ΩCapítulo 18Ω

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Mi cabeza palpitaba atrozmente, mi boca sabía a metal, mis oídos percibían un goteo incesante que estaba taladrando mi pobre cerebro, la luz parecía ensañada en torturar mis miserables ojos, mi cuerpo dolía por doquier, sentía frío y unas nauseas insistentes amenazaban con vaciar mi estómago de por sí ya vacío.

Las arcadas me zamarrearon con violencia, pero solo salía una sustancia ácida e incolora de mi boca, produjo ardor en mi nariz y mi garganta, continuaron aquellos inclementes espasmos en mi vientre y mi cabeza parecía a punto de estallar.

Hasta que siento una mano en mi espalda y una voz que mi cuerpo y mi corazón recibieron llenos de gusto.

-Calma amor, aquí estoy- dijo Alexis con una voz cargada de angustia.

Trate de voltearme para verlo y poder abrazarlo, pero mi cuerpo no respondía bien, tal vez debido a las drogas que me dieron.

-Shhhhh calmate bebé, yo te ayudo- diciendo esto Alexis tomó una toalla de manos, la humedeció en el lavamanos del baño y me la frotó suavemente por el rostro, iniciando en mis labios, luego lo llevó a mi nuca y suspiré, eso realmente ayudaba.

No podía pensar por la maldita migraña, pero Alexis podía percibir absolutamente todo mi malestar, y me lo dice.

-Mierda Esteban, ¿por qué se siente tan espantoso todo? ¡¡Qué difícil se hace pensar!!- dijo realmente molesto por lo incómodo que le era aquella sensación.

-MIGRAÑA- logré decir mediante nuestro lazo, pero eso fue todo

-Ahora le digo a los médicos bebé,  trata de no... No sé... ¿pensar? De que no te sientas peor- dijo mi Alfa con preocupación en su voz.

Luego lo sentí moverse pero me dolía mucho la cabeza como para tratar de ver qué hacía. 

Al cabo de un rato ingresa en nuestra habitación una doctora, acompañada por 3 enfermeras.

Alexis les explica mis vómitos,  y comienza a hacer una minuciosa descripción de mis síntomas,  la doctora se asombró de lo sensible de nuestra conexión, que en vez de verse perjudicada por mi malestar, sea tan específica en transmitirse a mi Alfa.

Ingresaron unas medicinas por la vía del suero, para tratar mi migraña. Explicaron que en cuestión de media hora deberían desaparecer los síntomas, y que la junta médica se reuniría en 2 horas. 

-¿Qué junta médica?- preguntó Alexis 

-La junta evaluadora de la fiscalía, se han unido a los peritos psiquiatras de la "Comisión de Manadas Unidas", los peritos de la querella, (los de Lagunillas, los de Petrüâ, los de Sanctis, los de VillaSanTini y los de MinTaur), los defensores, (los del centro de fertilidad, los de la familia Trujillo, los del Sr. Ramirez y los de la Sra. Gutierrez), los de la fiscalía n°3, los de los inspectores del "Centro de Control Mental" y los montones de veedores voluntarios expertos, que se han ofrecido- dijo la doctora con gran complacencia.

De pronto me sentí minúsculo, agobiado, porque, bueno si, maté a la infeliz de cabello rizado aquella, realmente ni recuerdo su nombre, pero ¿qué pasa con todos aquellos otros apellidos? ¿de dónde han aparecido? 

-Amor, ¿aún no lo recuerdas?-  resonó aquella pregunta en mi interior.

-¿recordar? ¿recordar qué bebé?-  pregunte a mi vez sin abrir mi boca.

Tierno AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora