Mientras abandono el pasillo, tengo la horrible sensación de que mis piernas pueden fallar en cualquier momento. Me tiemblan como gelatina. De hecho, todo mi cuerpo está débil a causa de los nervios, pues no estoy seguro de cómo va a terminar esto.
No sé si estoy haciendo lo correcto, a veces dicen que es mejor esperar a que los problemas se enfríen para poder solucionarlos, pero siendo sincero, no podré esperar hasta mañana para hablar con mi hermano. No quiero irme a dormir, sabiendo que me ha visto besando a su amigo y que quizá espera una explicación de mi parte, aunque no necesito darle explicaciones porque es mi vida privada. Sin embargo, él fue quien trajo a Christhoper a esta casa, por lo que tiene un poco de cabida en el tema.
Una parte de mí, me reprende mentalmente por haber hecho caso a mis instintos, por haberme ilusionado con Christhoper, sabiendo que en cualquier momento alguien de esta mansión nos podía atrapar. Yo sabía que estaba jugando con fuego en mi misma casa y corría el riesgo de provocar un incendio que me deje en ruinas.
Así está mi vida ahora, ya he iniciado el incendio, se están extendiendo las llamas y queda en mí evitar que no llegue a mayores. Dentro de todo este lío, aún existe la esperanza de que la conversación con Estefano sea exitosa y pueda continuar con lo que tengo con Christhoper.
«Mierda. Debo tomar todo con calma y dar un paso a la vez».
Si quiero salir de una situación, no puedo lanzarme de inmediato a otra. Y con más razón si Estefano decide no apoyar lo mío con Christhoper. Conociéndolo, me seguirá hasta el baño para cerciorarse de que no me estoy viendo con él a escondidas.
Después de buscar a mi hermano por todos los rincones de la casa, llego a parar al patio trasero, donde está sentado en una de las sillas que hay alrededor de la piscina. Se encuentra en una posición de descanso, con los codos sobre las rodillas y los dedos acariciando su entrecejo. Sé que suele hacerlo para intentar calmarse.
Camino hasta donde está y levanta la mirada cuando el césped cruje a causa de mis pisadas. Decido detenerme porque aún sigo esperando una reacción violenta de su parte.
Me mantengo en silencio, no sé cómo invitarlo a iniciar el diálogo. Tengo miedo de que se levante de golpe y me deje solo, quizá mi presencia ya no sea de su agrado.
No obstante, abandono mis precipitados pensamientos cuando dice:
—Pensé que teníamos confianza.
Su voz suena entrecortada, lo ha dicho sin mirarme porque conozco lo orgulloso que es y no le gusta que lo vean en una faceta vulnerable.
Por mi parte, suelto todo el aire que estuve conteniendo en mis pulmones desde que llegué a su lado. Al menos, sé que me dirije la palabra y tengo oportunidad de dialogar con él.
—Yo te conté lo que me pasaba con Narel, confié en ti y... —continúa restregándome en la cara hasta que lo interrumpo.
—Son cosas totalmente distintas, Estefano —refuto y sus ojos buscan los míos. Tienen un ligero brillo, se está reprimiendo las ganas de llorar—. Para ti es fácil decirlo porque no te van a ver como un bicho raro si te besas con Narel delante de todos.
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Solo de los dos, Christhoper © [Completa ✔️] #PGP2024
Roman pour AdolescentsNicolás Arnez se encuentra muy seguro de algo: debe ocultarle a su familia que le gustan los chicos. Es amante de los canes y ha decidido disfrutar de sus últimos días de vacaciones ayudando en el refugio de animales de la ciudad, antes de iniciar e...