FIFTH HOUSE (Finn Wolfhard y tú) [REANUDADA]

010 - Cena

Narrador/a _____:

Ozziel condujo en silencio por un momento, mientras el paisaje nocturno se deslizaba por las ventanas. Finalmente, rompió el silencio.

—¿Estás bien? —preguntó Ozziel, con tono suave pero preocupado.

Asentí.

—Sí, solo... fue extraño ver a Finn aquí esta noche.

Ozziel asintió comprensivamente.

—Lo sé. Pero estamos aquí para ti, ¿ok? No dejes que esto te afecte demasiado. Mañana veremos a Nahuel y resolveremos esto de una vez por todas.

Al llegar a tu casa, le agradecí a Ozziel y me despedí con un gesto de cansancio pero gratitud.

Al fin estaba en casa, mi cabeza daba vueltas sobre todo el asunto, pero me sentía aliviada que estaba en mi casa y podría descansar, o eso creía...

—¿Porqué llegas tarde mujer?

—Todavía es temprano, no pasan de las 9 de la noche, ¿Y porque estas tan arreglada?

—¿No te avisaron de la cena?

—¿Qué cena?

—No nos explicaron bien, pero es formal, van a ir nuestros padres —informó Noah mientras bajaba las escaleras, intentando abrocha su corbata — .¿Me ayudas, mi amor? —pidió ayuda a Millie.

—Voy, ¿Dónde está Finn? —preguntó —. No creas que vas a ir sola, nos pidieron que fuéramos en parejas, así que sin Finn no te vas. Te dejé un vestido en tu cama, porque supuse que no te habían avisado sobre la cena.

—Tu amado acaba de llegar —informó Noah, apuntando hacia la puerta.

—Tu explícale a Finn, yo le diré a ____ donde deje unas cosas para que se arregle. —le ordenó a Noah —Acompáñame, _____.

[...]

—¡Te ves hermosa! —me halagó Millie.

Mi vestimenta consistía en un vestido largo, de color azul marino con un peinado suelto pero con dos mechones agarrados.

—Parece vestido de embarazada —me quejé.

—Claro que no. Te ves tan hermosa con esa apertura del vestido que te hace ver la pierna, Finn se va a quedar boquiabierto.

—Bueno, ya vámonos —hablé poniéndome perfume y saliendo de mi habitación.

Bajé las escaleras con cuidado, aún tratando de acostumbrarme a los tacones que Millie había elegido para mí. Al llegar al último escalón, vi a Finn esperándome en el vestíbulo. Llevaba un traje negro impecable, su cabello peinado hacia atrás de manera casual pero elegante. Cuando nuestros ojos se encontraron, una chispa de sorpresa y admiración cruzó su rostro, tal como Millie había predicho.

—Te ves... increíble —dijo Finn, su voz suave y genuina.

—Gracias —respondí, sintiendo un leve rubor en mis mejillas—. Tú también te ves bien.

Finn sonrió, pero había una tensión subyacente en su mirada. No pude evitar recordar nuestra breve confrontación en el restaurante y la manera en que sus ojos habían brillado de celos.

—¿Listos para la cena? —preguntó Millie, apareciendo a nuestro lado con una sonrisa radiante.

—Sí, vamos —respondí, tomando aire para calmar mis nervios.