Capítulo 10

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⚠️TRIGGER WARING⚠️
No me siento del todo cómoda con la última parte de este capítulo así que, si eres menos de edad, por favor deja de leer cuando llegues a los mensajes del final. Si tienes la mayoría de edad, lee bajo tu propio riesgo. No afectará nada el que se salten la última parte pero igual nunca está de más advertir.

Era jueves y un estresado Jimin estaba sentado frente a su portátil revisando el balance mensual que su contador le había enviado. No sabía cómo o porqué pero esa semana estaba siendo realmente frustrante, desbordaban las obligaciones que tenía y el tener a su padre respirándole en la nuca, inconforme con todo lo que hiciera, le ponía del peor humor. Parecía una especie de hobby para el señor Park poner en duda todas las decisiones de Jimin, como si no fuese lo suficiente apto para el puesto, logrando que el castaño le recordara una y otra vez que fue él mismo quien le pidió tomar las riendas para poder tener un descanso de todo.

Su teléfono vibró a su lado y no tardó en contestar la llamada.

—Park. —respondió con sequedad.

Señor Park, buen día, le hablamos del muelle de Busán. Hicimos un pedido hace ya más de una semana y aún no ha llegado, cuando sus mismos vendedores nos dieron fecha de entrega para hace tres días. Lamento molestarlo pero ninguno de sus subordinados nos ha podido resolver el problema y su secretaria me dio su número para ver si usted por fin podría resolver todo esto.

—Uh, sí, claro. ¿La persona que les atendió les dio algún número de referencia? Para que llevaran el seguimiento de su pedido. —Jimin concentró toda su atención a la llamada, dejando por un momento el balance de lado. Llevó su mano libre hasta su frente y comenzó a masajear en el centro de ésta.

Sí, tenemos un número de referencia.

—Muy bien. ¿Sería tan amable de enviarme un correo electrónico redactando su problema y adjuntando el nombre de la empresa que realizó el pago junto al número de referencia? Yo mismo me encargaré de resolver este problema.

Claro, enseguida.

—Ah, y por favor, también adjunte el pedido detallado. Mi secretaria le podrá dar mi correo electrónico, disculpe todo esto.

Tranquilo. Hasta pronto. —dijo la voz al otro lado y Jimin finalizó la llamada.

Se quitó sus lentes de lectura y cerró los ojos. Sentía sus hombros tensos y también el inicio de una migraña que se avecinaba, aún así lo ignoró y siguió con su trabajo. Fue luego de que el reloj en su muñeca anunció el mediodía cuando Jimin bajó la tapa de la portátil y suspiraba con cansancio; se levantó de su silla y caminó fuera de su despacho, encontrando afuera, a un lado de su puerta, a su secretaria sentada en su escritorio tecleando algunas cosas en su computadora.

—Hani, iré a almorzar, volveré en unas horas. —habló Jimin ganándose la atención de la pálida muchacha.

—Oh, Jimin, te ha llegado un sobre hace un rato. —Hanni abrió una de las gavetas de su escritorio y sacó un sobre manila grueso debido al contenido de éste.

—¿Quién lo ha dejado? —preguntó extrañado. Normalmente trabajaba todo vía electrónica.

—No lo sé, lo dejaron en recepción. —respondió al encogerse de hombros.

—Puede que sea una bomba y tú estás dándomelo con toda la tranquilidad del mundo. —bromeó el castaño. Hani soltó una risita.

—Confío en que son simples documentos. —rió la mujer.

Hani era su secretaria desde hacía 5 meses que había tomado el control de la compañía; se habían llevado de maravilla enseguida puesto que la joven mujer sabía mantener el profesionalismo sin dejar a un lado su personalidad amigable, balanceando perfectamente para lograr el equilibrio de llevarse bien con su jefe sin sobrepasar los límites éticos. Sumando a ello su innegable eficiencia a la hora de realizar su trabajo, destacando entre sus compañeros.

Corazones Mentirosos | kookmin 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora