𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 𝐒𝐇𝐀𝐏𝐄𝐃 𝐁𝐄𝐃 | Solo abrázame a través de estas noches solitarias.
• Algunos personajes que se mencionan en la historia le pertenecen a Kohei Horikoshi.
• Queda completamente prohibida su copia y/o adaptación.
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❝afecto❞
𝓢u poca altura provocaba que la zona más alta de su cabeza llegara con suerte a sus muslos. Aunque estaba de pie, justo en frente de ella, pensó que, si había algo tan alto como un muro sobresaliendo de su cuerpo, era su poca capacidad para entablar conversaciones normales con las mujeres de la academia.
—Vamos, Thyra —insistió.
—¿Entiendes lo que es un no, Mineta? —respondió con molestia. Su compañero estuvo acerca de una hora entera pidiéndole que le enseñe su habitación, pues pensó que, si Thyra era de las más carismáticas del curso, no iba a poner objeción. Sin embargo, una vez vio cómo su cara se transformó al soltar su petición, supo que hasta la idea de considerarlo fue un gran error.
—Esto es sencillo. Aléjate de ella, o te congelo hasta el cuello —dijo Todoroki, justo detrás de él. Tenía la mirada de un hombre crudo, repleto de algo resultante en la mezcla del enojo o repulsión. Pero tenía la capacidad de mostrarse imperturbable ante cualquiera—. ¿Lo repito?
No hubo necesidad de hacerlo; en dos cortos segundos, Mineta alzó carrera con un trote torpe hacia los pasillos. Huyó de algo que él mismo provocó y, en sí, la idea a Thyra le hacía un poco de gracia. En su habitación no había nada interesante, salvo figuras de sus héroes favoritos, armarios con ropa que llevaban cerrojo, una televisión apagada y un tocadiscos viejo que conservó de la casa de sus padres.
Creyó que su compañero esperaba una habitación rosa, cuyo suelo estaría embarrado —o bendecido— con prendas de ropa interior, limpias o en su espera de meterse en una lavadora; nadie podía saberlo. Solo sintió que fue la petición más asquerosa que alguien pudo haberle dado, y no podía esperar a contárselo a sus amigas.
—¿Te hizo algo? —le preguntó, tomándola por los hombros. Sus manos gruesas abrazaban los huesos, rozaban sus clavículas y caían hasta por los codos.
Thyra lanzó una risa muy pequeña. Había vuelto a su rostro ese insaciable ardor que buscaba refugio debajo de sus mejillas. Supo que debían verse rojas, como si hubiese sufrido un golpe de calor. Abrazó su cuerpo, tomándolo por la cintura y dejando que él acariciara su cabello.
—¿Qué podría hacerme? Si hubiese intentado algo hubiese pateado su entrepierna —dijo, y sonrió.
—Está bien, pero no bromeaba con lo que le advertí.
Si ella sonreía, las comisuras de sus labios ardían, queriendo copiarla. Así, lentamente relajaba el rostro, hasta que sus labios se curvaban y mostraba una sonrisa genuina que solo ella podía ver. Reírse en frente de Thyra no necesitaba esfuerzo, tampoco resistencia por mantenerse igual de serio que siempre. Al estar solos, solo tenía las ganas de subir las manos hasta rozar con los nudillos parte de su cuello, hundiéndose en una dimensión fascinante, o en un mar de piel. Ya no pudo aguantar las ganas y el escozor en todo el cuerpo. Se encorvó rápidamente, y le robó un pequeño beso creyendo que así pasarían desapercibidos de quienes aún se encontraban alrededor. Pero...
—Consigan una habitación —chilló Denki, cubriéndose los ojos. Seguía siendo toda una sorpresa, para gran parte del curso de héroes, ver a Todoroki con una actitud tan dulce.
𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑𝐀
Si algo me da pena de las reediciones que hago, es que ante el mínimo cambio de palabras en algunos párrafos, pierdo cada uno de los comentarios. :(
