Capítulo 3

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25 de diciembre de 1995. Busan, Corea del Sur.

–Baek hyung, abre la puerta, por favor.

Un pequeño Jungkook recostaba su frente contra la puerta cerrada y retenía sus lágrimas de frustración. ¿Por qué siempre tenía que llorar? Su padre tenía razón: él era un marica llorón.

–Vete, Jungkook, no quiero verte. –gritó su hermano al otro lado de la puerta, podía escuchar lo roto en su voz y el llanto que lo acompañaba.

–Hyung, déjame pasar.

–¡Fuera! –gritó furioso. Más que con Jungkook, Baekhyun estaba enojado con sí mismo, por quien era, por lo que sentía y por cómo no podía cambiarlo, estaba enojado porque era un enfermo y porque no tenía remordimiento de consciencia al serlo.

Jungkook soltó un suspiro resignado y se dio media vuelta rumbo a su propia habitación, en su camino pudo ver los grandes ventanales de la segunda planta llenos de nieve en sus cornisas. Era navidad y lo último que sentía era regocijo en su corazón. Su casa entera estaba decorada con maravillosos adornos navideños, un fresco pino de dos metros lleno de elaborados detalles era el centro de atención de la sala de estar con grandes y bastos regalos bajo él, todo parecía sacado de una película... pero para Jungkook no significaba nada si no tenía una familia amorosa con quienes compartir aquello. Entró a su habitación y se tiró en su cama. De nuevo.

Había salido a jugar con la nieve él solo pues todos sus amigos estaban ocupados teniendo una verdadera navidad en familia y Baekhyun se había perdido en un punto de la tarde, alegando a la niñera que iría a jugar videojuegos con su amigo Chen y que deseaba no ser molestado. El pequeño de los Jeon sabía que aquello era sólo una mentira pero de igual forma decidió no molestarles, pero ya había pasado horas encerrado mirando las paredes de su habitación y estaba realmente aburrido, por lo que quiso hacer muñecos de nieve.

Iba por el segundo muñeco cuando comenzó a nevar de nuevo. El pequeño sonrió feliz y corrió hacia un gran montículo de nieve donde se abalanzó de espaldas para poder hacer un angelito. Reía divertido, sintiendo las pequeñas mordidas de frío que dejaban los copos de nieve que caían en su carita, por unos momentos Jungkook quiso olvidar que para su familia era sólo otro peón y que nadie en el mundo lo apreciaba realmente, así que se dejó llevar por la diversión del momento y siguió sus actividades de invierno. Hasta que escuchó unos murmullos y pasos hundiéndose apresurados en la nieve.

Levantó la cabeza curioso por quien podría estar allí y pudo vislumbrar la silueta de un abrigo que se encontraba medio escondida entre espesos árboles escarchados en blanco. Se puso de pie y se aproximó sigilosamente en esa dirección, y al estar más cerca reconoció que era su hermano de espaldas a él y éste no estaba solo, Chen entrelazaba sus dedos con los de Baekhyun.

–Me encanta la nieve. –murmuró Baek, sonriendo alegre. Jungkook reconoció un brillo distinto en los ojos oscuros de su hermano que destellaba sólo cuando miraba a Chen.

–Lo sé, por eso insistí en salir. –esta vez fue Chen quien habló con lentitud. Hubo un prolongado silencio y luego el chico atrajo a Baekhyun más cerca–. Necesito decirte algo.

La seriedad de su rostro se contagió en la expresión del mayor de los hermanos Jeon.

–¿Qué ocurre?

–Baek, yo... –hubo un silencio y luego siguió– yo no puedo seguir con esto.

–¿De que hablas?

–Necesitamos dejar todo hasta aquí. Ya no podemos seguir teniendo esta clase de encuentros.

Baekhyun estaba sin palabras, su expresión en shock, sin alguna emoción que pudiese ser distinguida en su rostro.

Corazones Mentirosos | kookmin 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora