1. El primero de muchos.

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Seokjin ya estaba en el punto de mira de Jungkook.

El que un joven permaneciera durante tantas horas bajo los rayos tenues del sol, casi inmóvil, inexpresivo y sosteniendo orgullosamente un cartel que ofrecía abrazos gratuitos no era ni de cerca normal dentro de la cotidiana jornada escolar que siempre ofrecía el campus.

A la lejanía, detallando al joven de rubios cabellos que lucía poco más grande que él, se preguntó genuinamente a qué se debía dicho acto.
Evidentemente se trataba de un estudiante, pues algunas personas que pasaban a su lado parecían reconocerlo y no ocultaban ni su sorpresa, ni sus burlas, aunque jamás lograron un cambio en el bonito rostro, y Jungkook habría jurado que ese sujeto era inescrutable, hasta que notó cómo sus orejas delataron un suave rojo.

Ese acto le sacó una leve sonrisa que tan rápido como llegó, se fue ante la llegada de su par de amigos.

Yoongi empujó a Taehyung para hacerlo tropezar con las piernas estiradas de Jungkook, que yacía recostado bajo la sombra de un árbol. Los dos rieron, a excepción de Taehyung, que sólo bufó molesto y decidió aprovechar su vergonzosa escena para sentarse junto al menor fingiendo que no había pasado nada. Yoongi se les unió poco después, al otro lado del pelirrojo.

—Qué torpe, Tae.

—¡Hyung, me has empujado toda la mañana!

—Sólo intento avivar tus reflejos.

—¿Y no es más fácil decírmelo?

—Si eres advertido, entonces no tiene sentido.

—Pero...

—Miren al fracasado de allá. –Decidió interrumpir Jungkook, tras aguantarse tanto las ganas de hablar acerca del tipo de los abrazos gratis.

Taehyung y Yoongi detuvieron una de sus interminables discusiones para seguir con la mirada hacia el lugar donde apuntaba su amigo. Sin embargo, el morbo de Jungkook no se sació al no obtener el mismo interés cuando ninguno de los dos corroboraron que lucía tonto.

—Supongo que se trata del famoso compañero de clase de Hoseok. Me contó que para finalizar el semestre cada uno eligió un proyecto social para justificar sus investigaciones elegidas, entonces un chico afirmó que andaría dando abrazos por ahí a todo mundo... al parecer fue humillado y muy criticado. Hoseok creyó que al final no lo realizaría. –Explicó Yoongi monótonamente, jugando con el anillo de su dedo pulgar.

—Pobre. –Mencionó Taehyung tras dejar de mirarlo. —Aunque fue arriesgado pensar en algo así. ¿A quién se le ocurre abrazar a desconocidos? Es sumamente incómodo incluso hacerlo con tus propios amigos.

Jungkook se tuvo que tragar su comentario donde lo contradecía al evidenciar la extraña obsesión que parecían tener precisamente Yoongi y Taehyung por tocarse. Incluso si cada acto era disfrazado con ligeros golpes o empujones, muestra de lo que acababa de pasar nada más arribaron.

Sin embargo alejó cada pensamiento malintencionado de su mente. Por supuesto que debía ser sólo una coincidencia, pues Taehyung tenía razón y ellos raramente habían compartido un abrazo en otra ocasión distinta a sus cumpleaños.

Sí que era incómodo, y poco importaban todos los años que llevaban conociéndose.

Entonces una sonrisa maligna se plantó en su expresión al imaginarse lo divertido que sería obligar a uno de sus amigos a darle un largo abrazo al sujeto del experimento.

Ni siquiera podría ser tan malvado con ese chico que no conocían, pues haría que Yoongi o Taehyung le ayudasen con su proyecto. Sí, sí, esa era una buena excusa.

Excusas para abrazar a Seokjin [jinkookjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora