Llegué a una cafetería y entré a tomar un refrigerio antes de proseguir mi camino. Me senté en unos de los taburetes que se encontraban frente a la barra y observe el ambiente del local.
Había pocas mesas llenas de personas que hablaban en tono bajo y algún que otro señor mayor leyendo el periódico.
- Buenos días, señorita.- Escuché y miré al chico que se encontraba tras la barra y me miraba con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios. Era un chico joven, con no más de veinte años.- ¿Qué le pongo?
- Un chocolate bien caliente, por favor.- Respondí y el chico asintió y se dirigió a una de las máquinas del fondo.
Saqué mi móvil mientras esperaba y busqué el número de Liam.
¿Sería buena idea llamarlo ahora? ¿Y qué iba a decirle?
Mientras intentaba solucionar la pelea interna que se había formado en mis pensamientos, el aparato que sostenía en mis manos comenzó a vibrar. Un nudo se formó en la boca de mi estómago y la sensación de pesadez apareció después. Miré a la pantalla de mi teléfono móvil y para mi asombro la persona que me llamaba no era Liam, sino Harry.
No estaba segura de responder la llamada, así que no lo hice. Guardé el móvil en el bolsillo de mi pantalón y esperé a que dejara de vibrar.
- Aquí tiene su chocolate.- Dijo el camarero de antes y colocó la taza frente a mí.
- Gracias.- Dije agarrando la cucharrilla y removiendo el líquido espeso que descansaba en el interior de la taza.
Me la llevé a los labios y di un pequeño sorbo.
*****
Me senté en el sofá y encendí la televisión con la intención de desconectar un poco de todo lo que me atolondraba.
Poco después de estar buscando algo que ver sin éxito alguno, llamaron a la puerta. Me levanté y fui a la puerta con la intención de abrir, pero cuando la idea de podría ser Liam o Harry quienes llamaban a la puerta llegó a mi mente me detuve.
No podía vivir con el miedo de encontrarme con ellos y afrontar lo que tuviera que pasar, porque algún día tendría que verlos, así que lo mejor es que fuera lo antes posible.
Respiré hondo y giré el pomo de la puerta. Ahí estaba...Liam. Intenté mantener mis emociones a raya y demostrarle que seguía con los mismos pensamientos que la noche anterior.
- Yanis...- Dijo mirándome a los ojos y me pareció ver un atisbo de preocupación en los suyos. Acercó sus manos a las mías y di un paso atrás poniendo distancia entre nosotros. El chico suspiró.- ¿Puedo pasar?
- Puedes hablar desde la puerta.- Escupí con brusquedad. Él asintió.
- No sé por qué estás así conmigo...no he hecho nada malo.
- Ah, ¿no? Pensé que estar toda la noche, en la fiesta que yo te preparé, bailando con tu ex-novia y sin separarte de ella era una falta de respeto hacia mí, que soy tu novia. Aunque quizás estaba equivocada y es que soy una neurótica.- Respondí, claramente irónica.
- No pensé que eso pudiera llegar a molestarte tanto, Yannel. Solo es una amiga más, no tengo nada especial con ella.- Explicó y arqueé una ceja.
- Gracias, eso me deja mucho más tranquila. ¿Algo más antes de que cierre la puerta?- Pregunté más seca de lo que pretendía.
- ¿No vas a perdonarme?
- Según tú no has hecho nada malo. ¿Por qué tendría que perdonarte? No será que has hecho algo de lo que te arrepientas, ¿no?- Pregunté, y ahí me di cuenta de que simplemente lo estaba identificando conmigo, porque yo sí me arrepentía de lo que había hecho.
- ¿Qué insinúas?- Preguntó frunciendo el ceño.
- Nada, olvídalo.- Respondí con frustración. Estaba siendo algo injusta y lo sabía.
- ¿De verdad crees que he sido capaz de engañarte con Alice? ¡Yanis, por Dios! Eso sería muy rastrero. Yo te quiero y nunca te haría eso.- Exclamó y mis ojos se comenzaron a aguar. Ahora sí me sentía la peor persona del mundo.
Antes me agarraba a la idea de que quizás Liam también me había traicionado, y entonces yo no sería la mala de la película. Pero me estaba dando cuenta de que solo era una excusa para ocultar que de verdad la única culpable de todo era yo.
- Liam, vete por favor...necesito estar sola.- Dije bajando la mirada.
- ¿No vas a creerme, Yanis...?
- Necesito pensar en todo, ahora solo vete, ya te llamaré cuando haya aclarado mis ideas...- Respondí y pude oir como el chico suspiraba.
- Estaré esperando tu llamada...- Y se fue sobre sus pasos.
Cerré la puerta y subí al cuarto de baño con la intención de darme una ducha de agua caliente.
Llené la bañera, me deshice de toda mi ropa y me metí en el agua. Flexioné las rodillas, rodeé mis piernas con mis brazos y apoyé mi barbilla en ellas.
Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos sin que pudiera contenerlas. Mi cabeza no dejaba de dar vueltas y pensar que quizá lo mejor era alejarme de todo y de todos. ¿Pero cómo iba a alejarme de mis amigos? ¿Cómo iba a dejar mis estudios? ¿Cómo iba a separarme de Liam...? ¿Y de Harry...? No podría, incluso me dolía replanteármelo.
La solución no era esa. Tendría que pensar otra cosa. Algo que me ayudara a decidirme y ordenar todas las ideas que rondaban por mi mente y no me dejaban pensar en otra cosa.
¿Pero qué podría hacer?
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Obsession | Harry Styles.
Fanfic- Me convertí en fuego para conseguirte, pero ese fuego terminó consumiéndome por completo, hasta hacerme dudar de quién soy. "Las grandes pasiones son enfermedades incurables. Lo que podría curarlas las haría verdaderamente peligrosas. -Goethe." Es...