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El Torneo de los tres magos

Narra Tn:

Una vez que llegamos al castillo y un incidente con Peeves en la entrada con globos de agua en medio de una lluvia, ya estábamos en el Gran Comedor, y aun no encuentro a mis amigas, así que acepté la invitación de Cedric de sentarme con el para el banquete.
El Gran Comedor tiene un aspecto tan espléndido como de costumbre, y el ambiente es mucho más cálido que en el vestíbulo. A la luz de cientos y cientos de velas que flotaban en el aire sobre las mesas, brillaban las copas y los platos de oro. Al fondo del comedor, los profesores se hallaban sentados a lo largo de uno de los lados de la quinta mesa, de cara a sus alumnos. Luego de un rato, la ceremonia de selección comenzó, y conseguimos varios miembros, entre ellos a: Eleanor Branstone, Owen Cauldwell, Laura Madley y Kevin Whitby.

Tengo sólo dos palabras que deciros —dijo el profesor Dumbledore, y su profunda voz resonó en el Gran Comedor—: ¡A comer!

¿La pasaste bien? Digo, sin contar lo que pasó al final, ¿Qué tal el partido?- Me preguntó Cedric mientras llenamos nuestros platos con comida.

Fue increíble, gané una apuesta que seguí junto a los gemelos y fue muy divertido el partido, fue muy emocionante- Dije entre bocados- ¿Qué tal lo pasaste tú?

Igual, fue muy emocionante, espero algún día jugar profesionalmente, claro si es que me aceptan- Dijo mientras comiamos.

¡Genial! Este pollo está riquísimo- Dije mientras le di una mordida, lo que provocó una risa en Cedric.

Una vez que terminamos con la comida, los postres aparecieron, no me negaré a un trozo de tarta, digo, tengo mucha hambre.

A este paso terminaremos rodando- Comentó Cedric y reímos hasta que poco después el profesor Dumbledore pidió atención.

El señor Filch, el conserje, me ha pedido que os comunique que la lista de objetos prohibidos en el castillo se ha visto incrementada este año con la inclusión de los yoyós gritadores, los discos voladores con colmillos y los bumeranes-porrazo. La lista completa comprende ya cuatrocientos treinta y siete artículos, según creo, y puede consultarse en la conserjería del señor Filch. Como cada año, quiero recordarles que el bosque que está dentro de los terrenos del castillo es una zona prohibida a los estudiantes. Otro tanto ocurre con el pueblo de Hogsmeade para todos los alumnos de primero y de segundo. Es también mi doloroso deber informaros de que la Copa de quidditch no se celebrará este curso.

¿Por qué?- Pregunté exaltada.

Esto se debe a un acontecimiento que dará comienzo en octubre y continuará a lo largo de todo el curso, acaparando una gran parte del tiempo y la energía de los profesores... pero estoy seguro de que lo disfrutaran enormemente. Tengo el gran placer de anunciar que este año en Hogwarts...- Pero en aquel momento se escuchó un trueno ensordecedor, y las puertas del Gran Comedor se abrieron de golpe.

En la puerta apareció un hombre que se apoyaba en un largo bastón y se cubría con una capa negra de viaje. Todos miramos al extraño, repentinamente iluminado por el resplandor de un rayo que apareció en el techo. Se bajó la capucha, sacudió una larga melena en parte cana y en parte negra, y caminó hacia la mesa de los profesores. Un sordo golpe repitió cada uno de sus pasos por el Gran Comedor. Llegó a un extremo de la mesa de los profesores, se volvió a la derecha y fue cojeando pesadamente hacia Dumbledore. El resplandor de otro rayo cruzó el techo. El extraño llegó hasta Dumbledore. Le tendió una mano tan toscamente formada como su cara, y Dumbledore la estrechó, murmurando palabras. Parecía estar haciéndole preguntas al extraño, que negaba con la cabeza, sin sonreír, y contestaba en voz muy baja. Dumbledore asintió también con la cabeza, y le mostró al hombre el asiento vacío que había a su derecha.

Distintas casas (Año 1-4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora