Capitulo 11-.

2K 109 1
                                    


Después de acompañar a Nathan a la puerta y despedirnos con besos y más besos, subí las escaleras y entre a mi habitación. Me senté en mi cama y mire hacia la puerta.



—Y empezó a decir todas esas cosas— termine por practicarle todo lo que había sucedió con Lia a Danielle en cuento la vi entrar por la puerta del hospital. Y es que la verdad la estaba esperando, quería contarle esto a mi amiga, pero no quería decirlo por teléfono.

—Hay Mia— suspiró y me miro.
—La verdad pensé que tu hermana ya había olvidado todo lo sucedido. Pero ella todavía no quiere saber nada de ti, y la verdad es que tú no tienes la culpa—

—Tengo que ayudarla— susurre mirando el suelo del hospital.

—Si sabes que no es tu obligación verdad, y menos por cómo te ha tratado—

—Lo se y créeme no lo siento como una obligación, es mi hermana, la quiero y quiero ayudarla—

Danielle me miro y sonrió.
—Por que no hablamos con Thomas— la mire y ella me estaba mirando enarcando las cejas.

. .‿‿‿๑❀๑‿‿‿ . .  . .‿‿‿๑❀๑‿‿‿ . .

Estuve poniendo a Thomas al tanto de lo ocurrido, cundo termine, lo mire.

Asintió hacia mi, y eso fue todo para saber que actuaría.

Sonó mi celular y sonreí al saber quien es.

—¿Estas lista? Estoy afuera— le confirme y camine hacia la salida del hospital.

Habíamos quedado que hoy pasaría por mi, para cenar en su apartamento, y dejaría mi camioneta en el estacionamiento del hospital, y mañana en la mañana Nathan me traerá de regreso al hospital por ella.

Salí y lo encontré recargado en su camioneta, corrí hacia el y me arrojé a sus brazo, sus fuertes brazos me devolvieron el abrazo y beso mi cuello mientras daba vueltas conmigo. Se detuvo y me bajo al suelo, separó su labios de mi cuello y me miro.

—Vamos—

                                

Hicimos lo mismo de la otra vez, el cocinado y yo sentada mirándolo, y ya me prometio que a la otra me dejara cocinar a mi.

Acercó los platos, que realmente se veían deliciosos y empezamos a comer.

—Así que tu hermana...—- empezó y me miro como preguntándome si puede saber acerca de ello.

Asiento.
—Si— suspiró.

—¿Que pasa?— pregunta mirándome.

—Es mi hermana mayor, y la verdad desde niñas no hemos sido muy unidas, de repente ella se empezó a alejar de mi, y hace unas semanas empezó a echarme en cara, que todo es culpa mía, que le quito completamente todo lo que ella quiere—

—Mia— suspiró y se levantó para inclinarse, poniéndose de rodillas para verme mejor, mire hacia abajo y sonreí.
—No te preocupes preciosa, se solucionará, se que si, ella notará lo increíble y asombrosa que eres y verás que serán tan unidas que cuando se separen llorarán— reí y el también.

Fuimos a su habitación, nos sentamos en su cama, y Nathan se acercó para empezar a besarme. Al principio fue lento, dulce y cariñoso, casi angelical. Nuestros labios parecían encajar a la perfección, y nuestros ritmos coordinaban como si estuvieran hechos para estar juntos.

Segundo a segundo, latidos a latidos, pasó lentamente a convertirse en uno más pasional, más fuerte, más salvaje.

Colocó una de sus manos en la parte trasera de mi cabeza, para acercar aún más sus labios a los míos, como si eso fuera físicamente posible; quería devorarlos, podía notarse en la pasión animal con que llevaba a cabo cada uno de sus movimientos.

Solamente Tú y Yo [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora