Nueve: Hacer nada

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—Ava, nena —Tadeus se levantó e hizo una seña a la mujer rubia a su lado, ella se levantó y sonrió dándole la mano a Ava—¿Recuerdas a Maya Diaz?

—Claro ¿Cómo estás Maya? —los tres tomaron asiento y Ava miró alrededor pero Jared había desaparecido ¿Cómo diablos desaparece un policía en un local lleno de gente? Eso era una enorme hazaña.

—Oh querida yo estoy bien pero ¿cómo estás tu? Tadeus me comentaba lo que ocurrió —Ava sonrió un poco y se encogió de hombros.

—Estoy bien, la policía local ha sido una enorme ayuda aunque ahora parece que mi cara está en todas las noticias—Maya asintió comprensiva y Tadeus aprovechó el momento para entrar en los negocios.

—Bueno, de hecho por eso invité a Maya, sé que habíamos hablado en ocasiones sobre trabajar juntos y creo que es hora ¿Quién mejor para manejar tu imagen pública que la mejor publicista de Nueva York? Al menos ahora que eres una figura pública, nena.

—¿Figura pública? No lo creo —dijo ella frunciendo el ceño, Maya sonrió.

—Esta es la parte que me encanta, cuándo las estrellas no saben que lo son —Ava abrió los ojos con horror ante ese comentario lo que causó que ellos rieran —Tal vez podamos empezar con un comunicado vía Instagram sobre los sucesos y luego tal vez dar un par de entrevistas, nada presencial pues sé que tienes el enorme compromiso del desfile...

Maya empezó a hablar entusiasmada sobre un montón de estrategias de publicidad para ella y Ava escuchó al menos la mitad antes de querer desconectarse, se sentía realmente agotada por todo el estrés que últimamente la rodeaba así que una vez Maya se fue ella le preguntó a Tadeus si podía irse por el resto del día a lo que él comprensivamente casi la empujó hacia la salida.

—¿No crees que la patrulla y el uniforme solo llaman más la atención? —preguntó ella cuando Jared le dijo que la llevaría de vuelta al hotel, aún no podía regresar a su edificio aunque Tadeus le dijo que ya estaban instalando puertas nuevas y un nuevo sistema de seguridad.

—Tal vez si —dijo él pensativo y se adelantó para abrirle la puerta del auto cosa que la hizo sonreír.

—Estoy realmente agotada —dijo una vez que él entro en el auto y arrancó, Jared la miró un segundo y respondió.

—Han sido unos días agitados, debo decir que me sorprende como los ha enfrentado —ella negó sin entender.

—¿De qué hablas?

—Muchas personas no estarían tan tranquilas con el hecho de que las están persiguiendo —dijo él cuidadosamente y ella suspiró mirando sus manos.

—No lo estoy —admitió más para ella misma que para él —He tenido pesadillas y aún recuerdo ese tipo que quería secuestrarme, en algún momento pensé que podía morir... Aún lo pienso.

—Es normal —él detuvo el auto en un semáforo y se giró hacia ella —Has sido víctima de un secuestro fallido, tuviste que luchar por tu vida. Eres una mujer valiente porque a pesar de todo eso aquí estás, enfrentando tu realidad aunque tengas miedo.

—Eso... Gracias —murmuró ella, otra vez se había quedado sin palabras frente a él. Jared asintió y continuó manejando como si nada cuando el semáforo cambio la luz.

Ava se quedó callada el resto del viaje, algo no muy común en ella que fácilmente podía sacar una conversación sobre cualquier cosa y una vez en el hotel dejó su bolso sobre la cama y miró brevemente la puerta, le confortó un poco saber que Jared estaba ahí detrás sentado en una silla montando guardia.

Ava se movió por la habitación y fue al baño para llenar la bañera, un baño caliente y aromático se veía como el cielo justo ahora. Una vez dentro se acomodó disfrutando de la sensación del agua calentando su cuerpo tenso, miró hacia el techo y pensó brevemente en los logros de su vida, por supuesto para su edad había completado suficientes logros en su carrera como para empezar a sentir orgullo aunque no el suficiente, al menos no todavía. Tenia suficiente dinero, más de lo que su yo de dieciocho años llena de carencias alguna vez imaginó, eso también la hacia sentirse satisfecha. Tenía amigos, no todos eran de verdad y podría decir que la mayoría eran conocidos amistosos, eso no la hacia muy orgullosa pero era el lado hipócrita que se veía en el medio que trabajaba. Tuvo amores, varios de hecho, aunque siempre fue más una persona de relaciones largas pero por alguna razón desde hace un tiempo no podía mantener una el tiempo suficiente.

Guardaespaldas: Programa De Protección A TestigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora