O5:; Sirius Black

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Aviso: corto y ¿triste?

La mejor forma que tenía de ayudar a la Orden era fingir que seguía los ideales de sangre que tiene mi hermano y el resto de los mortífagos. Pero odiaba cada momento del día en el cual debía escuchar hablar de los muggles o de los nacidos de ellos como si fuesen basura, de verdad que lo odiaba. Para mí, tener la asquerosa marca en el antebrazo era lo peor, pero Sirius me ayuda bastante a sobrellevarlo lo mejor que puedo. Todo sea por el fin de Voldemort.

—Jane. —Susurra Sirius con una sonrisa. —Te has vuelto a quedar mirando el tapiz de forma pensativa.

—Lo siento, es que estaba pensando en mi hermano. —Contesto con sinceridad. Ser una Malfoy que no venera el estatus de sangre es lo peor, pero para mí, es esconder mi verdadero yo. —Tengo ganas de pararle los pies a Voldemort y que puedas ser libre al fin. Te lo mereces.

—Cuando sea libre, tú y yo nos casaremos. —Dice Sirius abrazándome la cintura y pegándome a su cuerpo con una sonrisa. —Ya verás, nuestros hijos no sabrán nada de la sangre ni esas estupideces.

—Eso suena bien, Black. —Respondo antes de unir nuestros labios en un cálido beso, pero nos vemos interrumpidos por Kreacher.

—Amo Black, el hipogrifo ha sido herido. —Dice Kreacher inclinándose hasta casi rozar la nariz en la alfombra. Sirius frunce el ceño y me vuelve a besar para despedirse de mí.

—Nos vemos mañana. —Susurro contra su cuello, aspirando su aroma. —Te quiero mucho, Sirius.

—Yo también te quiero, Jane. —Responde Sirius antes de subir a curar a Buckbeack. Mirando por última vez a su prometida mientras esta caminaba por el pasillo hacia el exterior.

Horas más tarde, dos cuerpos yacen en partes diferentes de Gran Bretaña. El primero acusado de tración a la sangre Malfoy frente al Señor Tenebroso. El segundo, en el Ministerio de Magia a manos de Bellatrix Lestrange.





ONE SHOTS - HARRY POTTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora