Catorce: reglas

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—¿Papá? —la madre de Jared tomó la mano de Ava y la condujo dentro de la casa lo cuál fue en parte un alivio porque estaba cálido y seco,inmediatamente ella miró a todas partes tratando de absorber su entorno, era un lugar muy cómodo y rústico, una combinación difícil de lograr. El lugar estaba decorado con algunas plantas y muebles de madera con toques de color en ellos como unos cojines blancos o una manta azul bebé, parecía lo que era: un hogar —¡Papá, ya llegaron!

—¿Quién llegó? —dijo una voz rasposa desde algún sitio lejano, Ava dejó de mirar las figuritas de cristal sobre una mesa y miró a la madre de Jared que sonrió y se movió haciéndole señas para que la siguiera.

—Mi padre está algo mayor, su audición no es la mejor —caminaron por un pasillo lleno de fotos enmarcadas, Ava se maravilló al ver fotos de Jared pequeño y rubio, luego una graduándose de preparatoria, una con su madre y su uniforme de gala de la policía, se detuvo cuando vio una foto pequeña de él en un rincón abrazado a un chico y una chica, serían adolescentes y se veían felices —Ven por aquí linda, debes estar hambrienta.

—Si, un poco —Ava mintió, más bien tenía el estómago algo revuelto pero igualmente siguió a la mujer a una enorme y espaciosa cocina sueño de todo chef con todos los utensilios y electrodomésticos de acero inoxidable que podrías desear. Un hombre mayor estaba encorvado en la barra de la cocina tratando de pescar algunas pastillas pero éstas como que se movían de sitio porque le costaba agarrarlas.

—¡Maldita artritis! —se quejó el hombre pesaroso —¡¿Dónde están mis lentes?!

—¡Papá! —la madre de Jared le tendió unos lentes de pasta gruesa y prácticamente le gritó en el oído —¡Comportate que tenemos visitas!

—¿Eh? —el abuelo repentinamente miró hacía ella y Ava admitió que era adorable con su cabello totalmente blanco y piel arrugada —¿Quién es está señorita?

—¡Te lo conté anoche, se va a quedar un tiempo con nosotros! —la madre de Jared empezó a moverse alrededor de la cocina revolviendo cosas a su paso —Sientate linda ¿Café o mejor chocolate?

—Café está bien —dijo ella tomando asiento junto al anciano.

—¡¿Entonces eres la novia del chico?! Porque ya es hora de que siente cabeza —Ava soltó una risa nerviosa y negó rápidamente, supuso que no le habían explicado al abuelo quién era pero realmente ¿quién iban a decir que era?

—Apenas llegamos y ya la estás interrogando —Jared apareció en la cocina y las mejillas de Ava se tornaron rosas, obviamente había escuchado lo que el hombre había gritado a los cuatro vientos —¡Hola abuelo!

—¡Mira lo guapo que estás, te pareces a tu abuelo! —Jared sonrió cuando el hombre le palmeó las mejillas con cariño —¡Deja que ese idiota de Jenkins te vea y le dará un infarto pensando que me he vuelto joven de nuevo!

—¡Papá! —la madre de Jared lo reprendió y Jared solo rió sentándose junto a ellos. Era extraño, parecía más feliz y más accesible que en Nueva York, incluso se veía más atractivo sonriendo así —Jenkins es el otro abuelo de Jared, vive a unos kilómetros pero no los pongas en la misma habitación o trataran de subirse la presión mutuamente.

—O de arrancarse los dientes postizos, lo que pase primero —dijo Jared sentándose junto a ella, Ava rió suavemente y agradeció a la madre de Jared cuando puso una taza de café caliente frente a ella.

—¡¿Eh?! —gritó el abuelo y Jared solo rió en silencio tomando su taza de café.

—Muy bien niños, tengo panqueques, salchichas, huevos, tocino, pan tostado, donas ¡Lo que quieran! ¿Qué te gustaría linda?

—Oh... solo pan tostado suena bien —la señora Russel negó con la cabeza rápidamente.

—¿Solo eso? Linda tienes que comer más ¿Te gustan los omelettes? Puedo hacerte uno, hay cereal si quieres —Ava miró a Jared en busca de ayuda pero él se limitó a sacar el periódico de la parte trasera de sus pantalones y desenvolverlo ignorándola deliberadamente.

—Bueno un omelette suena bien —dijo ella y la mujer sonrió satisfecha, unos minutos más tarde pasos sonaron en la sala y luego un hombre alto y atractivo entró, parecía estar a mediados de sus cuarenta pero a penas se notaban alguna que otra cana en su cabello color miel.

—¡Buenos días familia! —Jared se levantó de inmediato y ambos se abrazaron con fuerza —Mírate, estás más musculoso y todo.

—Igual que tú tío Mike —el hombre miró alrededor y fue directo hasta Ava.

—Y tu debes ser nuestra invitada temporal ¿Lucy Morgan? —Ava le dio la mano y asintió sonriendo, el hombre tenía carisma y eso no se podía negar —Michael Jhonson, espero que nuestra humilde morada sea de tu agrado.

—Por supuesto que si —respondió ella y él le guiñó un ojo para ir junto al abuelo que por fin había atrapado sus pastillas y darle un beso en la cabeza, luego se acercó a la madre de Jade y le robó una tira de tocino mientras ella protestaba.

—¿Dónde está Lauren? —el tío Mike se encogió de hombros.

—No ha salido de su habitación. Adolescentes —el hombre rodó los ojos y luego la madre de Jared puso un plato frente a ella con un omelette recién hecho que olía como la gloria, repentinamente su hambre volvió con fuerzas e ignoró a todos mientras comía aunque no es que le prestaran mucha atención. Ava se había sentido muy nerviosa al principio pero ahora durante este desayuno familiar no pudo sentirse más cómoda, incluso más cómoda que en su propia casa, los Russel eran una familia muy unida y amable que invitaban a cualquiera a sentirse parte de ellos.

—Vaya, es el mejor omelette que he comido nunca —dijo Ava una vez que terminó, la madre de Jared sonrió encantada desde el otro lado de la mesa, Jared por su parte terminaba de engullir un desayuno completo y tres veces más grande que el de ella, parecía satisfecho. Ava se levantó y empezó a retirar los platos pero la madre de Jared la detuvo.

—Oh no linda, dejalos, debes estar cansada ¿no quieres darte un baño caliente? Jared ve a mostrarle su habitación —Jared bufo pero se levantó, Ava algo desconcertada agradeció el desayuno y fue tras él que subía las escaleras sin esperarla ¿Qué le ocurría?

Caminaron por un pasillo lleno de puertas y no se detuvieron hasta llegar a la última, Jared abrió y se hizo a un lado, era una habitación pequeña con solo una cama, una mesa de noche y un pequeño armario para la ropa, no había decoración más que las paredes azules y una alfombra color café junto a la cama.

—Esta es tu habitación, tal vez no tenga muchos lujos como acostumbras pero es lo que hay —ella frunció el ceño molesta porque ni siquiera había abierto la boca y él estaba asumiendo cosas de las que no tenia idea. Jared alzó una mano hacia ella y dijo —quiero que me entregues tu teléfono.

—¿Qué? No ¿Por qué?

—Creo que aún no entiendes que estás en protección de testigos, eso significa que estás bajo mi techo y mis reglas y bajo mi techo la regla número uno es que no puedes usar tu teléfono para que la mafia te encuentre —ella lo miró boquiabierta por la actitud de policía malo que le estaba dando y lentamente sacó su teléfono del bolsillo de la chaqueta y se lo entregó —Gracias.

—¿Alguna otra regla? —él sonrió lentamente y se inclinó hacia ella, Ava retrocedió un poco con sospecha.

—Un millón más —dijo acercándose peligrosamente a su cara, tanto que pudo notar algunas motas oscuras en sus ojos azules —pero esas las irás descubriendo, prima Lucy.

Y luego se fue dejándola ahí boquiabierta con el cerebro revuelto. Ava escuchó una risita y se giró para ver la cabeza de una chica rubia asomarse en la puerta de al lado, tenia los ojos oscuros y los dientes un poco torcidos, debía ser la hija de el tío Mike.

—Creo que te odia, o le gustas mucho —Ava abrió la boca para contestar pero la chica cerró la puerta de forma ruidosa y la dejó en medio del pasillo muy pérdida ¿Qué le esperaba los próximos días?

...
4/4
Sorry por la tardanza 😭

Guardaespaldas: Programa De Protección A TestigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora