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El traslador

Narra Tn:

Querida, es hora, arriba— Molly estaba frente mío.

Ahí voy— Dije dormitando.

Como pude, me levanté y cuando estaba más despierta, ya estaba abajo.

¿Qué les parece? —preguntó alguien—. Se supone que vamos de incógnito... ¿Parezco un muggle, Harry?

Sí —respondió Harry, sonriendo—. Está muy bien.

¿Dónde están Bill y Charlie y Pe... Pe... Percy? —preguntó George, sin lograr reprimir un descomunal bostezo.

Bueno, van a aparecerse, ¿no? —dijo la señora Weasley, cargando con una olla hasta la mesa y comenzando a servir las gachas de avena en los cuencos con un cazo—, así que pueden dormir un poco más. Harry sabía que aparecerse era algo muy difícil; había que desaparecer de un lugar y reaparecer en otro casi al mismo tiempo.

O sea, que siguen en la cama... —dijo Fred de malhumor, acercándose su cuenco de gachas—. ¿Y por qué no podemos aparecernos nosotros también?

Porque no tienen la edad y no han pasado el examen —contestó bruscamente la señora Weasley—. ¿Y dónde se han metido las chicas? ¡Aquí estás Tn!— Y se fué a buscar a Hermione y a Ginny.

¿Hay que pasar un examen para poder aparecerse? —preguntó Harry.

Desde luego —respondió el señor Weasley—. El Departamento de Transportes Mágicos tuvo que multar el otro día a un par de personas por aparecerse sin tener el carné. La aparición no es fácil, y cuando no se hace como se debe puede traer complicaciones muy desagradables. Esos dos que les digo se escindieron.

¿Se escindieron? —Pregunté.

La mitad del cuerpo quedó atrás —explicó el señor Weasley—. Y, por supuesto, estaban inmovilizados. No tenían ningún modo de moverse. Tuvieron que esperar a que llegara el Equipo de Reversión de Accidentes Mágicos y los recompusiera. Hubo que hacer un montón de papeleo, les puedo asegurar, con tantos muggles que vieron los trozos que habían dejado atrás...

¿Quedaron bien? —preguntó Harry, asustado.

Sí —respondió el señor Weasley con tranquilidad—. Pero les cayó una buena multa, y me parece que no van a repetir la experiencia por mucha prisa que tengan. Con la aparición no se juega. Hay muchos magos adultos que no quieren utilizarla. Prefieren la escoba: es más lenta, pero más segura.

—¿Pero Bill, Charlie y Percy sí que pueden?

Charlie tuvo que repetir el examen —dijo Fred, con una sonrisita—. La primera vez se lo cargaron porque apareció ocho kilómetros más al sur de donde se suponía que tenía que ir. Apareció justo encima de unos viejecitos que estaban haciendo la compra, ¿Se acuerdan?

Bueno, pero aprobó a la segunda —dijo la señora Weasley, entre un estallido de carcajadas, cuando volvió a entrar en la cocina.

Percy lo ha conseguido hace sólo dos semanas —dijo George—. Desde entonces, se ha aparecido todas las mañanas en el piso de abajo para demostrar que es capaz de hacerlo.

Se oyeron unos pasos y Hermione y Ginny entraron en la cocina, pálidas y somnolientas.

¿Por qué nos hemos levantado tan temprano? —preguntó Ginny, frotándose los ojos y sentándose a la mesa.

Tenemos por delante un pequeño paseo —explicó el señor Weasley.

¿Paseo? —Pregunté—. ¿Vamos a ir andando hasta la sede de los Mundiales?

Distintas casas (Año 1-4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora