Pierdo la cuenta de todas las veces que llevo caminando en círculos desde que llegué a la clínica. Con cada minuto que transcurre, el pasillo de espera se vuelve más angustiante, silencioso y gélido. Las paredes se vislumbran cuando las lágrimas se forman en mis ojos al imaginarme a Nieve, vulnerable, luchando por su vida, mientras que Paul da todo de él en la cirugía que le está realizando en estos momentos.
No he dejado de llorar desde mi llegada y esa debe ser la razón principal por la que la mujer que se encuentra a unos metros de mí, me mira desconcertada, sin saber cómo ayudar a calmarme. Es la vecina que reportó lo sucedido y trajo a Nieve. Ella es un ángel que Dios ha puesto en su camino, pues, de lo contrario, no estaríamos aquí, a la espera de buenas noticias.
Tomo asiento y comienzo a manifestar con la mente que todo va a salir bien. Estoy seguro de que así será.
Aprovecho el lapso de tiempo para escribirle a mi hermano. No tengo ánimos de tomar el autobús de regreso. Por ende, le comento lo ocurrido con Nieve y le pido que venga a recogerme en cuanto le avise. Para mi buena suerte, él accede y sé que no dará puntadas sin hilo, pues me preguntará lo que sucedió con Christhoper. Y sinceramente, eso es algo que no me interesa ahora. Fingiré estar dormido durante el trayecto a casa para no tener que darle explicaciones.
Me pierdo en mis pensamientos, en el custodiado recuerdo de una Nieve alegre y juguetona antes de que esa familia la adopte. En lo protegida que estaba en el refugio de animales. En que las cosas habrían sido distintas si la hubiese adoptado yo. Sin embargo, después de varios minutos de espera, mis añoranzas se ven interrumpidas cuando la puerta del quirófano se abre y Paul aparece debajo del umbral.
Me pongo de pie por instinto. Trago saliva y me preparo mentalmente por si no escucho lo que espero. El corazón me vuelve a latir con fuerza y rapidez. Me acaricio los brazos para darme fuerzas a la vez que hago un gesto con las cejas para que él hable.
Su primera respuesta es un fuerte exhalo antes de secarse el sudor que le escurre por la frente con un pañuelo de tela.
—Ha resistido a la operación —suelta con un asentimiento de cabeza y siento que se me regresa el alma al cuerpo. Paul se acerca y me abraza—. Tu presencia le ha brindado mucha fuerza, no tengo dudas. Gracias por venir.
—No es nada, Paul. Sabes que la amo mucho.
—Lo sé, lo sé... —Me da unas palmaditas en el hombro antes de agregar—: Ella es muy fuerte.
—Es una pequeña muy fuerte —coincido.
—Por cierto, ve buscándole un nuevo hogar a Nieve, porque no pienso regresarla con esos irresponsables.
Entreabro los labios.
—¿No volverá con ellos?
—Nieve necesita recuperarse en un lugar seguro. En el refugio no puede estar por el contacto que va a tener con los demás perros y lo que se quiere es evitar que las heridas se infecten.
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Solo de los dos, Christhoper © [Completa ✔️] #PGP2024
أدب المراهقينNicolás Arnez se encuentra muy seguro de algo: debe ocultarle a su familia que le gustan los chicos. Es amante de los canes y ha decidido disfrutar de sus últimos días de vacaciones ayudando en el refugio de animales de la ciudad, antes de iniciar e...