ΩCapítulo 15Ω

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Luego de pasar varios días sometido a diversos análisis,  estudios, pruebas, evaluaciones y test, por fin me dejaron en paz, y me permitieron recibir visitas.
Lo primero en atravesar mi puerta fue el maravilloso aroma de flores de duraznos, seguido del rostro más sublime de mi vida, una sonrisa se instaló en mi rostro y mi cuerpo se llenó de calidez, mi corazón quería saltar hasta sus brazos y mis brazos por inercia trataron de abrazarle, pero solo uno pudo elevarse en su dirección ya que el otro seguía obedientemente sujeto a la barra de la camilla por un reluciente par de esposas. Alexis, se acercó con una extraña expresión en su rostro, que no lograba comprender, pero que nuestro lazo tradujo eficientemente para mi como "CULPA", él se sentía culpable por mi actual condición de recluso, y lo cierto es que no encontré rastros de lamentación alguna por la vida de la pobre omega asesinada, no, él se culpaba por haberme dejado solo, por haberse dejado convencer de que nuestra separación era oportuna, por no haberme arrastrado lejos con él, por descuidarme, pero no por la chica, incluso sentía un dejo de satisfacción por su muerte y por muy mal que suene yo me sentía muy bien con esos sentimientos, lo cierto es que quizás lamentaba su muerte, pero no por la vida truncada sino por los problemas que me estaba causando.
Alexis solo clavó su mirada en mí, abrazó mi cuerpo y nos quedamos así, consolándonos mutuamente en un apacible silencio que era más reconfortante que cualquier discurso que pudiéramos decirnos.
El suave aroma de mi Alfa tenía a mi lobo eufórico, y lograba sentir que su lobo estaba igual que el mío, sin dudas nuestro lazo era muy poderoso, el comenzó a frotar su cabeza en mi cuello, lamió un par de veces las cicatrices de las mordidas, y sentía su intenso deseo de dejar más,  de hecho yo mismo sentía mis dientes picar, pero no era un deseo erótico era un sentimiento más protector y posesivo, y sentía aquello muy profundo en mí.
Luego de lo que pareció apenas un suspiro, entró Remi, seguida de muy cerca por su Alfa, quien estaba claramente a la defensiva y ¿cómo ofenderme? Yo acababa de matar sin ningún tipo de control, culpa o piedad a una pobre e indefensa omega, y Remi lo presenció en primera fila, su lazo es más fuerte que el promedio, por ser una pareja de destinados, por lo que su Alfa sintió el pánico nítidamente, así que era lógico que su alfa se comportara tan sobreprotector, yo ignoré esto y los saludé con toda mi calma, Remi no tenía mucho que decir, así que se limitó a preguntar como me sentía, me puso al tanto del proceso legal y de la llegada del Alfa Lagunillas, me explicó que el centro de salud fue clausurado y que tendrían los resultados de mi diagnóstico por la tarde.
Una vez que dijo lo que era necesario tomó a su Alfa y salió de la habitación dejándonos solos nuevamente. Esta vez Alexis eligió poner algunos pensamientos en palabras.
-Esteban, quiero que vengas conmigo- Dijo con una voz suave, no como una orden, más bien como una súplica.
Pude sentir por nuestro lazo que le costaba decir aquello, porque en su calidad de Alfa "pedir" a otro Alfa es duro, entre alfas solemos demandar y gana el que pesa más. Pero su lobo estaba dispuesto a rogarme con tal de que no nos separemos más y logré saber todo aquello gracias a nuestro lazo y esto llenó mi corazón de ternura, un sentimiento que no conocía y se sentía tan bien.
-Tienes razón, no podemos estar separados, nos hace daño, iré contigo dónde sea que quieras llevarme amor-
Dije aquello con sinceridad y solemnemente, porque realmente le necesitaba a mi lado donde rayos sea que eso sea posible. Mi vida ya no existía ahora solo existía Alexis.
Alexis sonrió y como si el sol se hubiese mudado a su rostro este gesto iluminó mi corazón y lo llenó de un reluciente sentimiento de bienestar placentero. Era tan hermosa su sonrisa, ¡lo anhelaba tanto! Mis labios ardían por besarle y él reaccionando juntó nuestros labios en un intenso y jugoso beso, lleno de pasión y deseo. Cuando estaba comenzando a repercutir el ardiente beso en mi entrepierna oí la puerta, y mi respiración acelerada se vio interrumpida en un suspiro, Alexis sonrió muy satisfecho con las emociones que dejó en mi interior y dijo en mi oído:
-¡te deseo tanto!-
Cielos, que maldito, ¿cómo escondo esto ahora? La sonrisa radiante y satisfecha de Alexis atrajo de inmediato la atención de la mujer que entró que emitía un muy suave aroma a banana, asi que supuse y agradecí que solo fuera una beta, porque el aroma a feromonas sexuales estaba apestando el sitio.

Tierno AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora