Episodio 4

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Llevando un mes de viaje descubrí que no existe el dinero aquí pero lo más valioso es el arroz por lo que me concentre en asaltar carretas que eran llevados para un humano terratenientes.

Estos cargaban grandes sacos de arroz, telas de alta calidad y licor así que primero me asegure de guardar para mi antes de ir donde Totosai con el resto.

___: ¡Totosai!.

Estaba al borde de su territorio con una carreta cargada con seis sacos de arroz, tres barriles de licor y dos baúles con telas.

Cuando lo vi salir di mi mejor sonrisa y me apoye en la carreta al ver su rostro de asombro al acercarse.

___: ¿con esto es suficiente?.- Asintió repetidas veces y levante la carreta desde el centro para llevarselo a su cueva.- te dije que volvería.

Totosai: como los conceguiste jovensita.- Estaba examinando el licor.

___: sólo te diré que fue muy fácil reunir todo esto.- Me exprese con orgullo.- bueno como mi cuenta ya esta saldada me voy.

Salí de su cueva en dirección a mi cabaña, encontré una abandonada a mitad del bosque y está cerca de un río.

Me encargue de restaurarla y limpiarla, no es muy grande pero es perfecta para empezar, era muy parecida a las aldeas, tenía planes de expandirla por lo que ya estaba buscando materiales.

___:...necesito ir a cazar la cena.- Había almorzado hace poco pero no me quedaba carne.

Reuní ramas y las dejé listas para encenderse, aparte de la carne necesito verduras por lo que tome una canasta que había dentro junto a un cuchillo.

Me adentre en lo más profundo del bosque en donde reuní algunos hongos y verduras que encontraba por el camino.

A diez metros de donde estaba escuche gruñidos de un jabali, saque el cuchillo e apunte antes de lanzarlo, lo último que escuche fue un sonido sordo de un cuerpo caer; fui por el animal encontrandolo con el cuchillo incrustado en la cabeza, le quite el objeto antes lo tome de las patas levantandolo para volver a casa.

Una vez ahí lo corte por partes, lave las verduras para luego dejarlas colgadas para que escurriera el agua sobrante, encendí el fogón y fui por agua con una vasija grande, sin embargo, en el camino de regreso casi pierdo el equilibrio por un temblor de una explosión cercana.

No muy lejos con la poca luz que quedaba vi una gran polvareda eh hubo otra explosión un poco más adelante. Deje la vasija dentro asegurando el agua para luego ir a ver que estaba pasando, resultó que habían dos demonios peleándose por un niño humano.

Como estaba aburrida decidí enfrentarlos, de un salto quede delante del humano y le dije que se fuera, no veía la necesidad de sacar las espadas por lo que usaré mi fuerza, necesitaba quitar la tensión de los músculos.

Permití que los demonios se me acercarán antes de atacarlos dejando a último recurso la espada de cuchilla ancha para mandarlos lejos desde el aire.

Sonriente volví a mi casa a terminar de cocinar mi comida con algo de arroz, después de cenar salí al exterior con una taza de licor, el que ocultaba el líder en su habitación tenía más sabor

___: salud líder.- Levante mi taza hacia la luna.- le deseo una larga vida con buena salud.

Despues de beber todo el contenido abrace mis piernas sin dejar de apreciar el cielo nocturno.

Antes de venir a este lugar, todas las noches el líder me acompañaba a ver las estrellas y me decía que ellas no se conparaban con el brillo de mis ojos, eran como ver dos luceros alejando la oscuridad de la noche.

Siempre me repetía una y otra vez que sí valía la pena estar respirando, que no escuchara las palabras de repudio de la gente, ellos no sabían apreciar la verdadera belleza, lo diferente era especial digno de admirar como una hermosa obra de arte.

Me crío como si fuera su verdadera hija, me regañaba o castigaba en ocasiones, secaba mis lágrimas, me levantaba cuando caía y siempre estuvo hay para mí cada vez que necesitaba desahogarme.

Sentí como caía las lágrimas al recordarlo, realmente lo apreciaba como mi padre. Me quede un rato más antes d ir a dormir, ya a la mañana no creí lo que estaba viendo en el reflejo del agua del río....mis orejitas habían desparecido y en lugar de ellas me crecieron orejas como los humanos pero terminaba en punta.

Me gustaban pero es un alivio ya no tenerlas, los demonios al verme con ellas me atacaban siempre.

Desenrede mi cabello con los dedos e use una cinta negra que tenía en uno de mis brazos para hacerme un moño y lucirlo en donde deberían estar mis anteriores orejas.

Con el paso de los días los demonios no me atacaron tan seguido como antes, al parecer no les agradaban quienes portaban orejas sobre la cabeza.

El Final Del ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora