Estaba en la cocina buscando algo que hacer de cenar. Hacía como media hora aproximadamente que había llegado a mi casa. Los chicos supuse que como habían dicho, irían a casa de Niall a jugar unas partidas de cualquier juego aburrido, pero que en cambio, a ellos les encantaban. Cogí dos huevos y un par de lonchas de queso con la intención de hacerme huevos revueltos, batí los huevos y comencé a preparar la cena. Diez minutos después, cuando la cena estaba preparada, fui con el plato y un vaso con agua a la mesa del salón. Me senté y empecé a comer. Cuando termine de comer recogí los cubiertos y las cosas que había dejado tiradas en la cocina. Yo era un auténtico desastre haciendo de comer, bueno, sabia hacer un par de cosas, pero nada sofisticado. Escuché la sintonía de mi móvil, me acerqué a donde estaba y lo cogí, en la pantalla aparecía el nombre "Harry".
¿Harry llamándome a estas horas?.
— ¿Qué pasa?.— Pregunté después de descolgar.
— ¡Yanis!.— Gritó mi amigo...¿Emocionado?.— ¡Cuanto tiempo!.
— ¿Pero qué dices Harry?.— Dije más confundida que nunca.— Pero si me acabas de ver.
— ¿Ah, sí?...Pues no me acuerdo.— Empezó a reír como un loco y escuché unas risas que no eran la suya.
— ¿Con quién estás?.— Pregunté, esperando una respuesta lógica.
— Estoy con dos tías que están muy buenas.— Dijo resaltando el "muy" y abrí los ojos como platos ante su respuesta.
— ¿Co-como que con dos tías?.— No imaginaba a Harry con dos chicas, él solo.
— Haroldo.— Dijo una voz que no me parecía muy de mujer, pero que forzosamente intentaba que lo pareciera.— Vamos a la cama.
¿¡QUÉ?!
— Harry...— Dije pero otra voz diferente me interrumpió.
— Eso Harry, cariño, te estamos esperando.— Dijo la voz, igual que la anterior. Volví a escuchar unas risas. ¿Qué estaba pasando ahí?. Yo seguía con mi cara de descomposición por lo que estaba pasando.
—Yanis, no te asustes, que son los chicos.— Empezaron todos a reír a carcajadas y yo solo tenia ganas de matarlos.
— ¡¿Cómo puedes asustarme así?! ¡Creí que te ibas a montar un trío con dos chicas cualquiera!.— Volvieron a reír, ahora más que antes. Entonces me di cuenta.— ¿Estáis borrachos?.
— ¡No!, bueno...un poquito, pero nada eh, solo una botella y media de...algo, no sé.— Volvió a reír.— Pero estaba muy bueno. Nos queda un poco, ¿Quieres?
— No, gracias.— Dije negando con la cabeza, anonadada.— Mañana hay clase, ¿como se os ocurre emborracharos hoy?.
— Pues...Chicos.— Se dirigió esta vez a los chicos.— ¿por qué nos emborrachamos si mañana hay clase?.
— Porque somos subnormales.— Dijo uno de ellos, la voz me sonaba a que era Niall, pero con la dificultad que tenían los tres para hablar, era difícil averiguarlo.
— Es verdad.— Dijo Harry.— Porque somos subnormales, Yanis.— Dijo como si nada y me eché a reír.
— Bien, al fin lo aceptáis.— Reí.— Iros ya a dormir que es lo que tenéis que hacer, adiós, panda de locos.— Colgué justo después de escuchar un "¡No te vayas Yanis, te queremos!".
Estos chicos no estaban bien, y mañana para que se levantaran sería un milagro. Subí a mi cuarto, me puse el pijama y anduve hasta el cuarto de baño. Me lavé los dientes y volví a mi cuarto. Me metí en la cama intentando conciliar el sueño, y poco después lo conseguí.
*****
Llegué a clase y me senté en mi lugar de siempre, Harry aún no había venido, y no me extrañaba. Nos tocaba juntos en esta clase y él se sentaba a mi lado. Llegó el profesor y el chico seguía sin venir. Cinco minutos después picaron a la puerta y pensé que al fin sería mi amigo que llegaba tarde, pero cuando abrió la puerta pude ver quién era el chico que se encontraba tras ella. Un chico alto, con el pelo corto hacia arriba y una mirada que recordaría sin lugar a duda.
Es él. Pensé. Era ese chico del pub, en el que me había fijado, entró después de un "Lo siento, llegué tarde, ¿se puede?" y la respuesta del profesor a su pregunta llegó después "Sí, que no se vuelva a repetir". ¿Desde cuando estaba ese chico en mi clase de literatura?. Ayer no lo vi aquí. Él miraba algún asiento libre y de repente mi mirada se encontró con la suya, y sin acordarme de que el asiento de mi lado estaba libre debido a que Harry no había venido, el chico se acercó y se sentó a mi lado.
— Hola, soy Liam.— Me tendió la mano y en seguida respondí, tendiéndole la mía.
— Yo...soy Yannel, pero puedes llamarme Yanis, encantada.— Sonreí ante su mirada y el respondió sonriéndome.
— Igualmente.— Dijo con tono bajo para que el profesor no se percatara de nuestra conversación.
Todo el resto del tiempo nos lo pasamos en silencio, atendiendo a la clase, pero con alguna mirada de por medio. Cuando la sirena del campus sonó anunciando el cambio de hora, recogí mis cosas y salí. Cuando andaba por el pasillo escuché como alguien me llamaba, me giré y vi al chico de antes, llamándome. Llegó hasta a mi.
— ¿Necesitas algo?.— Pregunté algo confusa. No esperaba que me hablara fuera de la clase.
— No, bueno, era solo para preguntarte algo. El profesor dijo algo de hacer un trabajo de dos en dos ¿no?.
— Sí, eso dijo.— Respondí.
— ¿Y tú tienes pareja para el trabajo?.— Me preguntó y de seguida me quedé sin palabras. No sabia que decirle. Harry nunca era bueno en los trabajos de literatura, siempre decía que ese tema le aburría, y con este trabajo podía sacar muy buena nota. ¿Pero y si Harry se enfadaba por no hacer el trabajo con él?. Pero por otra parte...esto era para mi futuro, y tenia que ser un poco egoísta en este caso y mirar por mi.
— No, no tengo pareja...para el trabajo digo eh, bueno, pareja en el otro sentido tampoco tengo, aunque eso ahora no es importante, claro, por que, no lo es ¿no?.— ¿Qué estaba diciendo? Lo estaba estropeando todo y solo había hablado con él una vez.
— Lo siento, me he perdido.— Rió y yo hice lo mismo.
— Nada nada, olvídalo.
— Entonces...¿Compañeros de trabajo?.— Preguntó y asentí.
— Claro, ¿Quedamos esta tarde en mi casa?.
— Sí, ¿me das la dirección?.— Asentí y le di la dirección de mi casa, después intercambiamos los números de teléfono. Nos despedimos y nos fuimos cada uno a nuestras respectivas clases.
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Obsession | Harry Styles.
Fanfiction- Me convertí en fuego para conseguirte, pero ese fuego terminó consumiéndome por completo, hasta hacerme dudar de quién soy. "Las grandes pasiones son enfermedades incurables. Lo que podría curarlas las haría verdaderamente peligrosas. -Goethe." Es...