El príncipe YoonGi se enamoró de la chica con la que bailó aquella noche.
Juró casarse con la dueña de la zapatilla.
---Si eres mi hada madrina ¿Por qué me pusiste un vestido para ir al baile? ¡No soy una niña!
JiMin era el dueño de esa zapatilla.
♪...
JiEun rebuscó en su habitación y logró encontrar lo que tanto quería; el testamento de su fallecido esposo.
Sus ojos se movieron de izquierda a derecha leyendo y releyendo absolutamente todo el papel con lujo de detalle encontrando la parte que quería.
"Si el primogénito del señor Park llegara a fallecer antes de cumplir la mayoría de edad la fortuna correspondiente al heredero pasaría directamente a Park JiEun"
Su rostro comenzó a esbozar una sonrisa siniestra.
Solo necesitaba deshacerse sin sospechas de aquel torpe joven pelirosa y la cuantiosa fortuna pasaría a ser de ella y sus hijas.
Tenía que pensar todo cuidadosamente.
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JiMin caminaba por la enorme granja con algunas gallinas detrás suyo, él regaba maíz por los suelos para alimentarlas y que estuvieran llenas y gorditas para traer deliciosos huevos o lindos pollitos.
Dos pequeños ratoncitos se encontraban cómodamente en su hombro disfrutando de la melodía que provenía de la voz de su amigo humano.
---Ah JungKookie~--- TaeHyung movió su naricita mirando a su compañero ratón.
---¿Pasa algo malo TaeTae?--- JungKook se limpió sus bigotes con sus pequeñas patitas.
---Quisiera ser humano...
---¿Para qué? Es genial ser un ratón, podemos escondernos, correr rápido, comer mucho mucho--- enumeraba.
---Quiero cantar como nuestro amigo humano--- el ratoncito bajó su cabecita ---Si fuera humano, ¿Crees que tendría buena voz o sería bonito?
---Ya eres bonito, glotón, pero bonito--- respondió JungKook acercándose a morder la rosada orejita de TaeHyung.
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El reino de los Min se vistió de negro aquella temporada, la princesa SeungHee, prometida del príncipe Min, había fallecido en un accidente cuando iba al reino de los Min para comenzar con los preparativos de la boda real.
El príncipe YoonGi se sentía fatal, el no deseaba casarse con ella pero tampoco quería que las cosas terminaran así.
La alianza entre los dos reinos seguía intacta, el heredero al trono de los Hyun ahora sería MoonBin el hermano menor de la princesa SeungHee.
Como ambos eran varones el matrimonio no podría concretarse, así que solo quedaron en una amistad diplomática.
El príncipe Min se marchó el resto de aquel año para entablar nuevas negociaciones con el reino de su fallecida prometida.
Se rumoreaba que cuando él regresara muchas doncellas hijas de duques o algún lord comenzarían a acecharlo para poder llegar a ser la futura reina del vasto reino Min.
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---Ah, Park JiMin--- sentado sobre un sauce llorón observaba la mansión de los Park, más específicamente a un muchacho pelirosa que regaba los enormes rosales del jardín con delicadeza y esmero.
Sabía que no podía escucharlo o verlo, aún no era momento.
Era su humano favorito, de todas las princesas que alguna vez ayudó no recibió ni un gracias. Por eso mismo dejó de ser un hada madrina de tontas princesas y se concentró en personas que de verdad necesitaban un final feliz, personas de buen corazón, personas como JiMin.
Era mucho más interesante que solo juntar príncipes y princesas. De hecho su última misión resultó en un éxito rotundo al unir al panadero con aquella damicela de las flores.
Amor verdadero, no amor de caras bonitas con otras caras bonitas.
Se preguntaba si existía un alma gemela para ese ser de hermosas y abultadas mejillas.
Según su observación aquél muchacho soñaba con ser un sastre, casarse y tener una familia.
Habría por ahí alguna joven digna del corazón puro de Park JiMin?
---Es tan bonito que podría llevármelo y adoptarlo como mi hijo--- decía sonriendo ---Si no encuentro tu alma gemela te llevaré conmigo y serás un hada madrina.
Extendió sus alas y comenzó a buscar los siguientes días por todo el reino. Pasó casa por casa, establo por establo, mansión por mansión y finalmente el castillo.
Nadie, no había nadie.
---Quizás... en el siguiente reino--- aún tenía tiempo antes de que JiEun encontrara la manera de eliminar al muchacho.
Si, él conocía las intenciones de la malvada mujer.
---Te ayudaré JiMin, solo espera un poco, solo un poco...
Siguió volando rumbo a uno de los reinos vecinos, no importaba si tenía que dar una vuelta por el mundo entero, iba a lograr encontrar a la persona que haría del mundo de JiMin un lugar bonito.
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Sip ya se acerca el baile.
Una persona cuerda shipea ratones? Claro que no xD
Pero quién dijo que yo estaba bien de la cabeza? :V
Coman bien pliz, últimamente me he preocupado por la alimentación de todos los que me rodean :'v
