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Norberto, el ridgeback noruego.

Narra Tn:

En las semanas que siguieron, Quirrell se fue poniendo cada vez más delgado y pálido, pero no parecía que su voluntad hubiera cedido. Cada vez que pasabamos por el pasillo del tercer piso, apoyamos las orejas contra la puerta, para ver si Fluffy estaba gruñendo, allí dentro. Snape seguía con su habitual mal carácter, lo que seguramente significa que la Piedra está a salvo. Por otro lado, las cosas con los gemelos no han cambiado, o bueno, con Fred. Apenas estoy conociendolos y no estoy enfocada en chicos ahora. Harry me avisó que irán a la cabaña de Hagrid, para que los acompañe.

En el interior el calor era sofocante. Pese a que era un día cálido, en la chimenea ardía un buen fuego. Hagrid preparó el té y nos ofreció bocadillos de comadreja.

Entonces ¿que querían preguntarme?— Habló Hagrid.

Nos preguntábamos si podías decirnos si hay algo más que custodie a la Piedra Filosofal, además de Fluffy— Preguntó Harry. Hagrid lo miró con aire adusto.

Por supuesto que no puedo —dijo— En primer lugar, no lo sé. En segundo lugar, ya saben demasiado, así que tampoco les diría si lo supiera. Esa Piedra está aquí por un buen motivo. Casi la roban de Gringotts... Aunque eso ya lo sabían, ¿no? Me gustaría saber cómo averiguaron lo de Fluffy—.

Oh, vamos, Hagrid, puedes no querer contarnos, pero debes saberlo, tú sabes todo lo que sucede por aquí —dijo Hermione, con voz afectuosa— Nos preguntábamos en quién más podía confiar Dumbledore lo suficiente para pedirle ayuda, además de ti.

Bueno, supongo que no tiene nada de malo decirles esto... Dejenme ver... Yo le presté a Fluffy... luego algunos de los profesores hicieron encantamientos... La profesora Sprout, el profesor Flitwick, la profesora McGonagall —contó con los dedos—, el profesor Quirrell y el mismo Dumbledore, por supuesto. Espera, me he olvidado de alguien. Oh, claro, el profesor Snape—.

¿Snape?— Pregunté confundida.

Ajá... No siguen con eso todavía, ¿no? Miren, Snape ayudó a proteger la Piedra, no quiere robarla—

Tu eres el único que sabe cómo pasar ante Fluffy, ¿no, Hagrid? —preguntó Harry con ansiedad—. Y no se lo dirás a nadie, ¿no es cierto? ¿Ni siquiera a un profesor?—.

Ni un alma lo sabe, salvo Dumbledore y yo —dijo Hagrid con orgullo.

Bueno, eso es algo —murmuré a los demás— Hagrid, ¿podríamos abrir una ventana? Me estoy asando.

No puedo, Tn, lo siento —respondió Hagrid.

Hagrid... ¿Qué es eso?— Cuestionó Harry, pues en el centro de la chimenea, debajo de la cazuela, había un enorme huevo negro.

Ah —dijo Hagrid, tirándose con nerviosismo de la barba— Eso... eh...—.

¿Dónde lo has conseguido, Hagrid? —preguntó Ron, agachándose ante la chimenea para ver de cerca el huevo— Debe de haberte costado unafortuna.

Lo gané —explicó Hagrid— La otra noche. Estaba en la aldea, tomando unas copas y me puse a jugar a las cartas con un desconocido. Creo que se alegró mucho de librarse de él, si he de ser sincero.

Pero ¿qué vas a hacer cuando salga del cascarón?—preguntó Hermione.

Bueno, estuve leyendo un poco —dijo Hagrid, sacando un gran libro de debajo de su almohada— Lo conseguí en la biblioteca: Crianza de dragones para placer y provecho. Está un poco anticuado, por supuesto, pero sale todo. Mantener el huevo en el fuego, porque las madres respiran fuego sobre ellos y, cuando salen del cascarón, alimentarlos con brandy mezclado con sangre de pollo, cada media hora. Y miren, dice cómo reconocer los diferentes huevos. El que tengo es un ridgeback noruego. Y son muy raros.

Distintas casas (Año 1-4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora