Ventiuno: por las buenas

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Ava estaba concentrada en lo poco que podía ver tras la ventana, tenía vidrios polarizados así que sin importar que señales usara nadie nunca la vería.

Su cabeza aún daba vueltas con el hecho de que Nikolay todavía estaba vivo, tampoco entendía nada porque el capitán Gordon le había dicho que él había muerto en el incendio de un almacén hace cinco años atrás ¿Qué había pasado realmente? Pero sobretodo ¿Qué había pasado con Nik? El chico a principio de sus veinte con una sonrisa fácil y un millón de ideas locas.

No sabía cómo pero ahora solo podía ver a ese cascarón de hombre intimidante y malintencionado que era ahora.

"—Nunca había visto una chica tan bonita cómo tu —ella sonrió rodeando el cuello de Nik con su brazos y arrugando su nariz.

—Seguro que esas chicas rusas con las que siempre estás son más bonitas —él le dio una sonrisa ladeada y negó.

—La única chica con la que siempre quiero estar es contigo, Mi rosa —entonces de la nada Nik sacó una hermosa rosa roja y la puso frente a ella, Ava abrió los ojos con sorpresa y sonrió tomando la rosa.

—Oh Nik, me encanta —él la tomó de la cintura y la acercó más enterrando su nariz en su cuello.

—Huele como tú, aunque podría decir que hueles mejor —Ava rió abrazándolo más cerca, nunca se había sentido de esa forma por ningún chico, él era después de todo más maduro y seguro de sí, no era un chico como los de Kentucky, él era un verdadero hombre.

—¡Oigan tórtolos! —gritó Verushka saliendo del apartamento (o más bien cuchitril) que compartía con Ava. Nik se recostó contra su auto llevando a Ava con él y sacando un cigarro para ponerlo entre sus labios —¿Listos para ir de fiesta?"

El sonido de la puerta siendo abierta la sacó de sus pensamientos y la puso alerta, unos pasos y voces bajas se escucharon antes de que aparecieran dos chicas jóvenes en uniforme de mucama.

—Por favor ayudenme — ella se acercó rápidamente y las chicas retrocedieron, una traía una bandeja de comida que depositó en un mueble cercano —estoy aquí retenida contra mi voluntad, deben llamar a la policía.

Pero las chicas bajaron la cabeza con temor y ni siquiera le respondieron, se miraron entre sí y empezaron a retirarse.

—¡No, esperen! —Ava las siguió mientras hacían su retirada pero un hombre en la puerta le impidió salir de la habitación.

—No —fue todo lo que le dijo, era delgado y alto con ojos azules y mala cara. Ava retrocedió lo suficiente para que él cerrara la puerta y le pasara llave, completamente en shock Ava se dejó caer contra la puerta con un suspiro.

Un rato después su estómago gruñó y decidió no morir de hambre en ese lugar así que tomó la bandeja y se sentó en la cama, por supuesto era una especie de comida rusa que no estaba nada mal.

"—¿Crees que nos casemos algún día? —Ava preguntó y sintió a Nik tensarse debajo de ella, estaban desnudos y felices después de hacer el amor en la cama de ella.

—¿No es muy pronto para pensar en eso? —ella alzó la cabeza para mirarlo y sonrió.

—Oh cálmate, no hablo de ahora mismo —él le sonrió y empezó a jugar con su cabello —pero tal vez en unos años...

—Bueno, tendrías que aprender a hacer comida rusa y sé que no es tu favorita —Ava rió recordando ese día en el que casi había vomitado después de probar la comida de Verushka.

—Verushka no es una fuente confiable para saber si me gusta o no la comida rusa —Nik empezó a repartir dulces besos en su frente y ella suspiró satisfecha.

Guardaespaldas: Programa De Protección A TestigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora