Me quedé perpleja al ver la escena.
¿No se suponía que Harry tendría que estar mal por su pelea con Zayn? ¿A este chico ya no le importaba nada?.
Preferí no decir nada al respecto para que los chicos no se percataran de lo que yo estaba viendo. Sabía que a ellos no les haría nada de gracia y no quería más peleas.
Mis amigos, Niall y Megan, venían en nuestra dirección y recé al cielo para que no hubieran visto como Harry y esa chica coqueteaban en la entrada del campus.
— Chicos— Habló Megan— ¿Ese de allí es Harry o me fallan los ojos?— Preguntó algo confusa y señalando en dirección al chico. Los demás miraron en la misma dirección y rodé los ojos.
¿Esta chica no sabía cerrar la boca?
— ¿Quién es esa?— Preguntó Zayn.
— Pues una de las tantas que se llevará a la cama— Respondió Thris y la fulminé con la mirada— Quiero decir...será....una amiga.
— Se le ve afectado, sí— Dijo ahora Liam, claramente irónico.
— Este chico no está bien, él no es así...— Dije mirándolo y me crucé de brazos.
— Que sea como quiera, eso no es nuestro problema— Dijo Liam en un tono de desagrado.
— Liam, Harry es mi mejor...— Me cortó.
— ¿Tu mejor qué? ¿Tu mejor amigo?— Preguntó Liam algo enfadado— Yannel por favor, ya has visto como ha vuelto. Es insoportable. ¿Aún te atreves a decir que es tu mejor amigo?— Bajé la mirada y suspiré.
Tenía razón, Harry me había ignorado. Él seguro que ya no me consideraba su mejor amiga. Seguro que no me consideraba nada suyo. Me odiaba, sabía que me odiaba o al menos eso parecía.
Noté como una mano se colocaba en mi barbilla y levantaba mi cabeza. Liam hizo que lo mirara a los ojos y se acercó más a mi.
— No estes mal, ¿sí?— Asentí.
— Vamos ya dentro— Dije y el chico asintió.
Nos despedimos de nuestros amigos y entramos en dirección a nuestra clase.
*****
Hacía una hora que había llegado a casa. Acababa de terminar de comer y ahora me podría a hacer la tarea que tenía para el día siguiente.Cuando saqué los libros y todos los útiles de estudio me dirigí a la cocina en busca de un vaso de agua. Cuando lo cogí volví al salón y lo dejé encima de la mesa. El timbre de la puerta sonó y me dirigí a abrir.
Para mi gran sorpresa la persona que estaba detrás de la puerta no era ni más ni menos que Harry Styles.
— Ha-Harry. ¿Qué haces aquí?— Pregunté más que perpleja.
Me sorprendía que el chico que me había ignorado desde que volvió viniera ahora aquí, a mi casa.
El chico se quedó mirándome sin mover ni una sola parte de su cuerpo, hasta que segundos después se decidió a hablar.
— He venido a darte el regalo— Respondió y fruncí el ceño.
— ¿Qué...qué regalo?— pregunté muy confusa.
— El que tendría que haberte dado ayer, por el aniversario de amistad— Abrí los ojos como platos ante su aclaración.
Se acordó, por eso volvió ayer. Se acuerda aún de nuestro día.
Por un momento dejé de ver al nuevo Harry para que el viejo volviera a ocupar su lugar.
— ¿Por eso volviste ayer?— Pregunté.
Necesitaba oírlo de sus labios. Necesitaba oír que aún me quería y que aún sentía que era algo suyo.
— Exacto— Asintió.
Quise preguntarle por qué me había ignorado, pero preferí no hacerlo porque intuía que su respuesta iba a hacerme daño.
— Y...¿Dónde está el regalo?— Pregunté al ver que llevaba las manos vacías.
El chico sonrió de lado mostrando su precioso hoyuelo.
La curiosidad me invadió aún más al ver ese gesto del chico.
Cuando abrí la boca para volver a preguntarle, noté como el chico se acercaba a mi y me agarraba por la cintura.
Tragué saliva al notarlo tan cerca y al notar su verde mirada penetrando la mía.
— Ha-Harry...— Conseguí decir con un hilo de voz pero el chico puso un dedo en mis labios y un sonido para que me callara salió de sus labios.
— Calla y disfruta de tu regalo— Dijo y antes de que pudiera decir algo sus labios ya estaban pegados a los míos y me besaba de una forma que hizo que mis entrañas se removieran como nunca antes lo habían hecho.
Harry, el que había sido mi mejor amigo durante todos estos años, me estaba besando, y para nada me disgustaba.
Sus manos apretaban, sin llegar a hacer daño, mis caderas y su lengua arremetía contra mi boca como si hubiese estado esperando este momento mucho tiempo.
A los pocos minutos se separó y colocó una de sus manos en mi mejilla acariciándola, y aunque ese beso había sido muy salvaje, sentí que Harry lo que intentaba transmitirme era todo el amor, dolor y sufrimiento que había sentido todos estos meses.
Harry suspiró y se separó de mi.
— Buenas noches— Dijo y se fue cerrando la puerta tras su paso.
Yo me quedé sin saber que hacer exactamente, hasta que la imagen y el nombre de alguien apareció en mi mente.
— Dios mío...Liam.
*****
Harry.Llegué a mi casa. La que compartía con mis amigos, los que me habían dado alojamiento en Australia y los que se habían ofrecido a acompañarme en mi viaje de vuelta a Londres.
Cuando entré lo primero que vi fue a Luke, Ashton y Mike jugando a un videojuego en la televisión.
— Hey, Styles. ¿Dónde estabas?— Preguntó Ash y me senté a su lado en el sofá.
— He ido a casa de Yannel— Respondí y los chicos me miraron perplejos.
— ¿En serio?— Preguntó Luke y asentí— ¿Y qué ha pasado?— Volvió a preguntar el rubio.
— La he besado.
— ¡¿Estás de broma?!— Preguntó Mike algo exaltado y sorprendido.
— No, no estoy de broma. Tenía pensado hacerlo para confundirla, pero el que ha acabado confundido he sido yo.
— ¿Tú? ¿Por qué?— Preguntó Ash.
— Porque al besarla todos los recuerdos del tiempo en el que siempre estábamos juntos han vuelto a mi cabeza...Porque no entiendo por qué no puedo quitarla de mi mente.
— Harry, solo hace falta un poco más de tiempo— Volvió a hablar Ashton.
— ¿Más tiempo? Ash, llevo siete meses fuera de Londres. Siete meses llevándome a la cama a la primera...chica que se me cruzara. Siete meses ideando planes con los que vengarme de todo el daño que me hizo al irse con Liam e ignorarme como si yo no fuera nada para ella. Todo por olvidarme de Yanis. Pero nada me ha servido. Pero os juro que haré lo que haga falta para que esa chica salga completamente de mi vida. A partir de ahora voy a ser más neutral que nunca.
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Obsession | Harry Styles.
Fanfic- Me convertí en fuego para conseguirte, pero ese fuego terminó consumiéndome por completo, hasta hacerme dudar de quién soy. "Las grandes pasiones son enfermedades incurables. Lo que podría curarlas las haría verdaderamente peligrosas. -Goethe." Es...