🔥ΩCapitulo 5Ω🔥

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Mi cabeza comenzó a despejarse un poco mientras me alejaba de Alexis... -"Mmmmmm Alexis" hasta su nombre suena dulce...- Pensé ~"Basta Esteban, céntrate"~ me ordené.

-Señor Ramírez, apresúrese Natalia esta en la suite aullando por "SU" Alfa, por favor, no le haga esperar más o el Alfa se inquietará, no quiere problemas ¿cierto?- Dijo Remi en un tono de miedo con tintes de sensatez, tratando de llenar de luz mi oscurecido razonamiento.

Era evidente que Remi, siendo una Ω emparejada con su destinado entendiese tan claramente lo que ocurría, pero era yo quien no tenía ni la menor idea de que rayos me ocurría o que ocurriría luego.

-Muy bien Remi, ya voy. Y ¡muchas gracias! ¡¡¡Ha!!! Y por favor, ¡cuida de Alexis!-

Dije aquello último con verdadera súplica, sentía una profunda necesidad de garantizar el bienestar de ese perfecto extraño que acababa de conocer y saborear.  Nononono tengo trabajo. Rayos ¿seré el padre de mi sobrino? ¡¿Qué?! No, basta.
Llegué a la puerta de la suite, gracias a Dios el sistema de aislamiento funcionaba a la perfección, no había rastros de aroma a celo, no se oía ningún sonido, nada.
Tomé una respiración profunda, coloqué mi palma en el lector, acerque mi rostro a la cámara y la puerta me dejó entrar.

Lo primero que me golpeó fue el aroma a jazmín con unas trazas de agujas de pino, (aroma de su macho), realmente olía muy bien, dejé que mis instintos reaccionasen, después de más de media vida haciendo esto, me era casi automático, aflojé mi cuerpo, desatando mis instintos y cuando me giré a mirar la cama, la imagen que vi era simplemente sobrecogedora.

Allí estaba Natalia, con sus pechos erizados, con una mano manoseándolos y la otra frotaba frenéticamente su clítoris, aún  a varios metros de distacia pude notar el brillo en las caras internas de sus muslos por el lubricante que estaba drenando y ¡rayos! Se veía tan genial, olía tan malditamente sexy. Ella notó mi aroma de pronto,

-¿Alfa?- gimoteó

-Aquí estoy Nat- contesté suavemente, liberando mis feromonas de sexo para incitarle a entregarse.

-¿Alfa?- me preguntó más exigentemente, buscando en la habitación a SU macho.

-Nati, mi amor, ¿Quieres cachorros verdad?- le dije, utilizando mi tono más encantador

-Si, cachorro, ¿Alfa?- Su tono ya era mucho más sumiso y el reclamo por SU alfa mucho menos enérgico

-Eso es cielo, ven conmigo, te daré un cachorrito amor, ven- Dije esto mientras me abría el pantalón y liberaba mi pene, que dolía mucho por las erecciones que le produjo Alexis.

Natalia gateó sobre la cama, yo terminé de acercarme, lo cierto es que esta era la parte en que más había tenido dificultades en el comienzo de mi negocio, lograr que un Ω acceda a que otro Alfa le atienda el celo, suele ser perturbador para los Ω y si el Ω no está predispuesto su útero se sella y aunque vierta litros de semen en el ducto jamás llega a fecundar, por lo que el acoplamiento debe ser consensuado.

Natalia llegó al borde de la cama y yo también, ella inmediatamente tomó mi pene y comenzó a hacerme una mamada, y lo hacía muy bien,  mientras yo me quité la camisa, y luego me dediqué a verla, Natalia si que sabía lo que hacía utilizaba sus manos allí donde su boca no alcanzaba a llegar y realmente estaba logrando excitarme, la tomé del cabello y saqué mi pene de su boca, luego le llevé la cabeza de los pelos a mi pija y la moví a voluntad, podía sentir como su aroma se hacia más fuerte, realmente lo estaba disfrutando y eso me excitaba más, aún del cabello la atraje a mi boca y le besé con descaro, haciéndole desearme, quería que suplicara por mi verga en ella. Así que debía hacerle desear.

-Alfa por favor- dijo realmente necesitada

-Dilo preciosa, pídemelo, vamos- Dije con mi voz ronca por el deseo y el aroma del celo que me tenían embotado

-MÉTEMELA- Dijo con fuego en la voz y los ojos.

El gruñido de mi Alfa se oyó en toda la habitación, terminé de quitarme la ropa y le bajé de la cama, la tomé de la nuca y la arrodillé frente a mí, metí mi pene en su boca y empecé a bomberla,
-¿Te gusta asi preciosa? ¿Esto querías no?- Pregunté con malicia mientras derramaba todo mi semen en su boca, su pecho y su cara

-¡Qué buena mamada putita!- Dije mientras recogía restos de semen de sus tetas y se los metía en la boca,

-Eso, así, trágatelo todo, que buena perra! Lámela, si muy bien, lo haces muy bien- dije al ver que se endurecía mi pija otra vez.

La tomé del pelo nuevamente y la levanté del piso, ahora le puse sobre la cama en cuatro y sin aviso la embestí, un suspiro profundo salió de su boca, al sentirse llena de pronto, inmediatamente comenzó a empujarme atrás queriendo más de mí en su interior, sus gemidos no se hicieron esperar, comenzó a sudar y el aroma a jazmín reinó en cuestión de minutos, se sentía cálida y húmeda y el aroma estaba mareándome, le di la vuelta y lleve sus piernas a mis hombros, teniéndole así de frente tenía una perfecta visión de sus hermosas tetas, enterré mi cara en ellas, chupando una y estimulando con mi mano la otra mientras le penetraba rítmicamente, podía ver su rostro contorsionarse al encontrar el umbral de su orgasmo, deje su teta y llevé mi mano a su clítoris y comencé a masajearlo mientras chupaba sus tetas y la penetraba cada vez más rápidamente, y pude ver en su rostro el orgasmo antes de sentirlo en su cuerpo, su vagina comenzó a ondular sobre mi pene y al momento sentí como se mojaba mi miembro en su interior, pude notar las oscilaciones en sus piernas y el grito que salió de su boca fue de lo más exquisito que oí jamás. Extendí su orgasmo el máximo posible, y es que mientras más satisfecho el Ω menos doloroso es el nudo, y eso es lo que sigue y no quiero dañarla.
Bajé un poco la intensidad de mis embestidas, dejé sus tetas y su clítoris , para luego poder orillarle a un nuevo orgasmo, le dejo un minuto así y luego nuevamente comienzo a estimularle de todos los modos en que puedo, comienzo liberando feromonas, esto automáticamente le pone los pezones y el clítoris duros, llevo mi boca hambrienta hasta sus tetas y me doy un banquete de estas, con una de mis manos manoseo su clítoris y con la otra estimulo su ano, separo mi boca de sus tetas y muy seductoramente le digo:
-¡Que rica que estás Nati, me dan ganas de cogerte por siempre! ¡Me encantan tus tetas!-
Y con esto nuevamente Natalia se derrite sobre mí, ya podía ver la humedad en las sábanas,  y el fuerte aroma a jazmín nuevamente nubló mi mente, dominado por mis instintos comencé a bombearla sin piedad, frenéticamente, sintiendo como el fuego se acumulaba en mi interior pugnando por salir, de pronto Natalia suplica en mi oído
-Anúdame Alfa-
mi lobo rugió y su vagina parecía querer tragarme y de pronto sentí el calce del cuello uterino en la punta de mi miembro y mi nudo se formó limpiamente, casi sin causarle molestias a Nati, y así comencé a llenarla de mi semen.
Nos quedamos quietos así, como 10 minutos, hasta que el nudo se disolvió.
-¿Alfa?-
-Dime preciosa-  Dije
-¡Más!- Exigió Natalia

Tierno AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora