Capítulo 39 - Final

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Finalmente los árboles habían perdido todas sus hojas y las temperaturas también habían caído notablemente. Jungkook les entendía, él se sentía igual. Ya había pasado un mes desde que, con Jimin, habían acordado darse un tiempo. En ese mes habían pasado varias —no tantas— cosas; una de ellas era el inicio de su proceso de divorcio.

Siendo que fuera un caso común, sin un contrato prenupcial de por medio, habría tomado menos de dos juicios en darse la separación. Pero allí estaba, tras un largo mes de juntas con sus abogados, los de Lalisa y el juez. Estaban peleando con uñas y dientes por las acciones de la empresa y las cosas no se veían tan bien para él.

Una nueva vez —y esperaba que la última—, él junto a su equipo legal, estaban sentados en la sala de conferencias donde todas las reuniones anteriores habían tenido lugar. Una mesa ovalada con una silla a la cabeza para el juez, y cada parte de la demanda a cada lado de la mesa. Llevaban poco más de una hora allí sentados, con los profesionales litigando en nombre de cada uno. Y por su parte, Jungkook y Lalisa sólo podían mirarse con el más puro sentimiento de odio.

La sesión pasada, el equipo legal de la mujer había sacado su carta —no tan— secreta. Una que Jungkook veía venir desde el principio. Las pruebas de infidelidad de hace un par de años que el pelinegro sabía que existían, por lo que les fue fácil responder con las pruebas de infidelidad de Lisa por igual. En el mejor escenario, el juez lo tomaría como que ambos rompieron los términos del contrato y lo anularía... pero el equipo legal de la mujer parecía decidido a dejarlo sin una sola moneda. Por lo que esta vez el golpe que siguió fue bajo... y muy imprevisto.

El abogado senior sacó un par de documentos de entre sus carpetas, y tras exponer su punto las pasó a manos del juez.

—Está claro que, incluso a día de hoy, el señor Jeon sigue infringiendo las normas del acuerdo prenupcial, manteniendo una relación paralela a su matrimonio. Ni siquiera se preocupa por la salud mental de la señora Jeon, quien tiene que aguantar la consciencia de su marido en brazos de otra persona mientras sigue casado con ella. Señoría, mi cliente es la víctima, padece de constante daño psicológico y emocional debido a la falta de respeto del señor Jeon.

El juez pasaba las fotos de una en una mientras el abogado hablaba. Jungkook veía las que el juez iba colocando sobre la mesa, y la vida se le fue a los pies.

Jimin.

Todas eran fotos de él junto a Jimin, varias eran ellos dos teniendo muestras públicas de afecto, e incluso habían otras de ellos regando el jardín de casa del menor, compartiendo un beso con la sonrisa más pura del mundo.

¿Todo este tiempo Lisa lo supo?

Y la sonrisa victoriosa en los labios de la mujer fue la única respuesta que necesitó.

—Bueno, tomaremos un descanso para poder meditar esto y continuaremos con la sesión.

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—¿De dónde mierda sacaste esas fotos? —fue lo primero que preguntó Jungkook al acercarse a Lisa luego de salir de la sala.

Una sonrisa divertida se esbozó en los labios de la mujer.

—Vaya, la primera vez en un mes que le diriges la palabra a tu esposa sin ser obligado... ¿y éste es el trato que me das?

—No quiero más juegos, Lalisa.

—Tendría sentido, viendo que estás perdiendo el más importante de todos. —Lisa se acercó a él, acortando distancia, y con un tono amenazante prosiguió—. Te advertí que estabas cometiendo un error, y que no me hundiría sin dar batalla.

Corazones Mentirosos | kookmin 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora