladimir Chenkov.

No por nada había sido una sombra tantos años y es que realmente nadie fuera de la organización sabía realmente cómo se veía la cara del Pakhan de la mafia rusa. Viendo a esos hombres patrullar afuera, Jared pensó que cualquiera de ellos fácilmente podría ser el jefe encubierto.

—Russell —Jared soltó los binoculares que estaba utilizando y miró hacia Morales quien no le había quitado el ojo de encima desde la fallida persecución, él creía erróneamente que los sentimientos de Jared por Ava se interpondrían en el camino y dañaría toda la operación pero el comandante Gordon confiaba en él y aún lo quería en la misión a pesar de su metedura de pata anterior.

—¿Qué pasa? —Jared se acercó a Morales y este señaló un punto a la lejanía.

—Ya viene el equipo —Jared miró hasta que sus ojos se ajustaron a la oscuridad, no había luces pero podía distinguir un par de figuras en movimiento, minutos después se convirtieron en camiones blindados y cuando llegaron junto a ellos habían al menos veinte hombres armados y listos para lo que sea. —Muy bien, los refuerzos llegarán en 20 minutos.

—Si hacemos todo bien puede que atrapemos a Vladimir Chenkov esta noche —dijo Jared en voz alta para que todos lo oyeran, se oyeron murmullos pero la mayoría parecía listo para seguir adelante lo cual fue buena señal, después de todo no se atrapaba a un jefe de la mafia todos los días y si lo hacían serían como unos héroes para la comunidad local.

Jared no pretendía ser un líder, solo quería sacar a Ava de ese infierno y si atrapaba a unos cuantos mafiosos en su camino no se molestaría, pero no era más que un soldado así que dejó la operación en manos de hombres más experimentados.

Los puestos se repartieron y en minutos todos estaban listos y armados hasta los dientes, estos por supuesto no eran hombres normales, estaba entre un grupo de élite del FBI que con gusto prestó sus servicios para atrapar a Chenkov.

Avanzaron en pequeños grupos de tres y desde todas las direcciones, ya tenían la villa completamente rodeada sin que ellos lo supieran, sin embargo dado el nivel de seguridad no podían confiarse mucho para acercarse todos a la vez. Jared se aferró a su arma y siguió a los hombres junto a él, en aproximadamente dos minutos vendría el cambio de guardia y tendrían una brecha para entrar.

—¿Listos? —preguntó Jared mirando su reloj, escuchó gruñidos de afirmación y miró atentamente mientras el guardia se alejaba de su posición. Ellos no dudaron y se adelantaron colándose por una ventana cercana, Jared miró a su alrededor y se alivió al darse cuenta que el pasillo estaba vacío.

—Estamos dentro —dijo a través del aparato de comunicación que tenía en la oreja, sus compañeros lo siguieron y los tres se movieron hacia la izquierda para abrir la puerta al otro grupo.

—Guardia —alertó el que iba delante, su apellido era Gómez. Esperaron mientras Gómez se asomaba y volvía —es solo uno por suerte.

—Puedo sorprenderlo —dijo el tercer hombre, su nombre era Roy.

—Muy bien, lo distraeremos —Roy asintió y se fue tan sigilosamente que si no lo hubieran visto irse jamás pensarían que estuvo ahí, Gómez tomó un casquillo de bala y lo lanzó cerca para que el guardia moviera su atención hacia ellos, él dio un paso y en un segundo Roy estaba sobre él asfixiándolo.

Guardaespaldas: Programa De Protección A TestigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora