¿Ceniciento?

Tres

Cantaba mientras sus pequeñas manos sostenían aquél trapo que frotaba diligentemente contra el suelo.

Las burbujas del jabón en la cubeta tenían el reflejo de su rostro.

Quizás en algún tiempo siempre estuvo limpio y rebosaba de alegría, sus ojos brillaban por un futuro lleno de esplendor y su bella sonrisa permanecía para toda persona que le dirigiera la palabra.

Ahora estaba algo demacrado por levantarse a tempranas horas de la mañana para empezar con sus labores y dormir muy tarde por terminarlas a tiempo y con eficiencia.

Un rastro de cenizas ocupaba toda su mejilla izquierda, la noche anterior hizo tanto frío que bajó a la sala principal y durmió cerca de la chimenea que aún se encontraba algo tibia.

Cuando sucedía esto sus hermanastras lo apodaban: "ceniciento".

El sonido de su hermosa voz fue opacada por una estridente y sin ritmo que entonaba la misma pieza.

Su hermanastra Lia cantaba mientras Yeji tocaba la flauta, ambas acompañadas por el sonido del piano que era tocado por su madrastra.

Hacían eso todos los jueves a la misma hora en el que antes era el estudio de su padre, según su madrastra era muy importante si querían contraer nupcias con un buen partido.

---Van a ahuyentarlos a todos, eso es lo que harán--- bufó terminando de trapear para huir a otra habitación lejos de ese horrible sonido.

Comenzó a quitarle el polvo a todas las cortinas mientras volvía a cantar, sus piernas lo llevaron a mover su cuerpo al ritmo de la dulce canción, vuelta tras vuelta, pequeños y ágiles saltos, era como ver un hermoso angel danzando con toda la gracia que podía existir.

---¿Pero qué se supone que haces?

El sonido de aquella voz femenina lo desconcentró totalmente haciendo que tropezara y cayera fuertemente hacia el suelo.

---¿Acaso eso era un baile? Tal parece que tienes el suficiente tiempo para darte el lujo de holgazanear y no hacer lo que debes hacer--- JiEun se acercó hasta el cuerpo del pelirosa que aún seguía en el suelo.

---Señora, no es lo que parece, yo...

---Cállate, no te di permiso para hablar--- se alejó de él y comenzó a caminar por el pasillo ---ya que tienes tanto tiempo creo que es justo que hagas otras actividades como... Mmm... No sé, ¿Trapear el suelo?

---P-pero eso ya lo hice.

---¡Ups!--- una maceta de bellas gardenias se partió en pedazos contra el suelo, las flores y la tierra estaban regadas por doquier ---parece que tendrás que hacerlo de nuevo.

Sus hermanastras aparecieron para reírse y esparcir más la tierra con sus zapatos.

Pero JiMin no lloraría, no les daría el gusto. Se levantó, hizo una reverencia y fue por la cubeta y el trapo.

Clases, clases y más clases, se sentía tan aprisionado en esa enorme jaula llamada palacio, solo quería ir a alguna parte que no fuera bajo esas enormes paredes que ya conocía de memoria.

---Príncipe Min, es hora de su clase de esgrima--- anunció uno de sus sirvientes retirándose en cuanto el joven de tez pálida asintió.

Al menos desde el próximo año podría visitar otros reinos para fortalecer lazos comerciales y también explorar nuevos paisajes.

Pero lo que menos quería era que el tiempo pasara rápido, aún no se sentía con la capacidad de gobernar todo un reino y mucho menos casarse con alguna mujer que no amaba y tener herederos para que el ciclo se repitiera una y otra vez.

El príncipe YoonGi estaba comprometido con la princesa SeungHee del reino de los Hyun pero el pelinegro no sentía ninguna conexión, no sentía eso que decía sentir su padre la primera vez que vió a su madre, no sentía las mariposas en el estómago que mencionaban las historias de romance de la biblioteca real.

No sentía nada, le aburría escucharla, le aburría verla y le aburría todos los planes futuros que tenían ambos reinos para la pareja.

A veces deseaba huir de todo y ser un simple plebeyo del pueblo, quizás un panadero. Alguien que pueda decidir su futuro por si mismo.

---No puedo ser un cobarde--- se repetía en voz alta levantándose del sillón en el que leía un libro.

Caminó a paso ligero aceptando como cada día su futuro ya estaba construido bajo las paredes del castillo Min.

---Ya tienes 18, no debes seguir con sueños tontos, ¿Amor verdadero? Claro que no--- repetía poniéndose su traje de esgrima.

Cada golpe certero que daba lo hacía con precisión, como si su contrincante no fuera su instructor, sinó el enorme peso emocional que cargaba en su espalda en forma de las más pesadas y gigantes piedras.

Solo quería encontrar a ese alguien para que lo acompañe y comparta su felicidad.

Quería amar y ser amado con la misma fuerza.

No quería una boba princesa que sea sumisa y solo esté con él por compromiso.

Prefería estar solo.

Su instructor cayó al suelo y YoonGi despertó de su ensoñación yendo a verificar que el buen hombre estuviese bien.

---Maestro Kim, ¿Se encuentra bien?--- ayudó a levantarlo e hizo varias reverencias a modo de disculpa.

---Creo que finalmente el estudiante a superado al maestro--- río NamJoon sacudiendo un poco su ropa y masajeándose la espalda.

---Mil disculpas, no sé qué pasó, yo solo...

---¿Tienes muchas dudas en tu cabeza verdad?--- NamJoon tomó un vaso de agua para saciar su sed.

---Usted cómo lo ...

---¿Cómo lo sé? Yo también alguna vez fui jóven príncipe Min, no siempre fui un adulto--- dejó el recipiente en su lugar y comenzó a caminar con dirección a la puerta ---la clase terminó por hoy, es mejor que no le digas a tu padre que me diste tremenda paliza.

YoonGi sonrió como no lo había hecho en días, estimaba mucho a su maestro Kim NamJoon, lo consideraba un segundo padre.

Lo sé, lo sé, todas quieren que ya sea el baile y sean felices por siempre pero nel :v

Sigan esperando xD

Las quiero mucho uwu
Sigan haciendo stream de Dynamite
🐧

Bye •~•
JIRCKM_