Nivel 10

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Al día siguiente las tres mujeres decidieron pasear. Solo ellas. Al parecer querían un momento sin jóvenes presentes, osea, Jungkook y yo, porque Jung Hyun había tenido que marcharse por asuntos de trabajo. Nos quedamos solos en la casa. Era la una de la tarde, ya habíamos desayunado en la mañana, y nos encontrábamos mirando una serie por la televisión.

Ayer cuando me preguntó sobre mi malestar, no le había respondido. Simplemente le dije que no importaba y que luego se lo contaría mejor cuando se me pasara el enojo. No insistió más, dejándome cierto espacio para que las energías negativas se disolvieran de mi cuerpo. También mi abuela preguntó sobre mi cara de culo y le había contestado que se lo contaría en otro instante. Ella tampoco insistió. Amaba eso; que sabía cuándo aguardar, cuándo hablar y cuándo dejarme mi espacio, porque me conocía demasiado bien. Mi abue tenía por seguro que sino confesaba ahora mi molestia, lo haría más tarde, pero lo haría.

Amanecí renovada, un buen sueño me hizo de maravilla, así que me alegraba el que las mujeres salieran a divertirse solas. Se merecían sentirse de veinte otra vez, aunque fuera por un rato. Yo haría lo mismo a su edad. Seguramente seguiría meciéndome en los columpios, yendo a los peloteros y subiéndome a inflables.

–Ayer hablé con mi padre – solté de repente, captando la atención del pelinegro que estaba a mi lado mirando la serie y que se había mantenido durante la mañana callado y en estado vegetal por el sueño.

–¿Y qué te dijo?

–Quiere que vuelva a vivir con él. Quiere que conviva con su esposa, pero ni en un millón de años podría hacerlo. Además, de la nada. Mi abuela ya me había dicho al respecto hace un tiempo – me recosté en el sofá, apoyando mi cabeza en el posa brazos -. Le dije tanto a ella como a él que lo único que me ata a su familia es Kassandra. Parece ser que tendremos que seguir con la discusión otro día, y no quiero que ese día llegué.

–Mi padre también ha intentado contactar conmigo hace un tiempo – confesó luego de un momento de silencio, con reticencia -. Tampoco he querido dirigirle la palabra. Le puedo perdonar todo el daño hecho, pero no tengo en mente volver a estar junto a él, nunca.

–La vida no nos quiere – recalqué, como las veces anteriores.

Se rió. Parecía ser nuestro mantra cada vez que hablábamos de nosotros y nuestra historia.

–Querrás decir: "el universo no nos quiere" - me corrigió, mirándome en profundidad, asomándose una pequeña sonrisa -. No comprendo si es que los dos ya sabíamos que estamos malditos o cuando nos juntamos es cuando nos damos cuenta de que lo somos.

–Malditos es una palabra muy fuerte. Prefiero llamarnos condenados – le sonreí -. Creo que esto se debe a que siempre sacamos temas oscuros a relucir. Si charláramos de unicornios y hadas no sería tan así.

–O si los problemas no nos siguieran– dice, con cierta ironía en su tono -. Tendría que aconsejarte, como persona civilizada que le des una oportunidad a tu padre, pero como no lo soy te diré que es tú elección si quieres mandarlo al diablo. Cualquier cosa que elijas estará bien – finalizó, haciéndome sonreír sin que pudiera verlo por la posición en la que estaba.

Miramos la hora del reloj por inercia cuando terminó el capítulo, dándonos cuenta de que era la hora del almuerzo.

–¿Qué tal si cocinamos algo? - le pregunté, parándome de mí sitio y yendo a la cocina, él pisándome los talones -. Me muero de hambre.

–Si eso significa que no me comerás a cambio, está bien – bromeó, golpeándolo al acercarse -. Oye, dolió. Pegas fuerte niña – se quejó, sobándose el brazo.

Virtual Love | JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora