Ocho

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Terminó sus tareas a tiempo, su madrastra y hermanastras tardarían un poco más así que era el momento.

Con tijeras, hilo y aguja modificó el traje de su difunto padre, bordó los detalles dorados del cuello y las mangas con hilo dorado y finalmente le puso unos nuevos botones y pintó las decoraciones a mano.

---Muchas gracias por los botones--- se inclinó a dejar un beso en la cabecita de sus pequeños amigos que se removieron gustosos por el contacto y el cariño compartido a través del gesto.

El pelirosa fijó su vista en la ventana, no había indicios de su madrastra o hermanastras así que suspiró aliviado.

Los botones tardarían en secar así que una idea cruzó por su mente.

A pasos veloces bajó las escaleras hasta llegar al salón principal de la mansión, se quitó sus viejas zapatillas y comenzó a cantar.

Su cuerpo comenzó a moverse tal y como recordaba que debería moverse en un baile real, fue una de las últimas cosas que le enseñó su padre, al menos antes de perder la cabeza por su madrastra.

Dos pequeñas cabecitas se asomaron a ver el espectáculo privado, Tae intentó imitarla pero tropezó con sus patitas.

---Kookie, mi patita.

El otro roedor se acercó a lamer la zona lastimada y se quedaron a observar a su amigo.

Ambas hermanastras entraron con una sonrisa, llevaban dos paquetes envueltos que a los ojos de JiMin claramente eran sus vestidos

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Ambas hermanastras entraron con una sonrisa, llevaban dos paquetes envueltos que a los ojos de JiMin claramente eran sus vestidos.

Su madrastra se veía agotada así que fue a prepararle té o recibiría todo su enojo.

Cuando las tres mujeres terminaron de beber el té se retiraron a dormir, JiMin se quedó lavando lo utilizado.

Mañana terminaría el pantalón, solo esperaba que su madrastra no le diera demasiadas tareas.

Su espalda dolía, ¿Cuánto tiempo había estado sentado lavando toda esa ropa?

Lágrimas caían por sus ojos y terminaban en el recipiente con agua, sus manos ardían, ¿Por qué precisamente hoy? ¿Por qué precisamente todo aquello?

Aún le quedaba mucho por hacer y el tiempo no le alcanzaría para darse un baño y terminar con el pantalón de su traje.

JiEun observaba con una sonrisa desde la ventana, eso lo mantendría ocupado y sería una buena excusa para no llevarlo.

Sus hijas se estaban preparando desde la mañana, les enseñó que decir y como comportarse, solo esperaba tener suerte y si eso no pasaba al menos se regocijaría con deshacerse de su hijastro.

---Kookie--- repetía Tae a punto de llorar ---debemos ayudarlo, no terminará a tiempo.

El pequeño roedor veía con odio a la mujer, siguió a su amigo y ambos subieron hasta el lugar en donde dormía JiMin.

¿Ceniciento?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora