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“El secreto mejor guardado siempre termina siendo revelado”

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Observo la hora en su mesita de noche, y suspiró con algo de fastidio, eran pasada la media noche y aún no lograba conciliar el sueño, por alguna estúpida razón su mente seguía repitiendo una y otra vez las palabras de Naruto, y el seguía repitiéndose las misma cantidad de veces lo ridículo que eso podía ser.

Hinata no era ese tipo de chica. Ella era diferente.

Pero y si, en verdad hubiera sido ella, ¿Que sentiría, que haría?

Suspirando rodó en su cama, en primer lugar ni siquiera sabía porque le daba tantas vueltas a las palabras de Naruto, era simplemente estúpido hacerse ilusiones de algo ridículo.

Naruto era un idiota por sugerir siquiera algo como eso.


Ella lo miró de reojo, ese día en especial el de veía más pálido de lo normal, todo en el gritaba cansancio y frustración, bajo sus ojos habían aparecido dos grandes bolsas que empezaban a pigmentarse de un oscuro color.

—¡Que demonios! ¡¿Pero que te paso, parece que Itachi te poseyó dattebayo?!.—grito Naruto de repente haciendo que no solo ella saltará en su asiento si no también Sasuke quién había estado con su mente deambulando quién sabe dónde.

—Jodete dobe.—gruño Sasuke sin ganas restregando su rostro con ambas manos.

Naruto lo miró unos segundos y sonrió.

—¿Sigues con eso?.—pregunto sin borrar su sonrisa.—Tu realmente te ahogas en un vaso de agua teme.—comento recostándose en el asiento de al lado.

—Necesito saberlo.—gruño y Naruto sonrió un poco más grande.

—Yo ya te di la respuesta.—dijo dedicándole una mirada divertida que hizo que todo su cuerpo se congelará y palideciera.

¡¡No podía ser cierto…!!

¡¡Él de entre todas las personas no podía haberla visto!!

¿¡Verdad!?

—¿Sucede algo Hina-chan? Te ves un poco pálida.—comento Naruto con preocupación, pero la sonrisa en su rostro le quitaba toda seriedad a su pregunta.

—E-estoy bien…—susurro levantándose de su asiento ante la atenta mirada de Sasuke y Naruto.—Necesito ir al baño.—murmuro pasando entre ambos, no sin antes darle una última mirada a Naruto quién solo le sonrió con los ojos cerrados, haciendo que un gigantesco peso se instalará en su pecho y sintiera un ataque de vértigo.

¡¡¿EL NO SABIA NADA?!! ¡¡CIERTO!! ¡¡¿¿CIERTO??!!


—Aww que linda.—escuchó susurrar a Naruto segundos después de que Hinata saliera prácticamente corriendo del salón, y sin saber porque sintió un extraño punzón en el pecho y una repentina molestia hacia Naruto.

—En fin, yo ya te di mi opinión y pintó de vista pero al parecer para ti tal cosa es ridícula, por lo que estaba pensando en que le preguntemos al único sobrio de esa noche.—dijo Naruto cruzándose de brazos y sonriendo zorrunamente.

El lo observó sin entender, hasta donde sabía todos los invitados de esa maldita fiesta habían caído totalmente noqueados por el ponche adulterado. Sin excepciones.

—¿De que estás hablando?.—pregunto realmente interesado, más Naruto solo siguió sonriendo.

—Me sorprende que aún no lo sepas.—rio divertido, pero él continuaba sin entender de quién rayos hablaba.—La última persona en llegar a la fiesta, quién llegó cuando ya no había ni una sola gota de ponche…

Y entonces haciendo un rápido recuento mental se imaginó de quién podía estar hablando Naruto.

—¡Gaara…!

—¡Elemental, mi querido Watson!.

—Entonces mi traslado ¿Ya es un hecho?.—pregunto un chico de palanca piel y ojos tan claros como la luna pero que brillaban de un hermoso tono celeste.

—En efecto Toneri-kun, como usted lo deseaba pronto estudiará en el mismo lugar que Hinata-san.—dijo un hombre de aspecto andrógino sonriendo tiernamente al joven heredero Ōtsusuki.

—¡Es espléndido! ¡Quiero darle una sorpresa! ¡Andando Momoshiki-san!.

—¿Eh? ¿A dónde?.

—¡Quiero verla! ¡No falta mucho para que ella salga de clases! ¡Iré a recogerla!.—dijo con emoción.

...

—Mueve el trasero dobe.—ordeno Sasuke mientras caminaba rápidamente por los pasillos, con Naruto a pocos pasos atrás de él.

—Ya te dije que no es necesario tanta prisa, Gaara nos está esperando.—refunfuño Naruto mientras intentaba igualar el andar de su amigo.

—Aun así, mueve el maldito trasero, quiero llegar cuanto antes.—gruño apresurando aún más su andar, ignorando deliberadamente las quejas de Naruto.

La iba a descubrir, estaba a punto de saber quién había sido la ladrona libidinosa, y una vez que lo supiera se encargaría de marchitar cualquier esperanza que ella tuviera sobre él. No quería inútiles enredos amorosos más adelante.

—¡Oh ahí está!.—escucho que Naruto grito tras él, y al levantar la mirada noto que efectivamente ahí estaba, pocos metros de él, recostado tranquilamente en el marco de la entrada del colegio.—¡Gaara!.

¿Quién robo la virginidad de Uchiha Sasuke?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora