AUNQUE NO PUEDA VERTE- LIEAN (TERMINADA)

♡CAPITULO 32♡

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Antes de cenar, llamé a mi madre en conferencia con Darian para que no sospechara y luego me senté a la mesa con Jean para comer.

Nos enfrascamos en una patética discusión acerca de qué libros eran mejores, para después argumentar sobre la música que nos gustaba.

La cena fue un completo debate, y sinceramente, me encantaba que Jean siempre defendía lo que creía a capa y espada.

Recoger la mesa fue una danza cómoda entre él y yo. El silencio era cómodo y nuestros cuerpos se rozaban constantemente mientras lavábamos los platos y recogíamos el desastre hecho.

Cuando terminamos, me dirigí al cuarto de baño para ponerme el pijama y me maldije mil veces por no haberlo metido a la bolsa, ¿Cómo podía ser tan descuidado? Salí del baño vestido con mi ropa y Jean había puesto una bonita balada de Steve Wonder.

—¿Listo? —dijo al sentirme cerca.
Hice una mueca.

—En realidad no. Olvidé mi pijama.

Una sonrisa maliciosa se extendió por su rostro y dijo con voz ronca —Podrías dormir en...

—¡No voy a dormir sin ropa, León! —lo interrumpí, sonriendo.

Hizo un puchero y maldijo entre dientes. 

—No perdía nada con sugerirlo —dijo encogiéndose de hombros. —. Espera aquí.

Subió las escaleras con el bastón aferrado en su mano derecha y me quedé en la sala unos minutos.

Deambulé por los muebles y mi vista encontró una fotografía enmarcada; en ella doña Sandra, Mae y Jean sonreían. Vestían casualmente y miraban a la cámara. Mis ojos se posaron en la mirada de mi novio. Daría lo que fuera porque ésos ojos me miraran...

Suspiré.

—¿Bonito? —dijo Jean

Pegué un salto de la impresión e intenté parecer normal.

—Aquí estoy — susurré. Caminé en su dirección y vi que llevaba algo en la mano.

—Toma. —dijo extendiendo su mano.

Tomé lo que me ofrecía y pude ver una playera azul marino perfectamente doblada y shorts negros. Me ruboricé ante la idea de utilizar ropa de Jean.

—¿Quieres que duerma con ésto? — pregunte. Los vellos de mi nuca se erizaron por completo.

Pasó un brazo por detrás de mi cuello y acaricio suavemente mis cabellos.

Besó la base de mi cuello y murmuró contra mi oído —Sin nada más.

Me atraganté al escuchar su sugerencia y de pronto, tenía un calor infernal. Di un paso fuera de su alcance y me dirigí al cuarto de baño.

¡Maldita sea!, sólo Jean podía ponerme así de nervioso y ansioso.

Me eché agua helada en la cara y el cuello intentando tranquilizarme y luego me deshice de mi ropa. Me enfundé la playera de Jean y después, me deshice de mis pantalones.

Definitivamente no iba a quitarme mi bóxer así que me coloqué el short sobre este.

Cuando salí a la sala, Jean estaba recostado en el sillón escuchando música. Me acerqué a él y me acurruqué a su lado. Él paseó su mano perezosamente sobre mi cintura y sonrió maliciosamente.

—¿Qué? —dije, apoyando mi barbilla sobre su pecho. La risa de Jean vibró en su pecho haciéndome estremecer.

— Eres hermoso... —tatareó deslizando su mano debajo de la playera y acarició mi cintura irritada por el sol.