002 - Almuerzo

3.3K 266 30
                                    

Narrador/a _____ :

Estaba en mi habitación, como habíamos dicho.

— ¿Cuánto crees que tardemos en adaptarnos a esto? — pregunté.

— Dos o tres meses, no lo sé.

— No me siento cómoda con Finn.

— Pues, tampoco es como que yo ame con todo mi ser a Noah.

— Lo sé, pero...

— ¿Pero?.

— Finn esta, o estaba, no lo sé, con una chica, Iris me parece, no quiero arruinar de alguna manera su relación.

— Pues no es como que el haya mejorado la tuya, también conociste chicos, y no te puedes quedar con ellos.

— ¿Y tú qué piensas con Noah?

— El también ha tenido novias, y se le ha visto muy feliz con ellas — suspiró — pero pues nuestros padres así lo dictaron.

— Que horror — dije tirándome boca abajo en la cama.

— Mientras en un tiempo no nos presionen con tener hijos, esta todo bien — dijo y se recostó en su cama junto a mi.

— ¿Qué piensas estudiar? — dije sentándome.

— Administración de empresas, mis hermanos no quisieron tener el cargo de la empresa de mis padres, entonces me la quedaré yo, ¿y tú?

— Estoy en duda, no se si medicina, pero es mucho tiempo y desgastante, me gustaría ser contadora porque soy buena en matemáticas, o psicología, pero no es bien pagada — suspiré — soy un caos.

— Claro que no, los que deben de estar preocupados somos Finn y yo, todavía te faltan dos semestres —

— Estoy muy abrumada — dije poniéndome boca abajo.

— Ve a ponerte pijama, descansa este fin de semana, y regresando piensas.

No sabía porque me preocupaba, no me importaba Finn, yo era una persona fría en muchos aspectos, era una manera de autodefensa. Como mencioné en un inicio, somos cuatro en mi familia, a Maya la amaban por ser la primera hija, a Levon lo adoraban por ser el único hombre y a Indiana por ser la pequeña, la consentida. ¿Dónde quedaba yo? en ningún lugar.

— Voy por un jabón que deje en el baño, ya vuelvo — dije parándome y caminando hacia la puerta  — y no cierres la puerta con seguro — Millie tenia la costumbre de cerrar la puerta con seguro, cancelamos muchas pijamadas por eso.

Mientras buscaba el jabón en el baño, escuché una conversación de Noah y Finn.

— No le puedo decir que me voy a casar — escuché la voz de Finn, parecía frustrado.

— Pues no le digas y listo, nadie tiene porque enterarse, además, nadie sospechará.

— Claro que van a sospechar.

— Finn, los cuatro somos opuestos. Millie es de las niñas populares, ______ es de las amargadas, tu eres de los deportistas y yo simplemente soy yo, agregando que ______ y yo somos de grados menores.

¿Amargada? ¿yo?

- Pero tarde o temprano deberé de terminar con Iris.

— Que mejor que sea tarde, ¿no?

No quise escuchar más de su platica y me fui al cuarto de Millie.

— ¿Porqué tardaste tanto?

— no encontraba el jabón —mentí.

— Bueno, ya dormiré, mañana saldré con mis amigas.

En algo tenia razón Noah, todos éramos muy opuestos, agregando la diferencia de grados.

[...]

Cuando desperté Millie se terminaba de arregla.

—¿Qué hora es? — pregunté tallando mis ojos.

— Las ocho — dijo terminando de ponerse un último retoque de rubor.

— Que sueño — dije alargando la o.

— Siempre tienes sueño, en fin, ya estoy lista ¿me veo bien?

Millie llevaba un vestido morado con un estampado floral, junto unos tenis blancos y una bolsa blanca.

— Si, te ves bien.

— Bueno, nos vemos — dijo y finalmente salió del cuarto.

No tenía planes de quedarme en cama todo el día, era una persona bastante productiva en lo que cabe.

[...]

Después de bañarme, me vestí con una falda lisa, una playera entallada del mismo color que la falda, lo único que elevaba el vestuario era un cárdigan de color ladrillo, finalmente me di un pequeño retoque de maquillaje.

En la cocina, por lo que veía nadie había almorzado o nadie se había despertado. Decidí hacer algo sencillo, un omelette con un pan tostado con queso y aguacate.

— Que rico — escuché la voz de Finn a mis espaldas después de haber dado una mordida a mi pan.

— Haz tu desayuno, este es el mío — le arrebate mi pan.

— ¿Qué hay para almorzar? —

— Pocas cosas, hace falta ir de compras.

— ¿Millie salió? — preguntó abriendo la nevera — Alguien se comió mi gelatina.

— Si, Millie salió — le di una mordida a mi pan — y Noah se comió tu gelatina.

— Noah también se fue.

— Cierra el refrigerador, se va a descomponer.

— No hay nada para almorzar.

— En una esquina hay una ensalada, es mía —

— ¿Me la das?

— No, solo mírala — dije sarcásticamente — obvio que si, y después de almorzar iremos a comprar comida.

FIFTH HOUSE  (Finn Wolfhard y tú) [REANUDADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora