♡CAPITULO 5♡

1.7K 157 42
                                    

1/2

Aquella mañana me levanté tarde.

No había escuchado sonar el despertador y me maldije todo el camino rumbo a la escuela. Estaba completamente furioso por ser tan descuidado. No volvería a pasar toda la tarde en casa de Jean; la universidad era importante para mí y no iba a descuidarla.

Al llegar a la escuela, era tan tarde que el profesor de Química no me dejó entrar al salón. Otro motivo para ponerme furioso, había pasado casi toda la noche terminando el proyecto y no iba a poder entregarlo por haberme quedado dormido.

Me desplomé en el suelo y apoyé la cabeza entre mis manos mientras intentaba relajarme.

—¿Qué haces aquí, bobo? —aquella voz tan familiar me hizo levantar la cabeza.

Mi mejor amiga, Darian se encontraba de pie a mi lado con una sonrisa burlona en el rostro.

—Smith no me dejó entrar —dije haciendo una mueca de fastidio.

Ella negó con la cabeza. —Tienes suerte de que tenga hora libre. ¿Vamos a desayunar? —dijo sonriente

Miré mi reloj y comprobé que aún era temprano. Me levanté y caminamos hasta la cafetería del campus.

Después de pedir un generoso desayuno, nos sentamos en una pequeña mesa a comer y charlar.

Darian no paraba de hablar del chico al que había conocido el fin de semana: Naim Darrechi. Al parecer la había invitado a salir el próximo fin de semana y no paraba de hablar de él.

—¡Es tan lindo! —dijo dándole un sorbo a su café. Yo sonreí. —, me dijeron que solía ser un patán de primera pero que después del accidente que tuvo con sus amigos, cambió.

—¿Tuvo un accidente? —dije intentando meterme en aquella conversación con mi amiga. Me encontraba completamente absorto en mis pensamientos.

—Sí. Automovilístico. Iba con sus amigos y, a lo que escuché, falleció uno de ellos y otro quedó ciego. —dijo Darian con pesar.

Sentí un extraño escalofrío recorrerme el cuerpo —¿Q-Qué? —tartamudeé.

—Sí, bueno... El chico que murió se llamaba Adrian Gutierrez y el que quedó ciego se llama Jean.

Sentí que el estómago se me revolvió en ése instante.

—¿J-jean?, ¿J-jean qué? —dije intentando calmar el temblor de mis manos.

— Jean Carlo León— Dijo — ¿Por qué?

Negué con la cabeza enérgicamente. No podía ser el mismo Jean, ¿O si?¿Cuántas posibilidades había de que fuera alguien diferente?

—Por nada. —murmuré.

Aquella tarde, al terminar las clases, me dirigí a casa. No podía dejar de pensar en lo que me había contado Darian. Quizás sería bueno preguntarle a Jean que había pasado aquel día de su accidente. No sabía que tan seguro a contarme podría estar, pero tenía que intentarlo.

Me metí a la ducha y al salir me puse mi perfume favorito. Ése que solo utilizaba cuando salía a fiestas importantes. Me vestí con mis jeans favoritos y un suéter holgado. Cepillé mi cabello intentando domarlo sin éxito y me puse bálsamo labial.

Salí de mi casa y tomé el autobús rumbo a casa de Jean. Al llegar, toqué la puerta y me recibió doña Sandra. Su expresión era angustiada y fruncí el ceño intentando averiguar qué había pasado.

—¡Libardo! —dijo preocupada.

—Hola, ¿Qué sucede?, ¿Está todo en orden? —dije mirándola con cautela.

AUNQUE NO PUEDA VERTE- LIEAN (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora