Solamente Tú y Yo [Editada]

Capitulo 14-.

Cuando entreabrí los ojos, mire a varios doctores empujando mi camilla, lo que me indica que estoy en el hospital, y que ellos me llevan directamente hacia el quirófano.

Mire a cada doctor y encontré a Danielle y a Thomas, cuando me vieron despierta, Thomas agarro mi mano.

—Mia— susurró sin dejar de darle a la camilla.
—Mia, te llevamos a quirófano, estarás bien—

Quise decir algo, pero no podía, no podía hablar, no tenía la suficientemente fuerza para nada.

Y se que sigue diciendo cosas pero no puede tener mis ojos abiertos. Y ellos finalmente se cerraron.

Cuando los volví abrir, doctores y enfermeras se estaban preparando en el quirófano.

Y Thomas se detuvo a mi lado mirándome. Y abrió la boca, pero cada palabra que salía de él no podía escucharla, no escuché ningún sonido, busque con la mirada a Danielle y ella no estaba adentro.

Quise decirle a Thomas que le hablara a mis padres, y que le hablara a Nathan, que les avisara, los necesitaba con urgencia, pero nuevamente no pude mantener mis ojos abiertos, y los cerré.

—¿Papá, vamos al hospital?— preguntó mi yo, de 5 años.

Recuerdos, estoy teniendo recuerdos.

—Si amor— contestó el manejando.

Estábamos en la camioneta de papá camino al hospital, y Lía y yo en los asientos traseros.

Cuando llegamos, estuvimos con papá, a cada lugar donde iba íbamos, a las habitaciones de los pacientes, y los quirófanos en la parte del aseo personal, a radiografías, conocimos mejor el hospital.

Se que termino la operación, estoy segura por que ya escucho un par de voces y pasos caminado a mi alrededor.

—¿Y cómo está?— escuché a la lejanía una voz desconocida.

—Está mal—

—Amores, tengo una operación que salía de emergencia, no la tenía planeada y no pueden ir conmigo— empezó a papá a explicarnos.
—Me gustaría que me esperen en la sala de espera, allí hay varias personas y hay máquinas de comida— nos da dinero a cada una.
—Lia, amor, por favor cuida a tu hermanita, es menor, si?— Lía asintió distraída.

Nos dio un beso a cada una en la cabeza y se fue. Lia y yo caminamos hasta llegar a la sala de espera y sentarnos en las sillas.

Después de unos minutos, atrás de nosotras se sentaron una mujer y un niño, de cabello castaño oscuro y unos ojos azules.

—¿Cuánto lleva así?— escuché la voz de Danielle.

—Aproximadamente lleva dos días así—

—Aquí estate, voy a la máquina— aviso Lía y se levanto de la silla.

—Voy contigo— dije mirándola.

—No— negó y se fue.

Me quede sentada, mirando mis pies, moviéndose hacia adelante y hacia atrás.

Escuché pasos, y después de reojo mire a alguien.

—Hola— saludo y lo mire.

El Niño que estaba detrás de nosotros, un Niño de cabello oscuro y ojos azules. Y se mira de la misma edad de Lia, de 7 años.

—Hola— susurre de regreso y mire cómo sonrió para después sentarse a mi lado, en la silla de Lía.

—Amor, la verdad yo sé que si me escuchas— escuché la voz de mamá. Intente abrir los ojos pero falle, nuevamente lo intente pero volví a fallar. Intente mover mis dedos, ellos no me respondieron.

Quisiera despertar, decirle que estoy bien.

—Llevas 5 días así Mia—
—Y los doctores dicen que es muy probable que no despiertes— suspiro.
—Pero se que es fuerte, y lo lograrás—

—¿Como te llamas?— me pregunto mirándome.

—Mia— conteste y el sonrió.

—Que bonito nombre— me sonroje y lo mire sonriendo.

—¿Y tú?— pregunté.

—Me llamo Nathan—

Así que algunos amores si están destinados a encontrarse. Están destinados a volverse a reencontrar para ser felices los dos.

—Mi vida— ahora escuché la voz de papá.

Intente hacer algo, abrir los ojos, mover los dedos, mover los pies, los labios. Algo que les indicara que estoy bien, que escucho y que lucho por despertar.

—Se que vas a despertar, y que lo harás bien, que la caída no traerá consecuencias— escuché sus pasos acercándose y luego su mano acariciando mi cabello.
—Nathan, tu novio— sentí mi corazón latir fuertemente, y ese fue mi señal para ellos.
Papá rio divertido, al escuchar el sonido de la máquina del corazón.
—Amor, eso me hace feliz, ahora se que estás escuchando y que ansias noticias de tu amor—

—¿Y por qué estás aquí?— pregunte mirándolo.

El río y me miro sonriendo.
—Mi hermana— lo mire, diciéndole que siguiera y el siguió.
—Mi hermana, estaba jugando y se cayó y se rompió el brazo— río y reí.
—Pero al menos, gracias a ella, conocí a una nueva amiga— dijo mirándome.

—¿Somos amigos?— pregunte tímidamente.

—Claro— sacó una mochila, y la abrió y traía juguetes de niño, carros y una muñeca, lo más seguro es que es de su hermana.
—¿Jugamos?— preguntó y asentí.

Algunas personas que están destinadas, no importa el tiempo que halla pasado pueden volverse a reencontrar.

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                         ✎ N//A

Estoy muy feliz, y muy nerviosa por estos cambios que le di a la historia.

Espero que les guste y les agraden los pequeños cambios que le hice.

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