FIFTH HOUSE (Finn Wolfhard y tú) [REANUDADA]

015 - ¿Me estoy enamorando?

Narradora ______:

Al ver el nombre de la persona que me marcaba, me estaba preparando para el regaño...

—¿Dónde estás? —se escuchó al otro lado de la línea.

Y no era nadie más que mi madre.

—¿Porqué la pregunta?

—No estás aquí, Finn vino a la casa y dijo que te fuiste. ¿Qué clase de esposa eres?

—A la cual no manejan a su antojo.

—No seas grosera, Mary también está aquí.

—¿Estoy en altavoz?

Sebastián solo miraba atento.

—Claro que si.

—Que bueno, para informarles que me fui de la casa porque encontré a Finn con su novia —dije resaltando la palabra —en su cuarto, y no quieren que le diga lo presencie, ¿o si?

Wolfhard ven para acá ¿porqué ____ está diciendo eso? ¿Y porque no nos dijiste?

Se escuchó la voz de Mary...

—¡Dios mío! Más vale que estés acá en menos de 15 minutos.

Y colgó.

—Wow, que drama fue todo eso —dijo Sebastián.

—El más normal de mi familia, bueno Sebas, me iba a quedar pero ya escuchaste. Te contaré todo mañana —dije caminando para la puerta.

—Por favor.

—Ah, y sobre tu pijama, te la entregó después ¿si?

—No te preocupes, ya no me queda, puedes quedártela.

—Gracias —dije finalmente saliendo de su casa.

[...]

Finalmente llegué a casa, y ahí estaban en la sala mis padres, los padres de Finn y Finn.

—No puedes irte así como así ____ —regañó mi madre en cuanto entre a la casa.

—Hola, ¿cómo están? —dije en un tono sarcástico, ya que ni si quiera me saludaron.

—No eres una adolescente ____ —regañó mi padre.

—Claro que lo soy, no he cumplido los 18.

Los padres de Finn y el seguían en silencio.

—Ah y diles Finn ¿porque salí? ¿O me van a culpar solo a mí? ¿Porque esa ropa que está ahí? Por qué no es mía —dije mirando a las prendas que se le habían quedado a Iris.

—Que te pasa Finn, firmaste un acta de matrimonio, estás casado. A partir de mañana terminas con esa muchachita —dijo su madre.

—Pero...

—Sin peros Finn —regañó su papá.

—No tienen vergüenza los dos —regañó mi mamá.

—Hablamos de vergüenza... —dije irónicamente.

—¿Perdón?

—Si hablamos de vergüenza, creo que es la que ustedes deberían de tener, ¿qué clase de padres obligan a sus hijos a casarse y tener hijos?

—¡Es suficiente! Son unos groseros. Tú por salir y contestar —me apuntó mi mamá.

—Y tú Finn, por traer otra a esta casa que es para ustedes ¡ustedes! Y tener el descaro de acostarte con ella. No sé cómo le van a hacer, pero en unas semanas estará lista su casa, y se las van a ingeniar para poder vivir como una familia —regañó Mary a Finn.